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Los cinco libros imprescindibles de Francisco Rico

Una selección de los mejores títulos del filólogo y miembro de la Real Academia de la Lengua, fallecido el pasado abril, a quien el Instituto Cervantes rinde homenaje este martes 18 de junio

Libros Francisco Rico
Ilustración del 'Quijote' de en torno a 1900.Universal History Archive (Getty (Universal History Archive/Univer)
Jordi Gracia

Una recopilación de los libros más destacados del filólogo y miembro de la Real Academia de la Lengua Francisco Rico (1942-2024) debería incluir numerosos títulos, dada su relevancia. Sin embargo, estos reseñados a continuación son adecuados para todos los públicos, que es lo que importa para identificar dónde hay un sabio de verdad.

La novela picaresca y el punto de vista (Seix Barral, 1970)

Incluso los más renuentes a leer cosas viejas pueden caer en las zarpas del Lazarillo, si se dejan. Pero si lo hacen, hay una extensión feliz de esa pequeña novela que es seguir dándole vueltas al misterioso libro de la mano de La novela picaresca y el punto de vista: desmenuza de forma desenvuelta y espontánea algunos de los secretos que explican la eficacia de ese milagro literario y pone el acento en quién escribe, desde dónde y por qué; a qué viene contar una vida en primera persona ensartando facecias y cosas muy conocidas de la tradición literaria para acabar dando una suerte de justificación moral (y legítima) de la existencia (en la cima de toda buena fortuna) de un pobre haragán.

El sueño del humanismo: de Petrarca a Erasmo (Alianza editorial / Destino, 1993)

De acuerdo que no es fácil e inmediatamente accesible este ensayo pero es la mejor aproximación culta al significado del movimiento cultural que arrancó en Italia en el siglo XIV y sigue dando tumbos felizmente mutantes en nuestros mismísimos días. Los afanes de restitución del clasicismo de la antigüedad grecolatina de humanistas como Petrarca o Pietro Bembo se combinan con los planes de enseñanza para que todos seamos un poco menos asnos y que conducen directamente a la escolarización temprana y prolongada basada en los modelos antiguos y sus continuadores modernos. Las citas aquí y allí en latín basta con saltárselas porque ya las incorpora al texto él mismo: el mejor espejo para entender el corazón que late en la Ilustración y estalla en las sociedades occidentales de nuestro tiempo. La piedra básica del proyecto sigue ahí, aunque parezca desaparecida: la educación en la cultura humanística, sea eso lo que sea en cada etapa de su larga historia.

Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes (Edición de la editorial Crítica / Instituto Cervantes, hoy en la RAE, de Don Quijote de la Mancha, dos volúmenes, 1998 y RAE / Santillana, 2004)

Para resumir el impresionante laberinto de ediciones que llevan el nombre de Francisco Rico, puede decirse que hay una gigantesca y monumental que hoy se encuentra en la colección de clásicos de la RAE y hay otra —la que él más quería— que solo lleva su propio prólogo y sus notas, despojada del apabullante aparato de erudición, estudios y colaboradores que lleva la grande. Esta última es para enfermos, filólogos y otras especies de expertos; la otra es para leer lo mejor posible el Quijote de acuerdo con la intención de Cervantes cuando escribía y especialmente atento el anotador Rico a que no escapen al lector moderno los dobles sentidos, los juegos de palabras, las implicaciones que nos resultan invisibles. Él estaba orgulloso de las dos, por supuesto, pero la que prefería de verdad era la suya: para el lector común.

Los discursos del gusto: notas sobre clásicos y contemporáneos (Destino, 2003)

La virtud de la divulgación no es un don de la naturaleza sino un propósito profesional, de oficio: una voluntad. Y Francisco Rico la tuvo desde muy temprano, aunque tuviese también la hidropesía de la ultraerudición. Lo maravilloso es que lograse liberarse de ella para contar al lector común de librería cómo son y cuáles son las virtudes de algunos de los clásicos mayores antiguos y modernos de las letras españolas desde la Edad Media. Tener la posibilidad de escuchar leyendo apreciaciones cabales sobre Jorge Guillén entrelazadas con otra nota sobre Jaime Gil de Biedma mientras deambula por los versos de Fray Luis de Léon, se planta ante el Don Juan de Zorrilla o merodea por Eduardo Mendoza solo puede llamarse lujo cultural.

Una larga lealtad: filólogos y afines (Acantilado, 2022)

Como este humanista integral no iba a dejar una autobiografía ni del revés, porque todo sería fabulado, lo más cercano a ese regalo está en el libro que reúne episodios potentes de su trayectoria vital a través de un conjunto de perfiles de maestros, amigos, filólogos y escritores que resulta irresistible. A veces son retratos, a veces artículos o reseñas, pero en casi todos está un aliento de veracidad y respeto a la amistad y la admiración personal e intelectual. Hay semblanzas que el lector hará bien (también aquí) en saltarse para ir a otros personajes y capítulos más cercanos, amenos o curiosos, así que los de Martín de Riquer, o Mario Vargas Llosa, o Claudio Guillén, o María Rosa Lida de Malkiel, o José-Carlos Mainer es mejor leerlos para adivinar algo del personaje íntimo, por una vez expuesto casi en público.

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Sobre la firma

Jordi Gracia
Es adjunto a la directora de EL PAÍS y codirector de 'TintaLibre'. Antes fue subdirector de Opinión. Llegó a la Redacción desde la vida apacible de la universidad, donde es catedrático de literatura. Pese a haber escrito sobre Javier Pradera, nada podía hacerle imaginar que la realidad real era así: ingobernable y adictiva.
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