Las críticas de teatro de la semana: circo como plegaria y exorcismo y una revisión del espejismo de la contracultura catalana de los setenta
Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados
Marie Molliens, funambulista, no deja un cable suelto. Desde 2012 dirige la Compañía Rasposo, un circo teatro familiar fundado por sus padres en 1987. En Oraison, espectáculo suyo en gira por España, el blanco de Zaza Kuik, lanzadora de cuchillos, es ella misma: los clava al borde de sus propios pies. Según camina, va dejando un reguero de puñales. Luego, dibuja a cuchillazo limpio la silueta estremecida de Robin Auneau. El público se sobrecoge con él, porque siente en carne propia la probabilidad de que la rubia lo acribille. En su carpa minúscula, los artistas de Rasposo crean un clima risueño pero desasosegador. Oraison es una plegaria por Joseph Molliens, padre de Marie, fallecido hace pocos años. También es un exorcismo contra el abaratamiento del sagrado oficio circense.
Nodi: de gossos i malditos es un montaje sencillo, pero brutalmente honesto, donde la joven compañía La Moukhles & Sentís mira la contracultura catalana de los años setenta con el cariño que proporciona la distancia generacional. Maria Donoso y Albert Boronat firman la dramaturgia y la dirección de una propuesta inteligente, política y con mucho humor. En un presente donde vemos espectáculos que se han parido en dos meses, es un placer descubrir una pieza que se ha cocinado a fuego lento durante tres años. Mientras que Madrid tuvo su Movida (promovida por el ayuntamiento), Barcelona vivió unos años de libertad que, vistos con la mirada actual, parecen un espejismo.
‘Oraison’, de Compagnie Rasposo
‘Nodi: de gossos i malditos’, de La Moukhles & Sentís
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