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‘La mirada de Humilda’: duelo por la muerte de un perro

Alonso Sánchez Baute consigue intelectualizar el dolor por la pérdida de una mascota en una novela que trata sobre el amor, la ausencia y el fracaso

Alonso Sánchez Baute
El escritor colombiano Alonso Sánchez Baute con su perra 'Humilda' en su casa.Olga Lucía Jordán
Juan Diego Quesada

Hay dos hombres de mediana edad sentados frente a frente, reclinados cada uno en un sofá. Al que narra la muerte de su perra se le ha encogido la voz y la cara se le ha llenado de lágrimas. El que escucha el dolor de la pérdida y el largo duelo que le siguió hasta sumir al dueño del animal en una pequeña depresión ha intentado por todos los medios contenerse, pero los ojos se le han enrojecido. La escena ocurre en la planta 17ª de un edificio desde el que se contempla toda la ciudad de Bogotá, la luz destemplada, el olor a asfalto mojado, y no en un instituto de salud mental, como cabría suponer.

Alonso Sánchez Baute (Valledupar, 1964) recibe al periodista esta mañana en su apartamento de diseño, y en un rato acabarán cara a cara en el salón. El autor colombiano ha escrito un libro hermoso en forma de novela, ensayo y carta sobre la vida y la muerte de Humilda, una West Highland white terrier que le acompañó durante una década. El día que ella murió, él gritó y lloró mientras la contemplaba en la clínica veterinaria. Al cruzar la calle se desplomó en la acera y se quedó ahí tendido durante un tiempo que no logra contabilizar. No sabía qué hacer con el cadáver de la perra.

Las presentaciones de la novela se han llenado de lectores con sus mascotas atadas. A menudo las palabras del escritor quedan ahogadas por los ladridos. En el público hay asistentes olisqueándose entre las sillas

La mirada de Humilda, como se llama el libro, ha tenido una gran acogida, se encuentra entre los más vendidos en Colombia. Las presentaciones de la novela se han llenado de lectores con sus mascotas atadas. A menudo las palabras del escritor quedan ahogadas por los ladridos. En el público hay asistentes olisqueándose entre las sillas. A sus redes sociales llegan mensajes de gente emocionada que ha perdido a sus perros y no sabía hasta ahora expresar ese dolor sin sentirse ridícula a ojos de los demás. La literatura había ahondado mucho en los últimos años en la muerte de los padres, los hijos, los hermanos, pero Sánchez Baute ha sido de los primeros en intelectualizar el dolor por la pérdida de una mascota.

La novela trata sobre el duelo, el amor, la pérdida y el fracaso, en este caso el fracaso del escritor. Antes de dedicarse a esto, Sánchez Baute era abogado en la contraloría general de la República de Colombia, el órgano fiscal del Estado. Trabajaba en el área de personal, en horario de ocho de la mañana a cinco de la tarde. Al llegar a casa después de una hora en transporte público, se preparaba la cena y se sentaba a escribir el que iba a ser su primer libro, Al diablo la maldita primavera, la historia de una drag queen que narraba el lado marginal de la homosexualidad en Bogotá. El libro entusiasmó a casi todo el mundo, y a los pocos que no, los escandalizó. Él se convirtió de un día para otro en un escritor de renombre.

Tras varios años de fiestas en el piso del escritor, ‘Humilda’ empezó un día a convulsionar. Aterrado, Sánchez Baute dejó de parrandear y se alejó de muchas amistades

La elaboración del libro le dejó exhausto física y mentalmente. Se embarcó en una rumba continua de la que no saldría hasta varios años después. Cada fin de semana había fiesta en su apartamento. El exceso duró hasta que vio a Humilda convulsionar sin aparente motivo. Movía el cuerpo, se golpeaba la cabeza con el borde de la cama y se agitaba sin control. La llevó al veterinario, le pusieron cables en la cabeza y le hicieron todo tipo de pruebas, pero no dieron con qué le ocurría. Sánchez Baute quedó aterrado. Dejó de parrandear, ni en su casa ni en la de otros. Se alejó de muchas amistades. Le aterraba estar fuera mucho tiempo por si la perra sufría una nueva crisis.

La relación entre los dos, a lo largo del libro, es entrañable. Al principio, el escritor compartía a Humilda con K, su pareja argentina. Durante un viaje a Buenos Aires se separaron y Baute, aprovechando un descuido de su ex, se llevó en volandas a la perra y se escapó en un taxi. Desde entonces se volvieron inseparables. Dormían juntos. Él escribía y ella lo miraba. Él veía la tele y ella se acurrucaba a su lado. Hicieron amigos perros y humanos en el parque, con los que combatieron a unos vecinos malintencionados que envenenaban a las mascotas. Entre todos hicieron una colecta para colocar cámaras de vigilancia. Humilda ayudó a socializar a Baute, un tímido empedernido, pero que no es nada lento. En una ocasión unos ladrones se llevaron a la perra para pedir un rescate, pero el dueño corrió tanto que consiguió alcanzarlos en una esquina. El amor te convierte en Carl Lewis.

“La sociedad siempre está manipulándole las emociones al hombre. Cada emoción tiene una descripción. La de los animales aparecía hueca. Desde hace 2.000 años se inventó que el hombre era superior a ellos y tenía pleno dominio de la naturaleza y no había que llorar por ellos”, explica Sánchez Baute.

El escritor sabe que si él hubiera muerto antes, Humilda hubiera sido de esos perros que pasa el resto de sus días acostada a los pies de la tumba

Quería tanto a su perra como Alfonso Cano, uno de los líderes históricos de la guerrilla de las FARC. Cuando el Gobierno puso un precio desorbitado por su cabeza, Cano vivía escondido en la selva con solo 14 escoltas de su máxima confianza. Había dejado toda su vida atrás, pero no a sus dos perros, un criollo y un labrador. Al escritor le conmueve en el libro que el hombre más buscado fuera delatado por los ladridos de los perros, que le revelaron al ejército donde se ocultaba. Una lluvia de bombas cayó sobre ellos.

El escritor sabe que si él hubiera muerto antes, Humilda hubiera sido de esos perros que pasa el resto de sus días acostada a los pies de la tumba. Como fue al revés, él enterró su cadáver en una finca a las afueras de la ciudad. Plantó encima un árbol de mermelada, un arbusto con una florecita en forma de campana que da el néctar favorito de los colibríes. “Quiero que los colibríes visiten a Humilda todo el tiempo”.

Portada de 'La mirada de Humilda', de Alonso Sánchez Baute.

La mirada de Humilda

Autor: Alonso Sánchez Baute.


Editorial: Seix Barral, 2022.


Formato: e-book (7,99 euros).


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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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