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Las críticas de teatro y danza de la semana: una obra entre la genialidad y el desconcierto, una farsa con Juan Carlos I como protagonista y baile contra la gordofobia

Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados

Una escena de la obra 'Ficciones', de la compañía Exlímite.
Una escena de la obra 'Ficciones', de la compañía Exlímite.Carla Maro

Ficciones, de la compañía Exlímite, es una obra que parece a ratos una genialidad y por momentos desconcertante. Empieza como una película de terror y sigue como un espectáculo de variedades, un corto de terror gore y una performance surrealista. Cuando crees que le has pillado el asunto, la cosa cambia de registro y te saca de quicio. Tan pronto te suelta una reflexión filosófica como te asalta con un delirio estilo Muchachada Nui. Combina el humor agudo con ocurrencias tontas y conversaciones de barra de bar. Se hace larga, pero no quieres que acabe. Te aburres y te ríes. Es confusa, pero te atrapa. ¿Qué hacemos los espectadores con todo esto? Cada cual que lo gestione a su manera, habrá quienes salgan cautivados y otros aturdidos, pero no hay duda de que se trata de un trabajo singular y magnético, que no resulta redondo pero que contiene instantes de esos que te hacen rebullir en la butaca.

Clacson, trombette e pernacchi, la respuesta de Dario Fo al asesinato de Aldo Moro en 1978, es una farsa en la que su autor sostiene que, si en lugar de un político el secuestrado hubiera sido un financiero, el Estado habría negociado su liberación sin pestañear. El protagonista de la pieza es Gianni Agnelli, presidente de la Fiat. Su nombramiento como senador vitalicio en 1991 confirmó la tesis de Fo, autor de otra comedia de secuestros anterior. Santiago Sánchez que montó Clacson… en España en 1992, ha vuelto a escenificarla con otro título: Descarados, pieza hispanizada en la que el accidentado es Juan Carlos I.

Si no conoce el trabajo de Alberto Velasco, Mover montañas es un buen pasaporte a ese mundo suyo de activismo performativo, que aspira a convertirse en el de todos, desde lo político y lo social. Porque trata Velasco aquello que habitualmente no tiene un lugar notorio en la escena y que también atraviesa su propia vida, dicho por él en varias ocasiones e incluso reflejado en su libro Pobre, gordo y maricón: lo excluyente por no normativo; lo no estandarizado por diverso.

Escena de la obra 'Ficciones', compañía Exlimite. Fotografía: CARLA MARO

'Ficciones', de Exlímite

El nuevo espectáculo de la compañía Exlímite, con Fernando Delgado-Hierro y Juan Ceacero en la dramaturgia y dirección, no es redondo pero sí muy estimulante. Crítica de Raquel Vidales.
Escena de la obra 'Descarados', Centro Cultural de la Villa. Fotografía: VICENTE A. JIMÉNEZ

'Descarados' de Santiago Sánchez

En su versión actualizada de esta incisiva comedia política escrita al hilo del secuestro de Aldo Moro, Santiago Sánchez diluye la hipótesis del premio Nobel italiano. Crítica de Javier Vallejo.
Escena de la obra 'Mover Montañas', Alberto Velasco. Fotografía: JOSÉ JORDAN

'Mover montañas', de Alberto Velasco

El nuevo espectáculo de Alberto Velasco es un buen pasaporte al mundo de activismo performativo del artista, que aspira a convertirse en el de todos, desde lo político y lo social. Crítica de Mercedes L. Caballero.
Escena de la obra 'Los guapos', Centro Dramático Nacional. En la imagen los actores Anna Alarcón y Vito Sanz. Fotografía: LUZ SORIA (CDN)

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