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‘Cucaracha con paisaje de fondo’: Yerma y el juramento hipocrático

Ganadora de dos premios Max en 2023, este espectáculo de la compañía Mujer en Obras sobre el anhelo de tener un hijo es un contrapeso en una cartelera donde los repartos siguen siendo reflejo de una jerarquía social masculinizada

Cucaracha con paisaje de fondo
Escena de la obra 'Cucaracha con paisaje de Fondo'. En la imagen, de izquierda a derecha, June Velayos, Virginia de la Cruz,, Matilde Gimeno (tendida), Laura Barceló y Eva Chocrón.
Javier Vallejo

El anhelo de tener un hijo y la inevitabilidad de la muerte. Dos temas graves que Javier Ballesteros utiliza para tricotar una comedia negra ligera, paródica y divertida, ganadora de los Premios Max 2023 al Mejor Espectáculo Revelación y al Mejor Autor Revelación. Pero el asunto último que sobrevuela Cucaracha con paisaje de fondo es el quebranto recurrente del juramento hipocrático. En esta obra que se repone ahora en el Teatro Quique San Francisco, de Madrid, su autor, director y único intérprete masculino utiliza convenciones de la tragedia griega (el enfrentamiento sucesivo de los tres protagonistas, la intervención del oráculo, las entradas y salidas del coro…) para delimitar el área sacra en la que un doctor poco escrupuloso irá cometiendo sucesivas faltas graves: en la clínica balneario de su propiedad, el juego limpio brilla por su ausencia.

El paisaje de la pieza lo compone un coro de mujeres yermas, que se expresan a ratos con la impronta lírica de la protagonista de la tragedia lorquiana: todas ellas sienten un vacío interior. Ballesteros observa a sus criaturas con sarcasmo. Las modela con arcilla confiando en que sus bravas intérpretes les insuflen el soplo vital. El procedimiento paródico que utiliza no difiere del que pusieron en boga Muñoz Seca y Jardiel con La venganza de don Mendo y Angelina o el honor de un brigadier. Como los personajes de aquellos dramas cómicos, los de Cucaracha… hablan en verso, aunque a veces pasen a expresarse en prosa o en una prosa rimada que quiso ser octosílabo pero hizo pereza.

El título alude a Fernanda, mujer malasombra que al público le cae en gracia por el carácter persuasivo, seductor y hedonista que le confiere María Jáimez, actriz joven cuya enconada defensa del personaje es digna de las que Bette Davis emprendía cuando le encomendaban papeles antipáticos. Modelada por Jáimez, Fernanda irradia luz oscura a intervalos regulares: es una viuda negra y una sibila, una diosa Kali con menos brazos. Las enfermeras de bata blanca y las bañistas de albornoces inmaculados que toman la cura de aguas en la clínica de Federico, son su contrapunto benigno, aparentemente. Y el verismo de sus desnudos contrasta enérgicamente con el artificio deliberado de las pelucas que llevan y de los diálogos rimados que entablan.

En Cucaracha… los giros en la peripecia se precipitan, siempre con un trazo humorístico que evoca al del Jardiel de Los habitantes de la casa deshabitada. Por su lógica argumental disparatada, en la escritura de Ballesteros se entrecruzan los estilos de Javier Daulte y Rafael Spregelburd con los de Mihura y sus colegas de La Codorniz, cuyo arco dramático va del realismo a lo caricatural. La dieta ovípara que Federico establece en su centro médico se hace eco del régimen de guisantes que el doctor le impone al soldado Woyzcek en la tragedia grotesca de Büchner: su práctica clínica cotidiana, al cabo, deja tanto que desear como la que Molière satiriza en El médico a palos.

La dirección precisa del propio autor orienta a sus actrices pero les deja holgura: June Velayos, Matilde Gimeno, Virginia de la Cruz y Laura Barceló tienen todas ellas su aquel y pegan cada una su patadita. La Cristina de Eva Chocrón pasa inadvertida, como el huevo del cuco, hasta que ve llegado el momento de imponer sus condiciones. En una cartelera donde los repartos siguen siendo reflejo de una jerarquía social masculinizada, la compañía Mujer en Obras viene a ejercer un contrapeso con espectáculos como este.

‘Cucaracha con paisaje de fondo’. Texto y dirección: Javier Ballesteros. Teatro Quique San Francisco, Madrid. Hasta el 11 de junio.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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