Tommy Kha, la fotografía como sinónimo de uno mismo
Mediante reproducciones en cartón de su propio cuerpo, máscaras y puzles, el artista estadounidense ensancha el género del autorretrato. Una obra cargada de humor que habla tanto del peso de la gran historia como de la historia personal autor
Constellations (VIII), es una de las obras más conocidas del Tommy Kha (Memphis, Tennessee, Estados Unidos,1988). Uno de los muchos autorretratos del autor, en el que vestido con un traje inspirado en el que lució Elvis Presley en el concierto Aloha from Hawaii, mira de frente, impávido y desgarbado, en el interior de una llamativa cocina azul de los años cincuenta. Una recreación tan divertida como absurda y enigmática donde nada parece encajar. Lo cierto es que el protagonista no está dentro de la escena. En su lugar hay un recorte de cartón. Una fórmula de la cual el fotógrafo echa mano de manera continuada para hablar del desarraigo, de la búsqueda de la memoria y de la identidad. De los múltiples fantasmas que pueblan una mente tan caprichosa y festiva como incisiva.
“Me parezco a mi tía abuela, de la que me cuentan que ‘leyó demasiados libros y se volvió loca’, advierte el artista en Tommy Kha, Half, Full, Quarter. La monografía, publicada recientemente por Aperture, reúne casi una década de trabajo. Los fragmentos de un yo desmenuzados en paisajes de su ciudad natal, en álbumes familiares y autorretratos; distintas piezas permeadas por el peso de la historia, la de un lugar y la suya propia. De padres chinos emigrados a Vietnam, Kha nació y se crió en Memphis, en el vecindario de Whitehaven, donde se encuentra Graceland, la mansión del Rey del Rock, Elvis. No debió de ser fácil crecer como descendiente de emigrantes, además de ser queer en el Sur profundo de Estados Unidos. Aun así, su ciudad natal es hoy para el autor “una frontera activa entre la fantasía y la memoria, la nostalgia y la historia, la no ficción y la mitología”, tal y como la describe. Sin embargo, fue en Nueva York donde comenzó a centrar su obra en la exploración de su propia figura. En la búsqueda de “sinónimos de sí mismo”. Dando forma a una serie de autorretratos donde la cámara nunca gira hacia el autor. Por medio de la integración de recortes de su cuerpo, de máscaras impresas en 3D, de puzles y otro tipo de recursos, Kha logra convertir su representación en una especie de recurso visual. Insertándose a sí mismo en su obra, no solo desafía al canon del arte occidental, sino que se hace visible de una forma que le permite controlar su imagen.
El año pasado, Kha se vio envuelto en una polémica, cuando Constellations (VIII) fue retirada de una exposición colectiva que tenía lugar en el Aeropuerto Internacional de Memphis. “La situación en sí resultó muy vergonzosa”, asegura el fotógrafo durante una conversación telefónica desde Brooklyn, Nueva York, donde tiene su estudio. “Todo surgió por mi condición asiático-americana. Por los comentarios racistas que aparecieron en las redes sociales —un lugar francamente aburrido donde buscar información y que además trastorna a la gente—. Resulta tan ridículo”, advierte. “La polémica desvió la atención de los otros grandes artistas que componían la muestra. ¿Quién me había dado permiso para vestirme como Elvis?, venían a decir. La obra se retiró sin avisarme, y, otro dato vergonzoso, la volvieron a poner solo por el hecho de que yo protesté. En general, la gente me apoyaba, pero esta no será la última vez que ocurra esto, a mí y a cualquier otro artista”.
La idea de utilizar recortes en sus autorretratos la inspiró la película Game of Death; la inesperada muerte de Bruce Lee durante el rodaje hizo que para solucionar una escena donde debe aparecer el reflejo del actor en un espejo utilizaran una imagen de cartón. Así, uno se encuentra con la cara de Kha en los lugares más insospechados, exagerando la sensación de dislocación que subyace a la obra. “Sugieren la indisolubilidad, la imposibilidad de asimilar, dentro de una nación o en contexto de la cotidianidad”, apunta el escritor Hua Hsu, en uno de los textos que se incluye en la publicación. “¿Cómo llega uno a su propia representación? Buscó la respuesta desde ambos lados de la cámara”, afirmaba durante una entrevista con Aperture. La cuestión está en llegar a uno mismo. Al artista le gusta relacionar su obra no solo con la performance sino con el proceso del collage. Con un collage hecho de distintos materiales que describen experiencias. “Mis fotografías se sitúan entre el autorretrato y la naturaleza muerta”, señala. Aun así, con anterioridad ha trabajado en series más perfomativas, como lo es Return to the Sender, en la que el fotógrafo pide, tanto a conocidos como a extraños, que le besen mientras dispara su cámara con una cara totalmente inexpresiva. “Funciona como una expresión de mi poder, de cómo puedo habitar un espacio y hacer una caricatura de él”, apunta Kha. “De esta serie, me gusta la repetición que se establece para no llegar nunca al mismo sitio. Trata más del proceso que del resultado”.
En Half, Full, Quarter, se entreteje el trauma y las experiencias pasadas de la fragmentada historia familiar del autor. En el libro resuena el olvido de la comunidad asiática dentro del relato más reciente de la historia de América. Nos encontraremos de forma recurrente con la madre del autor. Con el relato, a través de instantáneas sacadas del álbum familiar, de su viaje a los Estados Unidos, donde llegó en los ochenta y también con nuevos retratos donde se convierte en musa del autor. “Soy un recorte de mi madre”, afirma Kha. “Cada fotografía que tomo de ella es un medio autorretrato. Mirar a mi madre es muy parecido a mirar a un collage hecho de piezas. Ella también es un recorte de mi abuela, y fotografiar a mi abuela es un cuarto de autorretrato. Retroceder a través de esta fragmentación es también adentrarse en un paisaje, el paisaje del sur. Un paisaje que a veces aparece fracturado, otras, como algo mucho más grande donde siempre queda algo fuera. Va en paralelo con mi identidad y lo que hago es tratar de unificar todo lo que es accesible a través de la fotografía. De una máquina que fragmenta la realidad”.
‘Tommy Kha. Half, Full, Quarter’. Aperture, 2023. 176 páginas. 55 euros.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.