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Elliott Murphy: "Cualquiera que toque la guitarra debería leer a Jack Kerouac"

El músico neoyorquino actúa hoy en Pontevedra dentro del ciclo 'Vangardas Sonoras'

El mayor éxito de Elliott Murphy, según los historiadores del punk, fue "sobrevivir con una armónica" en Nueva York entre 1973 y 1976. Tenía la recomendación de Lou Reed y la bendición de la revista Rolling Stone, pero Tim Buckley -más moderno desde el folk eléctrico- había muerto y Bob Dylan era otra cosa. Sin embargo -contra todo pronóstico- la generación del mítico club CBGB?s y la posterior new wave acabó por tolerar su mezcla ucrónica de referencias literarias con armónica y guitarra eléctrica. Acompañado a la guitarra por el francés Olivier Durand -vive en París desde hace 15 años-, Murphy repasa hoy su prolija carrera en Pontevedra.

"Todavía amo la música y la vida que me ha dado", dice Murphy, que atendió a este diario por correo electrónico. "Vivo en el presente del rock, ni en el pasado ni en el futuro". Con respecto a las convalidaciones, asegura que The Strokes le recuerdan "un poco" a los New York Dolls. "Hay mucho rock and roll inteligente y refinado actualmente, sólo hay que buscarlo. A Micah P. Hinson [el músico tejano actuará el día 26 en Santiago dentro del mismo ciclo de la Fundación Caixa Galicia] no le conozco bien, pero me gusta su canción Jackeyed y, en general, todos los cantantes y autores tejanos, desde Buddy Holly a Townes Van Zandt o Lucinda Williams, aunque no sean de Texas. Siempre ha habido una gran influencia literaria en la música rock, evidente o no, y siempre puedo hablar de libros con los músicos. Cualquiera que toque una guitarra ha leído a Jack Kerouac. O debería".

"El rock se enseñará en las escuelas", predijo Murphy en 1973. Todavía no es así, pero el músico defiende la vigencia de la frase. "Me gustaría enseñar rock en una escuela de chicas. La lástima es que la radio y la televisión sólo tengan oídos para los temas pop de éxito, olvidando lo demás". Sobre la nostalgia y la ductilidad, lo tiene claro: "Era excitante vivir en Nueva York en medio de aquella efervescencia. Kevin Ayers, Tom Verlaine... Podías encontrarte con Lou Reed y Paul Simon moviéndote por Nueva York, y los artistas eran mucho más accesibles que ahora".

Murphy defiende la operatividad social del rock y un futuro para sus músicos "alejado del mito de los jóvenes que mueren pronto". "Yo prefiero fijarme en Muddy Waters o en Bob Dylan, que hace obras maestras con más de 60 años", dice.

El gran reto para los músicos de rock sigue siendo "envejecer dignamente sin perder la pasión". "Además", continúa, "nadie podría imaginar este futuro en 1967. El rock vende coches y condones, y artistas como Springsteen, U2 o los Stones llenan estadios. Yo mismo sigo en la carretera".

El regreso a los orígenes con su homenaje al bluesman Muddy Waters se explica, dice, porque se quedó "seco" tras escribir Strings of the Storm. "Pero he vuelto a escribir canciones para Coming home again. Algunos dicen que es mi mejor álbum en 10 años".

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