_
_
_
_
_

‘Una buena vida’: ¿de qué hablamos cuando hablamos de ser felices?

El mayor estudio sobre desarrollo humano dice haber encontrado el secreto de la felicidad. Pero despierta algunas dudas

BABELIA 29/04/23 FELICIDAD
DIEGO QUIJANO

Robert Waldinger, psiquiatra además de monje budista, y Marc Schulz, psicólogo clínico, están actualmente al frente del Estudio de Harvard sobre el Desarrollo en Adultos. Un colosal trabajo iniciado en 1938 que sigue en marcha y en el que han participado hasta el momento 1.300 personas. Tres generaciones de estadounidenses entrevistados, encuestados y sometidos a periódicos exámenes médicos para construir un gigantesco mapa de nuestras mortales vidas. Waldinger y Schulz han querido compartir en un libro, publicado ahora en España, las enseñanzas que encierran los archivos del proyecto. Buscando quizás el gancho comercial, lo presentan como un tratado sobre la buena vida, un camino “que incluye confusión, calma, frivolidad, líos, preocupaciones, logros, contratiempos, grandes avances y terribles tropiezos”. Admiten, sin embargo, que “no hay ninguna investigación, por muy rica que sea, que baste para poder hacer afirmaciones generales sobre nuestra experiencia”. Por eso, el libro se apoya también “en cientos de otros experimentos científicos que implican a miles de personas en todo el mundo”.

Un bagaje de datos científicos que les permite afirmar con rotundidad que la fuente principal de felicidad (también de dolor) está en las relaciones que establecemos con los otros. Cuanto mejor y más intensa sea nuestra vida social, más felices seremos, aseguran. Aun así, reconocen algunas realidades que matizan su conclusión. Por ejemplo, la importancia del dinero, que, pese a no dar la felicidad, se mantiene como el mayor objeto de deseo en nuestro mundo. ¿Será porque la felicidad no nos basta? ¿O porque sin una estabilidad económica es difícil ser feliz? El propio libro recoge las conclusiones de un estudio de 2010, a partir de una encuesta Gallup con 450.000 respuestas, que venía a establecer los 75.000 dólares (algo menos de 69.000 euros) de ingresos anuales como la cantidad justa para vivir sin preocuparse del vil metal. Por supuesto, la fama, la consideración social, los éxitos profesionales cuentan también, al menos en la medida en que la cultura —”esa agua en la que nadamos”— los considera importantes. Y cuenta también lo que vemos a nuestro alrededor. “Compararnos forma parte de la naturaleza humana”, recuerdan, pero “la investigación ha demostrado que cuanto más nos comparamos con los demás, incluso cuando esta comparación nos beneficia, menos felices somos”.

Como dijo Epícteto, empeñarse en cambiar lo que está fuera de nuestro control es una importante fuente de amargura. Y fuera de nuestro control está casi todo, porque la vida es una lotería

Por si estos condicionantes fueran pocos, al hablar de felicidad tenemos que tener en cuenta que, como dijo Epícteto, empeñarse en cambiar lo que está fuera de nuestro control es una importante fuente de amargura. Y fuera de nuestro control está casi todo, porque la vida es una lotería. El libro, bien escrito aunque recurra a veces a tecnicismos, ofrece innumerables consejos para lograr esa “buena vida” a partir de las experiencias de los participantes en el estudio de Harvard. Pero ¿es posible juzgar la plenitud de una vida desde el exterior? ¿Acaso no altera el experimento la mirada del observador? ¿Hasta qué punto exponen los entrevistados y encuestados la realidad de sus sentimientos? Son algunas de las preguntas que suscitan el estudio y el libro. Los propios autores relativizan en alguna medida sus hallazgos al reconocer, por ejemplo, la naturaleza de la soledad, que no deja de ser una experiencia subjetiva. Por eso, uno de los participantes que vive en una caravana en Montana y tiene mujer, hijos y nietos con los que solo se comunica por teléfono, y a los que no visita, “para no molestar”, no puede considerarse —como cabría suponer de acuerdo con las conclusiones del estudio— el hombre más fracasado del mundo. Porque se siente conectado pese a su soledad, mientras otras personas, rodeadas de amigos y con pareja estable, dicen sentirse solas. Misterios de la condición humana.

Portada de 'Una buena vida', de Robert Waldinger y Marc Schulz. EDITORIAL PLANETA

Una buena vida

Robert Waldinger y Marc Schulz 
Traducción de Gema Moraleda
Planeta, 2023
408 páginas. 21,90 euros

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_