De la mano del presidente Paul Kagame, sin oposición y con mucha ayuda exterior, el país ha dado saltos de gigante para dejar atrás la violencia entre hutus y tutsis. No se habla de etnias, pero la sombra del horror de aquel abril de 1994 aún es alargada
El alojamiento Hope, en Kigali, operativo gracias a la financiación británica, lleva dos años vacío y se prepara ahora para recibir a los solicitantes de asilo que Londres planea expulsar este verano, pese a las críticas de organizaciones de derechos humanos al régimen de Ruanda
La liga BAL, creada por la división internacional de la empresa estadounidense, trata de profesionalizar este deporte. La relación con Ruanda, que ha acogido todas las fases finales, provoca acusaciones de lavado de imagen del régimen de Kagame
El organismo advierte de que las empresas pueden ser “cómplices de la violación de los derechos humanos” aunque la medida reciba el respaldo del Parlamento británico
Desde este lunes, la policía ha comenzado a localizar y apresar por todo el Reino Unido a los primeros seleccionados para los vuelos de deportación, que comenzarán a despegar en julio
El primer ministro del Reino Unido, cuyo futuro político ha ligado a esta medida, admite que tendrá que retrasar a julio su promesa de fletar aviones con inmigrantes irregulares al país africano
Este corte popular a finales del siglo XIX resurge entre creadores, en un momento en el que el Gobierno busca forjar una identidad nacional recuperando la tradición precolonial
Los responsables políticos pueden contribuir a un cambio transformador en el continente, ayudándoles a aumentar el control sobre sus ingresos y ampliando las oportunidades económicas inclusivas
Se llama Paul Rusesabagina, es hutu y era gerente de un hotel en Kigali (Ruanda) cuando se produjo, en 1994, el genocidio de los tutsis a manos hutus. Él salvó a un millar de la muerte. Ahora su historia se ha hecho película, 'Hotel Rwanda'. Esta noche compite por los Oscar.
Dos figuras de la oposición al Gobierno de Paul Kagame relatan obstáculos al ejercer la libertad política y de expresión en Ruanda. Tras un acuerdo bilateral, el país africano acogerá a los demandantes de asilo que Reino Unido no quiere en su territorio