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Jayne County, memorias de una rockera trans

Se publica en español la autobiografía de la cantante y actriz, que formó parte de la vanguardia de los setenta y del círculo de Warhol. Arrinconada durante décadas, hoy se la reconoce como una pionera

Jayne County
Jayne County (Wayne County) en 1978.Alamy Stock Photo

El título de una de sus primeras canciones preguntaba “Are you man ­enough to be a woman?”. Es decir, ¿eres lo suficientemente hombre para ser una mujer? Jayne County siempre ha sido un desafío, surgido a su vez del desafío que supone vivir siendo diferente. Dicha canción, que empezó a interpretar cuando aún se llamaba Wayne, dio título en 1997 a su autobiografía, que se publica ahora en castellano con un epílogo escrito por la autora en 2021. County nació y creció en el sur de Estados Unidos, en el seno de una familia religiosa. Un personaje de City of Night, de John Rechy, una drag llamada Miss Destiny, le dio algunas pistas acerca de su propia identidad. “En general, en aquellos tiempos era complicado identificarse con una mujer trans”, explica desde su casa en Georgia, ciudad a la cual regresó hace algunos años. “Lo máximo que podía llegar a saber es que existía Christine Jorgensen [primera mujer estadounidense que en los años cincuenta anunció públicamente que se había sometido a una operación de reasignación de sexo], porque salía en las revistas y los noticiarios, así que me emocionó mucho descubrir que el mío no era un caso aislado”.

“Poco después de vernos, David Bowie se depiló las cejas y se pintó las uñas. Sin nosotros, Ziggy Stardust no habría existido”

A finales de los sesenta se marchó a Nueva York y, una vez allí, descubrió que el underground local estaba hecho a su medida. A partir de su star system alternativo, Andy Warhol había encumbrado a mujeres trans como Candy Darling y Holly Woodlawn, mientras que Jackie Curtis estrenaba obras de teatro en el circuito off off de Broadway. County compartió cartel con todas ellas y también con futuras estrellas como Patti Smith y Debbie Harry. En 1971 tuvo un papel significativo en Pork, obra que, de forma paródica, reproducía un día en la Factory. “El reparto, que era un escándalo ambulante, viajó a Londres para estrenar la obra. Uno de nuestros fans más entregados fue David Bowie, que vino a vernos en varias ocasiones. Había actrices con las cejas depiladas y actores con las uñas pintadas y pelos teñidos con colores chillones. Poco después, David se había depilado las cejas, pintado las uñas y teñido de naranja, ¡parecía un miembro de Pork! Creo que, si no hubiese sido por nosotros, Ziggy Stardust nunca habría existido”. En más de una ocasión, County ha proclamado que sus ideas han sido copiadas con éxito por otros artistas. Bowie no fue el único. Existe, por ejemplo, una foto de County, que debe remontarse a principios de los setenta, donde se la ve con su habitual atuendo femenino y pasando el aspirador por la moqueta de un salón, años antes de que Freddie Mercury grabara el vídeo de I Want to Break Free.

El rock and roll era una de sus pasiones y en 1972 montó Queen Elizabeth. Registraron un disco que el sello ESP-Disk, que editaba a Albert Ayler y a The Fugs, nunca publicó. “La mujer del propietario era homófoba y tránsfoba. Pero, sobre todo, es que aquel disco era demasiado. Decir que era escandaloso se queda corto. El sello se acobardó. Sin embargo, en 1993 me publicaron el álbum Goddess of Wet Dreams”. En aquellos días, su puesta en escena incluía trajes hechos con condones inflados como si fueran globos y canciones de letras obscenas y escatológicas. Munster Records sacó en 2006 un cautivador documento de aquellas actuaciones, Wayne at the Trucks. County era la pieza más extrema de la escena musical que se estaba formando en Nueva York. Compañera de generación de New York Dolls, Suicide, Ramones y Television, resultaba transgresora incluso para una escena naturalmente transgresora.

En 1977, ella y su banda, The Electric Chairs, fueron a actuar a Londres. Nada más llegar, se dieron cuenta de que debían quedarse allí. Su gran aportación a aquella revuelta adolescente fue la canción ‘If You Don’t Wanna Fuck Me, Baby (Fuck Off)’ (Si no quieres follarme, que te jodan), otra poderosa declaración de intenciones. “La escena punk era mucho más teatral y yo encajaba mejor en ella. Llenábamos allá donde actuáramos. Los ingleses parecían entenderme mucho mejor”. Derek Jarman contó con ella para su segundo largo, una fantasía punk llamada Jubilee. Hicieron giras por Inglaterra y Europa, sacaron cuatro álbumes y varios singles, se hicieron populares en Alemania. El rock and roll nunca había tenido a alguien como Wayne. Hasta entonces, la presencia de mujeres trans en la música pop se reducía a casos como el de la música electrónica Wendy Carlos (autora de la banda sonora de La naranja mecánica), la arreglista y directora de orquesta Angela Morley, además de Amanda Lear, que debutó como cantante de música disco envuelta en su habitual ambigüedad (siempre ha negado serlo). Aunque no fuese artista, otra presencia trans de aquellos días fue la de Rachel Humphries, compañera de Lou Reed entre 1974 y 1978. “Salíamos juntas cuando íbamos al Club 82 [cabaret que fue punto de encuentro del colectivo drag y trans de Nueva York durante décadas]. La prensa la trató fatal y eso enfadaba mucho a Lou porque estaba muy enamorado de ella. Luego Lou también se portó mal con Rachel. Ella tomaba hormonas y eso interfería en la parte sexual de su relación. Así que dejó de tomarlas y empezó a tener aspecto masculino. Lou se deshizo de ella. Podía ser muy cruel. Le gustaban las mujeres trans, pero se sentía culpable por ello”.

En la exposición ‘Punk: Chaos to Couture’, que se inauguró en 2013 en el Met de Nueva York, se le dedicó toda una sala

County se quedó a vivir en Berlín en 1979. Cambió su nombre por el de Jayne. Siguió grabando y actuando, pero llegaron horas bajas y para sobrevivir tuvo que dedicarse a la prostitución. A medida que el punk ha ido siendo reconocido como un capítulo importante de la cultura del siglo XX, ella ha obtenido cada vez más respeto. Su condición de pionera no ha pasado inadvertida. En la exposición Punk: Chaos to Couture, que se inauguró en 2013 en el Met de Nueva York, se le dedicó toda una sala. “Es estupendo para una artista underground como yo obtener este nivel de atención. La gente no está acostumbrada a que las mujeres trans tengan visibilidad en el mundo del arte y la música. Estoy muy orgullosa de lo que he conseguido”. Lleva años centrada en la pintura y cada tanto realiza alguna exposición. Aunque no la ha abandonado completamente, la música ya no es su medio principal de expresión. Antes de despedir la entrevista, habla de su nuevo single, una versión del tema de Iggy Pop ‘Houston is Hot Tonight’, que ha registrado con la también artista trans Am Taylor. “Jayne County todavía tiene mucho que ofrecer a quienes le presten atención”, dice con el descaro que le confiere haberse curtido en decenas de batallas.

portada libro 'Man enough to be a woman', JAYNE COUNTY. COLECTIVO BRUXISTA

Man Enough to be a Woman

Autor: Jayne County.


Traducción: Ibon Errazkin y Tito Pintado.


Editorial: Colectivo Bruxista, 2022.


Formato: tapa blanda (220 páginas. 22,50 euros).

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