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‘Noches en el circo’, exceso e ingenio agotadores

La novela de Angela Carter, con una galería de personajes similar a ‘La parada de los monstruos’, mezcla el lenguaje más procaz con el más refinado

Angela Carter ‘Noches en el circo’
La escritora británica Ángela Carter, en 1990.Joan Sanchez

No sé si Angela Carter es una escritora reconocida en España. Su obra más rompedora ha venido siendo editada por Sexto Piso con encomiable fe y la verdad es que se trata de una narradora singular, provocadora e imaginativa como pocas lo son. Su escritura, que recuerda al Gargantúa, de François Rabelais, en cuanto a imaginación, sátira y desmesura, es la creación de un crispado y desopilante mundo que ella sitúa a finales del siglo XIX, el que en el XX saltará por los aires justo tal y como hace ella con la novela: no dejando títere con cabeza.

Ferozmente divertida y descarada, Carter es una dinamitera feminista, que explora las variadas posibilidades de lo grotesco, un grotesco exuberante y abarrocado que entra de lleno en el delirio narrativo y no se detiene ante nada. Un delirio consciente, atento a las leyes de la lógica que lo sustenta porque Carter sabe muy bien qué es lo que quiere contar. Lo cierra con una risa de la protagonista que se va transmitiendo a los personajes de la novela hasta acabar en una carcajada universal y festiva.

Esta es la historia de Fevvers, la venus cockney, que dice haber nacido de un huevo; es una giganta de más de un metro ochenta, muy bien formada, “con unos hombros voluptuosos de estibadora”, que trabaja como trapecista. El mencionado huevo fue abandonado en una cesta de la colada a la puerta de una casa de lenocinio y las meretrices que la recogieron descubrieron entre sus omóplatos una especie de plumoncillo que acabó desarrollándose como un par de poderosas alas que la hicieron única en su oficio. Viaja de circo en circo por todo el mundo acompañada de Lizzie, su fiel y firme cuidadora. Cuando comienza la novela, Fevvers está siendo entrevistada por un audaz reportero llamado Walser, que la seguirá a lo largo de sus aventuras. Lizzie y Fevvers se repartirán el papel de narradoras junto con una voz no identificada que hace de puente entre ellas.

Walser solicita permiso para seguir a Fevvers en su gira por San Petersburgo y Siberia, para lo cual se disfraza de payaso y acaba trabajando como “el pollo humano”. Con ello se integra en la galería de monstruos —estamos ante una verdadera y lúcida La parada de los monstruos— y, muy a su manera, Carter cuenta una intencionada y simbólica atracción entre la giganta dominante y Walser, un leitmotiv que dirige la ajetreada transformación del reportero, el cual, finalmente, sale reconstruido del cascarón del desconocimiento después de partirse en dos gracias a una “combinación de golpe en la cabeza y agudo espasmo de éxtasis erótico” y renace de nuevo, sin ombligo, tras las más disparatadas aventuras compartidas con su al fin deseada Fevvers, y con Lizzie.

La escritura es tan exagerada, abusiva, feroz y exuberante que el lenguaje se desparrama como salido de un cuerno de la abundancia, y Carter mezcla sabiamente el más procaz con el más refinado. A cada nuevo episodio se suma otra aventura sin tiempo para tomar aire. Veamos una muestra: “Fevvers bostezó con una prodigiosa energía, abriendo aquellas fauces púrpuras del tamaño de un tiburón eufórico, tragando aire como para inflar un globo aerostático y luego se estiró de repente y sin miramientos, cada músculo, como hacen los gatos, hasta que pareció que quería llenar el espejo, toda la habitación, con su volumen”. O, con una imagen más elegante: “La escasa luz solar del norte compensa en brillo lo que le falta de calidez, como ciertos temperamentos nerviosos”.

Sólo un reproche: tanto exceso, tanto ingenio, resultan agotadores. No debe leerse de un tirón, aunque parezca invitar a ello.

portada del libro 'Noches en el circo', ANGELA CARTER. EDITORIAL SEXTO PISO

Noches en el circo 

Autora: Angela Carter.


Traducción: Rubén Martín Giráldez.


Editorial: Sexto Piso, 2022.


Formato: tapa dura (416 páginas. 24,90 euros).

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