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Crítica literaria
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Un día en la vida de Abed Salama’, el oscuro laberinto de la ocupación israelí

El accidente de un autobús escolar. Un padre afligido en busca del cadáver de su hijo. Premio Pulitzer para Nathan Thrall por un gran libro de periodismo sobre los territorios palestinos

‘Un día en la vida de Abed Salama’ Nathan Thrall
Servicios de rescate palestinos e israelíes en Cisjordania, tras el accidente de autobús en el que perdieron la vida seis niños y un profesor el 16 de febrero de 2012 y que da lugar al libro 'Un día en la vida de Abed Salama'.AHMAD GHARABLI (AFP / GETTY IMAGES)
Guillermo Altares

Es el mejor y el peor de los tiempos para publicar un libro como Un día en la vida de Abed Salama, un gran reportaje sobre la ocupación israelí de Cisjordania, con el que Nathan Thrall, periodista e investigador estadounidense que vive en Jerusalén, ha ganado este año el premio Pulitzer a la mejor obra de no ficción. El momento no puede ser mejor porque el conflicto de Oriente Próximo ha cobrado, desgraciadamente, una renovada actualidad después de la atrocidad cometida por Hamás contra Israel el 7 de octubre —el peor ataque contra el pueblo judío desde el Holocausto, un crimen que continúa porque el grupo terrorista mantiene todavía a 125 rehenes en Gaza— y la atrocidad cometida por Israel contra la población civil de la franja, una matanza de decenas de miles de civiles —36.171 muertos según datos del pasado miércoles, la mayoría niños y mujeres—, durante la que se están cruzando constantemente líneas rojas de inhumanidad.

El hecho de que la fiscalía del Tribunal Penal Internacional de La Haya pida la detención de los dirigentes de Hamás y de Israel demuestra hasta qué punto se está fulminando en esta nueva fase del conflicto el derecho humanitario internacional.

Retrato de Nathan Thrall cecido por la editorial Anagrama.
Retrato de Nathan Thrall cecido por la editorial Anagrama.JUDY HEIBLUM (ANAGRAMA)

Pero, por exactamente los mismos motivos, es también una pena que el libro se haya publicado ahora, cuando resulta imposible mirar con frialdad y reflexión pausada la ocupación a la que, desde 1967, Israel somete a los palestinos en Cisjordania, en lo que la mayoría de las organizaciones internacionales de derechos humanos —como Amnistía Internacional o Human Rights Watch— consideran un régimen de apartheid. Se trata de una idea que comparten, aunque no lo confiesen, las autoridades israelíes que, como narra Thrall, llaman a las vías que solo pueden circular los colonos “carreteras del apartheid”, un adjetivo que utilizan solo en los documentos internos.

El novelista israelí David Grossman, la conciencia moral de un país que se está destruyendo a sí mismo desde los cimientos, ha escrito: “Más de cuatro millones de palestinos viven privados de los derechos elementales que los israelíes damos por garantizados. Aunque están a apenas unos kilómetros, están separados de nosotros por obstáculos físicos y barreras mentales de miedo y prejuicios”.

Un día en la vida de Abed Salama —una obra dura, emocionante, despiadada y profundamente triste— describe con precisión esos muros morales y físicos de los que habla Grossman, autor de un importante libro sobre la ocupación, El viento amarillo. Publicado originalmente en The New York Review of Books en 2021, Thrall amplió aquel reportaje hasta convertirlo en un gran libro de periodismo. Parte de una desgracia —la muerte de seis niños y un profesor en un accidente de autobús en febrero de 2012— para ofrecer un retrato complejo de las consecuencias de la ocupación sobre una serie de personas concretas.

La presencia israelí, que comenzó tras su victoria en la Guerra de los Seis Días y que ha ido avanzando de forma inexorable con la expansión de los asentamientos y el constante control militar, marca cada uno de los aspectos de la vida cotidiana palestina: es un laberinto de injusticia del que resulta imposible escapar. Thrall lo llama “un universo oculto de sufrimiento que afecta prácticamente a todos los hogares palestinos”.

El subtítulo —Anatomía de una tragedia en Jerusalén— describe perfectamente la forma en que está concebido el libro: todas las personas que tuvieron que ver con la tragedia son descritas con detenimiento, pero siguiendo el viejo principio del mejor reporterismo: “Muestra, no afirmes”. Son los personajes los que conducen la historia, los que van trazando el complejo sistema de represión al que Israel somete a los palestinos que viven bajo un régimen militar. Y también traza una historia de los propios palestinos, desde la corrupción de una parte importante de la clase política hasta los jóvenes que pierden la poca esperanza que les quedaba, los campos de refugiados o la pesadilla que significa moverse dependiendo del permiso de circulación que se posea o de haber pasado por la cárcel —una experiencia que han sufrido la mayoría de los jóvenes, en algunos casos con 12 años de edad—.

Un palestino es detenido por fuerzas israelíes en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, el pasado 23 de mayo.
Un palestino es detenido por fuerzas israelíes en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, el pasado 23 de mayo.LEO CORREA (AP / LAPRESSE)

Nada justifica el repugnante asalto terrorista de Hamás del 7 de octubre como nada justifica la brutalidad de la respuesta israelí, que incluye castigos colectivos como una hambruna provocada —dos acciones que la justicia internacional, conviene repetirlo, investiga como crímenes de guerra y contra la humanidad—. Pero un libro como Un día de la vida de Abed Salama permite conocer y comprender el marco en el que se desarrolla esta tragedia compuesta por miles de pequeñas tragedias, tan inconmensurables como la muerte de seis niños. Al terminar el libro, cuando se disipa la conmoción que han provocado las historias individuales, los relatos de familias infelices, cada una a su manera (en este libro no hay familias felices), es imposible no sentir un pesimismo profundo. Un analista explicaba recientemente en una radio francesa que todos los conflictos acaban alguna vez. Pero tras la lectura de este inmenso reportaje, apenas queda un hueco para la esperanza.

La inmoralidad e injusticia de la ocupación han ido destruyendo la sociedad israelí desde dentro —los autores de un reciente y larguísimo reportaje de investigación de The New York Times sostenían que “la impunidad de los colones no solo amenaza la vida de los palestinos en los territorios ocupados, sino el mismo Estado de Israel”—, a la vez que han alejado la posibilidad de una solución justa y duradera. Las 250 páginas de la crónica de Nathan Thrall sirven para contemplar y comprender una situación aberrante, para empatizar con unos seres humanos cuya vida cotidiana queda marcada cada día, a veces cada ahora, por una injusticia intolerable. Tras conocer a todos los personajes que Thrall describe, resulta difícil no pensar que la paz nunca se podrá construir sobre la injusticia y que cualquier futuro debe pasar por que todos los elementos que confluyeron en la tragedia de aquellos niños no puedan volver a producirse. Y nada indica que, cuando se disipe la niebla de la guerra de Gaza, vaya a ocurrir algo parecido.

Un día en la vida de Abed Salama

Un día en la vida de Abed Salama

Nathan Thrall
Traducción de Antonio Ungar
Anagrama, 2024
Premio Pulitzer 2024
292 páginas, 21,90 euros
Portada de 'Un dia a la vida de l'Abed Salama', de Nathan Thrall.

Un dia a la vida de l'Abed Salama

Nathan Thrall
Traducción de Pau Gros
Edicions del Periscopi, 2024 (en catalán)
Premi Pulitzer 2024
328 páginas. 21,90 euros

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.
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