Los 12 discos de pop y rock que hay que escuchar hoy (marzo 2025)
Ca7riel & Paco Amoroso, Ilegales, Valeria Castro o tipos que no atienden a etiquetas como Yves Jarvis, entre la buena cosecha del mes



- Richard Davies & The Dissidents, ‘High Times & Misdemeanours’
¿Quién es? Con mil aventuras musicales en sus amplificadores, Richard Davies, afincado en Inglaterra, empezó hace unos años carrera con su propio nombre.
¿Es tan bueno High Times & Misdemeanours? Davies se alimenta de la tradición de los cantautores rock: Bob Dylan, Ian Hunter, Johnny Thunders, Elliot Murphy… No inventa, solo compone buenos temas con esas influencias. Para el que tenga en buena estima a aquellos titanes este disco les parece una delicia.

- Yves Jarvis, ‘All Cylinders’
¿Quién es? Un músico canadiense que trabaja con el lema de: no me etiquetes que si lo haces me salgo por la tangente. Este es su quinto disco.
¿Es tan bueno All Cylinders? Con ese buen aspecto funky que luce en la portada, Jarvis visita géneros con la intención de experimentar, juguetear, mezclar y soltarlos para deleite del oyente. Canta fenomenal (igual recuerda a Prince o a Lenny Kravitz) y se nota que es guitarrista, porque si existe algo que confiere unidad al caos estilístico es su particular forma de utilizar sus dedos sobre los trastes. Aquí hay jazz, música brasileña, soft rock, soul, rock, reggae, disco… Todo presentado de forma quizá un poco desordenada, pero plenamente disfrutable.

- Valeria Castro, ‘El cuerpo después de todo’
¿Quién es? Además de ser una experta en interpretar canciones en películas (nominaciones a los Goya en 2024 y 2025), la canaria Valeria Castro construye discos consistentes como este, compuesto por once canciones con una temática unificadora. La mejor noticia es lo que está por llegar, porque solo tiene 25 años.
¿Es tan bueno El cuerpo después de todo? Con una voz personalísima, con poso de persona que ha vivido mucho y a la vez dotada de una vitalidad acorde a su juventud, Valeria Castro dedica este trabajo a cantar a la soledad, al amor disipado, a las relaciones inconvenientes, a lamentarse con toda la legitimidad o al florecer de un nuevo amor. “Cuánto me va a querer la soledad para no soltarme”, se cuestiona en La soledad, y en Honestamente se despide de una pareja sin arrepentimiento: “Ojalá que te vaya bonito, que yo esta historia no repito”. Las músicas que acompañan a este fragor de sentimientos pueden precisar apenas una guitarra o un solemne armazón orquestal. Te quedas sin fuerzas después de escuchar El cuerpo después de todo. Así de intenso es…

- Ciclonautas, ‘Ecdisis’
¿Quiénes son? Diez años lleva ya en marcha Ciclonautas, trío afincado en Navarra que comparte batería con Marea y que tiene como compositor, guitarrista y cantante al argentino Mai Medina.
¿Es tan bueno Ecdisis? La ecdisis es un proceso por el cual algunos animales, sobre todo insectos, mudan la piel. Renovación, vida nueva, dar un portazo y dejarse llevar por lo que venga. Eso es lo que quiere transmitir Ciclonautas en el mejor álbum de su carrera. Ecdisis propone un rock contemporáneo en la línea de Queens of the Stone Age, con impetuoso sonido y demostrando que aunque está todo inventado en el género no tiene por qué sonar todo igual. Aquí la originalidad la pone la voz de Medina, que surge del lado más sombrío de su alma y unas letras laberínticas que arrastran al oyente hacía escenarios no siempre cómodos. El disco se cierra con Cansado de mí, acaso la mejor canción rock en castellano de los últimos meses.

- Aweful Kanawful, ‘Endless Pleasure’
¿Quiénes son? Una banda afincada en Rochester cuyo líder es Austin Lake, que ya realizó cosas interesantes en Televisionaries. Tienen un problema: aprenderse su nombre y decirlo sin que la lengua se te enrede.
¿Es tan bueno Endless Pleasure? Aweful Kanawful ya habían publicado tres discos, pero ninguno tan redondo como este. Probablemente estemos ante el mejor álbum de nueva ola publicado a destiempo. Si lo mejor de aquel género ocurrió entre 1977-1980, aquí tenemos un disco de 2025 recuperando esas sensaciones: canciones frenéticas cantadas con la vena del cuello hinchada, estribillos cuidados, guitarras rocanroleras… Lo que practicaban The Jam, Dr. Feelgood, Nick Lowe o Elvis Costello.

- Lady Gaga, ‘Mayhem’
¿Quién es? Lady Gaga irrumpió en 2008 con 22 años como una figura extravagante y sugerente que proclamaba la defensa del diferente. Luego se decantó por la interpretación y por discos más adultos, por ejemplo junto a Tony Bennett. Todos ansiaban su regreso al pop, ahora que triunfan deudoras de su estilo, como Charli XCX o Chappell Roan.
¿Es tan bueno Mayhem? Pues aquí está, el regreso de la Mother Monster, como se hacía llamar cuando empezó, a la discoteca. Recupera su estilo dance abigarrado y sucio, además de incursionar en la música disco de finales de los setenta (la moda) y en propuestas algo más vanguardistas. Es un disco lleno de estribillos eufóricos, lo que se necesitaba de Lady Gaga: su paso por otras disciplinas y géneros es parte de su evolución artística, pero qué bien volver a verla sudar en la pista de baile.

- Ca7riel & Paco Amoroso, ‘Papota’
¿Quiénes son? El dúo argentino que la rompió en Tiny Desk con una actuación que si no has visto, deberías.
¿Es tan bueno Papota? Ca7riel y Amoroso han compuesto cuatro canciones y las han empaquetado con los cinco temas que interpretaron en su célebre Tiny Desk para ofrecer media hora de música divertida, inteligente, bailable y en algunos casos hasta rompedora. Los temas nuevos (acompañados de un corto de 16 minutos recomendadísimo) sacan las vergüenzas con ironía a la industria musical de hoy y a la cultura del éxito. Lo hacen desde su posición de triunfadores, así que tiene su mérito. Las letras son procaces y las músicas bambolean al oyente a base de salsa, disco o ritmos caribeños. Y aquí hay un pedazo de éxito que desde ya es candidato a canción de la primavera-verano, El día del amigo. ¡A bailar!

- Ilegales, ‘Joven y arrogante’
¿Quiénes son? En un país tan acomplejado con su música con respecto a lo que llega de Reino Unido y Estados Unidos es un gusto encontrar a alguien tan arrogante y bravucón. Se llama Jorge Martínez y lleva desde los primeros ochenta enseñando los dientes.
¿Es tan bueno Joven y arrogante? Aunque Ilegales no necesitan sacar pecho, les gusta hacerlo, porque qué es un músico de rock sin un punto de narcisismo. Jorge alerta sobre el acoso al que nos somete el progreso en canciones impetuosas, pero también destapa su vertiente pausada en, por ejemplo, una preciosa Luminoso viento nocturno. Entre aventuras que suceden en clubes nocturnos y reflexiones sobre la ansiedad que nos acecha a cada paso, se completa un buen disco de rock.

- Howlin’ Ric & the Rocketeers, ‘High Risk, Low Reward’
¿Quiénes son? Una banda de Leeds, Inglaterra, cuyo líder se llama Richard Colley y está absolutamente pirado por el rock and roll y el rhythm & blues de los años cincuenta y sesenta.
¿Es tan bueno High Risk, Low Reward? Un disco levantaánimos de principio a fin, también cuando interpretan baladas. Influencias de James Brown, Little Richard, Otis Redding… saxos enloquecidos, una banda con la misión de que la gente reviente en la pista de baile. Todo eso transmite este álbum, que si proporciona felicidad en el salón de casa ya en una sala de conciertos debe ser la bomba.

- Jason Isbell, ‘Foxes In The Snow’
¿Quién es? Músico fundamental en lo que se llama Americana (básicamente country con pulsión rockera), primero como miembro de los recomendabilísimos Drive-By Truckers y luego con una carrera en solitario que va ya por el décimo disco.
¿Es tan bueno Foxes In The Snow? “Entiérrame donde no sople el viento, donde el polvo no me cubra, donde crezca la hierba alta, o entiérrame justo donde caiga”. Así empieza este trabajo confesional de Isbell, que grabó en cinco días y solo en compañía de su voz, su guitarra y sus emotivas letras. El álbum suena tan sincero que Isbell parece tocar en el salón de la casa del oyente. Conviene hacer el esfuerzo si no se sabe bien inglés y entretenerse en traducir las letras, que hablan de soledad, de relaciones que se rompen por los mismos errores de siembre o de las primeras experiencias desde la sobriedad. Y una joya brillando sobremanera, True Believer, ese tipo de canción que anuda la garganta.

- Edwyn Collins, ‘Nation Shall Speak Unto Nation’
¿Quién es? Edwyn Collins acaba de anunciar una gira de despedida para el próximo otoño. El escocés, de 65 años, formó parte de la banda Orange Juice y este ya es su décimo disco de una carrera en solitario exquisita pero discreta, que tuvo un pico de popularidad con la canción A Girl Like You (1994). En 2005, Collins sufrió dos derrames cerebrales que le han dejado secuelas de por vida.
¿Es tan bueno Nation Shall Speak Unto Nation? Strange Old World, que suena hacía mitad del álbum, ya es una de las canciones del año: al mando se pone un bajo que parece inspirado en la forma de tocar de Peter Hook, y desde aquí se invita a un chirriante saxo y a esa voz de barítono tan especial de Collins que construye la mejor canción de 1983 en 2025. Todo el disco es sensacional, sensible, con letras que hablan sobre el final de un camino (quizá el suyo), con un gusto omnipresente por un pop que se escucha mientras en la calle llueve, pero también dispuesto a recibir al sol. Porque si algo tiene este hombre es ganas de seguir adelante, como canta en la fantástica Sound As A Pound: “Me siento tan bien, me siento tan tranquilo. / El dolor cede, la tristeza me abandona”.
JOYA RESCATADA DEL MES...
Todos los meses recomendamos un disco que quizá quedó fuera del radar.

- Jonathan Richman & The Modern Lovers, ‘88’ (1987)
¿Quién es? Durante los ochenta y los noventa el bueno de Jonathan Richman frecuentó mucho España. Se presentaba en las salas que actuaba entrando por la pista. La gente se apartaba al verle aparecer con su guitarra. Pegaba un brinco al escenario y se ponía a cantar. Adorable. Richman comenzó su carrera a mediados de los setenta y se le considera un precursor en géneros como el punk o el indie. Pero se cansó de la electricidad y lleva décadas primando el formato acústico.
¿Es tan bueno 88? En formato de trío y como si los músicos estuvieran alrededor de una fogata en un camping, Richman dedica el disco a volcar su pasión por la música de los años sesenta. Difícil transmitir tanto bueno rollo en la media hora que dura este trabajo que se escucha moviendo ligeramente la cabeza. La actitud es casi amateur y en ocasiones suena deshilachado, pero ese es su encanto. Baladas, rocanroles, mucha diversión y la certeza de que con este hombre te podías ir a tomar una copa.
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