Un auto judicial critica el "hacinamiento" del CIE de Aluche
El documento recrimina que no haya una habitación para aislar a los enfermos tras la muerte la semana pasada de una mujer congoleña por meningitis
Un auto de uno de los tres Juzgados de Vigilancia y Control del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche ha criticado el "palmario hacinamiento" que sufren los internos y ha constatado la "especial gravedad" de estas instalaciones en las que "ni tan siquiera existe una habitación de enfermería donde los internos enfermos pudieran estar aislados de los sanos".
El auto judicial que reconoce la masificación del recinto y que reprueba que el CIE no tenga una habitación para poder aislar a los enfermos se ha producido a raíz de la comunicación al juzgado, por parte de la dirección del centro, del fallecimiento la semana pasada de una mujer congoleña por meningitis, ha informado Cristina Manzanedo, coordinadora del informe “Miradas tras las rejas” elaborada por la ONG Pueblos Unidos que analiza las condiciones de los inmigrantes indocumentados que son recluidos en el CIE de Aluche de Madrid.
El dictamen del juez señala que el centro debe habilitar las habitaciones necesarias para separar a cuantas personas hayan tenido contacto con la fallecida así como trasladar al hospital a cualquier personas que presente síntomas de padecer alguna enfermedad infecciosa.
El informe "Miradas tras las rejas" pone de relieve que aunque el centro tiene una capacidad para 280 personas, casi siempre está lleno y que en el 60% de los casos el internamiento supera los 40 días –el tiempo máximo es de 60 días-.
Manzanedo ha recordado que este es el segundo documento que visibiliza “las deficiencias de los centros de internamiento” ya que los tres juzgados que desde 2010 se encargan por turnos de la vigilancia y el control de estas instalaciones también emitieron el pasado 25 de noviembre un acuerdo –ejecutivo desde el momento en que se dicta- en el que instaban a la dirección del centro a no restringir el acceso al baño por la noche.
El documento hacía referencia a las reiteradas quejas de los internos que reflejaban que las celdas, con capacidad para seis y ocho personas, se cierran por la noche y como los inodoros están en el pasillo se veían obligados a hacer sus necesidades en bolsas, botellas o en la pequeña pila que hay en la habitación lo que suponía una situación “humillante y vejatoria”. Ante las protestas de los inmigrantes por este hecho se llevó a cabo una inspección que terminó con un acuerdo de los tres juzgados de control y vigilancia de los CIEs en los que obligaban a los agentes que custodian las celdas a atender las peticiones de aquellos internos que solicitaran ir al baño en horario nocturno en un plazo máximo de tres minutos.
Aunque está en el barrio de Aluche, en la capital, solo el 36% de los inmigrantes que llegan a este CIE proceden de la región frente al 51% que son trasladados a Madrid desde otros puntos de la península y de Baleares.
Las ONG que trabajan en la atención y acogida de los inmigrantes y que atienden a las personas que están internas en estos centros reclaman el desarrollo urgente del reglamento de los CIE pendiente desde la publicación de la Ley de Extranjería en 2009 para acabar con la “arbitrariedad, discrecionalidad y falta de información en torno a su gestión” que constatan estas asociaciones a través de la labor de los voluntarios y de las experiencias de los propios internos.
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