Dudar es tener dos mentes: la paradoja de lo doble en la fotografía
‘Double Feature’ reúne más de 200 instantáneas procedentes de la colección de Patrick Pound en diálogo con 44 textos de distintos escritores: un cruce donde la imagen deja de ser testimonio para convertirse en pensamiento visual


“La fotografía es un arte acumulativo”, escribe el artista y escritor Mark Alice Durant. Una sola imagen detona, pero es en la relación entre varias donde empieza a pasar algo. Así, el significado puede surgir del encuentro —a veces inesperado— entre dos imágenes, ya sea de su emparejamiento o de la superposición. Cuando lo que estaba separado se aproxima, la mirada se altera, y con ella también nuestra forma de entender.











Es en ese cruce donde la fotografía deja de ser testimonio para convertirse en pensamiento visual, y ahí se asienta Double Feature (Saint Lucy Books), un libro coral que reúne más de 200 imágenes vernáculas editadas por Durant, acompañadas por los textos de 44 escritores. Una llave inesperada al poder de la fotografía —sin importar su procedencia— para sugerir, evocar y fabular, donde imagen y palabra se entrelazan y se amplían mutuamente. “Una imagen nunca muere, solamente espera a ser resucitada por la atención y la imaginación de quien la contempla”, sostiene Durant. Lo hacen estas imágenes, en su mayoría anónimas y sin datar, llenas de misterio, que han permanecido al margen del ámbito académico y museístico.
Las imágenes proceden de la colección de fotografía vernácula del artista Patrick Pound, del mismo fondo del que se nutre su práctica artística, limitado y ordenado por temas muy específicos que sirven al autor neozelandés para repensar sus ideas. Una aproximación que parte de la premisa de que la fotografía dista mucho de ser una mera copia de la realidad, y se revela más bien como un objeto cargado de significados: tanto huella de lo real como proyección imaginaria, tan documental como fantasmática; en definitiva una imagen dentro de sí misma. Para Pound, la fotografía es “nubes de fantasía y gránulos de información”—como señalaba Roland Barthes—. Al mismo tiempo añade: “Al igual que los ecos en el abismo, las fotografías impresas son también una suerte de mise en abyme del mundo. Se mire como se mire, lo doble está presente en toda fotografía”.
La idea del libro parte de una foto en particular: una doble exposición en la que, a la figura de un soldado, se superponen las oscuras siluetas de cuatro paracaidistas que caen de un avión, como sombras perpetuadas en lo más hondo de su espíritu. Dos momentos que nunca debieron encontrarse, pero ahora conviven a consecuencia de un acto involuntario por parte del fotógrafo, que olvidó avanzar el carrete de la película. De esta suerte, la magia de lo accidental, de lo no intencionado, permea la publicación, así como también lo hacen las imágenes duplicadas y las que muestran reflejos o gestos imitados; la fotografía como un arte del desdoblamiento, donde se revelan las dimensiones ocultas de la realidad.
Así, Lucy McKeon escribe sobre los yoes del pasado y del futuro que quedan reflejados en el espejo y su “relación encantada a través del tiempo”, mientras los escritos de Vanessa Holyoak o Danielle Dutton se leen como dobles exposiciones: fragmentos, tan íntimos como borrosos que acompañan y expanden lo visual sin ilustrarlo de manera literal.
“La duda y lo doble parten de la misma raíz”, advierte el crítico de arte y ensayista David Levi Strauss. Dudar es tener “dos mentes” y lo doble implica un desdoblamiento de la realidad. Si bien la propia cámara fue la primera herramienta para manipular imágenes, la llegada de lo digital y la inteligencia artificial no ha hecho más que intensificar esa capacidad, y cada vez resulta más difícil confiar en lo que vemos. Ante esta situación, surge la pregunta sobre la relación entre lo que vemos y lo que sabemos del mundo. Para Levi Strauss, así como para pensadores como Hannah Arendt y Sócrates, la duda y el duplicado son fundamentales: la duda nos impide aceptar algo sin cuestionarlo, y el duplicado nos permite ver la realidad desde más de una perspectiva, abriendo la posibilidad de reflexión tanto sobre la vida activa como sobre la contemplativa, y funcionando como un antídoto frente a la opinión infundada.
David Campany reflexiona sobre los procesos que intervienen en la creación de imágenes, en concreto en las imágenes HDR, en las que se combinan múltiples exposiciones de una misma escena para alcanzar un nivel de detalle imposible de captar en una sola toma. “La fotografía está llena de esas invisibilidades”, observa el curador y escritor. Una imagen que aparenta ser de algo podría, en realidad, ser la fotografía de otra fotografía de ese mismo objeto. Lo que hasta ahora se percibía como un accidente o una decisión creativa —la exposición múltiple— podría ser, en realidad, mucho más frecuente de lo que imaginamos.
Una superposición accidental convirtió una fotografía de 1923 en un instante cargado de poesía: el rostro de Simone Kahn, esposa de André Breton, aparece sobre el pecho del fundador del surrealismo, como contemplando el latir de su corazón, Clément Chéroux, director de la Fundación Henri Cartier-Bresson, escribe sobre esta imagen que encarna la fascinación surrealista por el azar y la poética del montaje. “Como muchas de las exposiciones múltiples incluidas en la presente obra, combina la poética del montaje y la contingencia”, advierte Según el poeta Franco -uruguayo Isidore Ducasse, más conocido como Lautréamont —muy querido y recurrentemente invocado por los surrealistas—, son hermosas (…) como el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas”.
Double Feauture. Editado por Mark Alice Durant. Saint Lucy Books. 388 páginas. 34 euros.
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