Almudena Sánchez: “Le daría el Cervantes a Angélica Liddell”
La escritora publica su primer poemario, ‘Gramática de mi madre’, sobre el lenguaje que usan para comunicarse una mujer y su hija

Después del libro de relatos La acústica de los iglús (Caballo de Troya, 2016) y la novela de autoficción Fármaco (Random House, 2021), la periodista y escritora Almudena Sánchez (Andratx, Mallorca, 1985) publica su primer poemario, Gramática de mi madre (La Uña Rota), sobre el lenguaje que usan para comunicarse una mujer y su hija.
¿Qué libro la convirtió en lectora? Los tebeos de Ibáñez, Escobar, Hergé, los cuentos clásicos, el aburrimiento, la naturaleza, el dolor, los veranos, y (sobre todo) la colección de Los Cinco.
¿Y en escritora? Cartas a un joven poeta, de Rilke.
¿Qué libro ajeno le habría gustado escribir? Ada o el ardor, de Nabokov.
¿Qué aprende una narradora escribiendo poesía? ¿Y viceversa? Una narradora debería ser poeta y una poeta debería ser narradora. No veo mucha diferencia.
¿Cuál es la mejor crítica que ha recibido? Una lectora me dijo una vez que se había aprendido un capítulo de Fármaco de memoria y que lo iba recitando por la calle.
¿Y la más extravagante? Que mis libros recordaban a H. G. Wells.
¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado? Me estoy leyendo los cuentos de Magalí Etchebarne y me están pareciendo frescos y sensacionales.
¿El que tiene abierto ahora mismo en la mesilla de noche? En la mesilla de noche tengo un biberón, chupetes, toallitas y pañales, así que ahora no hay libro…
¿Qué película ha visto más veces? La gran belleza.
¿La última serie que vio del tirón? El encargado.
Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería? Creo que Ser árbol, de Nacho Vegas.
¿La que suena en bucle en su cabeza? I Love You Baby, la versión de Frank Sinatra.
¿En qué museo se quedaría a vivir? En la última planta del Reina Sofía. Una vez me hizo fotos Lisbeth Salas allí y los atardeceres son espectaculares.
¿Qué suceso histórico admira más? No es el más importante, pero me acuerdo mucho del 15-M con emoción.
¿Qué encargo no aceptaría jamás? ¿Literario? No aceptaría escribir una novela histórica trepidante y cautivadora para un millón de lectores. ¿Otro tipo de encargo? No mataría, ni dañaría, ni acosaría jamás a nadie.
¿Qué está socialmente sobrevalorado? El éxito, la fama, la productividad, ser el mejor.
¿A quién le daría el próximo Premio Cervantes? A Angélica Liddell. Y cuando crezca un poco más, a Mario Obrero.
De no ser escritora le habría gustado ser… Nadadora y submarinista.
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