‘Limpieza general’, versos para leer las grietas del alma
Los poemas de Eva Vaz son un tratado del desamor en tiempos inclementes que desemboca, tras la ruptura, en una fragilísima brecha de esperanza
Hay una periferia en nuestra realidad poética que, además de territorial, tiene algo de temática, incluso es difícil de clasificar en las tendencias o categorías establecidas. Eva Vaz (Huelva, 1972) comparte esos dos “atributos”. Nacida a la poesía en la década de los noventa al calor de la iniciativa crítica Voces del Extremo (Enrique Falcón, Antonio Orihuela, Isabel Pérez Montalbán…), es dueña de un universo agrietado en el que conviven las precariedades sociales con las heridas íntimas. Esa hibridación, que acaba impregnando su lírica de un pulso existencial pesimista y descreído, perturba y conmueve a la vez.
Cruda y directa en la expresión, con relumbres que vienen de Sylvia Plath o de Sharon Olds, en su último libro, Limpieza general, nos ofrece todo un tratado del desamor en tiempos inclementes. Dividido en tres apartados, parte, en el primero, de la interioridad más honda (‘Ruido de venenos’), una veraz y dura introspección en los psicofármacos y sus efectos en el alma, en sus capacidades como agente sanador; se despliega en la segunda parte y de manera brutal, en el mar del desengaño, en el fraude y en la quiebra de la cotidianidad, en un canto ácido y directo a la separación y a la ruptura (“Esta noche, por fin, / voy a dormir limpia, sin medusas, / ni soñadores con pretensiones de bajo vientre”), un proceso que conlleva fragilidad, desvalimiento y, a la vez, briznas de luz y de salvación y al que titula ‘Pasar fractura’.
Ambos mundos, estrechamente relacionados, desembocan en una serie de poemas que se proyectan hacia el exterior, pero sin abandonar del todo las grietas del alma: tras un breve paréntesis social, con la crisis migratoria o los sueños rotos de un joven empleado, entre otros focos de lo colectivo, Eva Vaz cierra el libro con un balance de la limpieza emocional (‘Mal olor’) iniciada al comienzo para acabar en la soledad y ante una fragilísima brecha de esperanza: “Dejad que se me caigan / las postillas de los ojos / y vuelva a mirar al mundo / con la vehemencia de los sustos leves”. Una poesía que mira a las roturas de la experiencia con ojos de mujer y con iracunda serenidad.
Limpieza general
Garvm Poesía, 2023
92 páginas. 10 euros
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