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Helena Cortés: “Un texto tiene tantas interpretaciones como traductores”

Profesora en la Universidad de Vigo, su versión en castellano de ‘El Diván de Oriente y Occidente’, de Goethe, le ha valido el Premio Nacional a la Mejor Traducción 2021

Helena Cortés; autora y traductora BABELIA 16/10/21
Helena Cortés; autora y traductora BABELIA 16/10/21

Profesora titular en la Universidad de Vigo, Helena Cortés (Salamanca, 1962) ha traducido del alemán a Rilke, Heidegger o los hermanos Grimm. Su versión en castellano de El Diván de Oriente y Occidente, de Goethe, le valió el Premio Nacional a la Mejor Traducción 2021.

¿Qué hay que saber, además de alemán, para traducir a Goethe?

Conocer a fondo lo que supuso el periodo de gozne de 1800, el tiempo en el que tanto cultural como políticamente se cruzaron por última vez el mundo pre-moderno y la modernidad tal como finalmente vamos a conocerla. De la problemática fusión de ambos períodos surge una figura como la de Goethe.

¿Cuáles son los obstáculos más difíciles de salvar al traducir del alemán al castellano y viceversa?

Son lenguas muy alejadas entre sí, con una forma distinta de construcción gramatical y léxico de distinta raíz. Eso obliga a interpretar primero el texto, deconstruirlo por completo y volver a rearmarlo luego en tu lengua familiar, la única hacia la que deberías traducir, porque es más importante conocer bien la lengua propia que la ajena.

¿Es el traductor necesariamente un traidor, o solo el que lo hace mal?

El buen traductor no es un traidor, al contrario: es un intérprete, y por tanto da su versión, igual que hacen los instrumentistas o los directores cada vez que interpretan una partitura. Todos lo hacen distinto y nadie los critica. No sé por qué el público se asombra de que un texto tenga tantas interpretaciones como traductores.

Viniendo de una familia de filólogos, ¿qué le llevó a decidirse por el alemán?

Mi madre es francesa, luego ya conocía bien esa lengua y su mundo, así que quería aprender otra completamente distinta, entrar en otro mundo cultural. Pudo ser el italiano, o el árabe, que también me atraían, pero al final fue el alemán.

¿Existe algún secreto para dominar una lengua extranjera?

Ninguno: cuando se aprende de adulto, como yo, solo trabajo, muchísimo trabajo e ilusión.

¿Qué echó de menos en su formación, cuando era estudiante?

Era una formación muy teórica; no me vino mal, es necesaria esa base, pero hubiera estado bien una mayor formación práctica, sobre todo en idiomas.

¿Hay alguna obra fundamental que aún no se haya traducido del alemán al castellano?

La cuestión no es tanto lo que queda por traducir, sino todas las obras fundamentales que habría que retraducir con criterios más rigurosos y filológicos y con una adaptación al tono y estilo de nuestra época. Cada generación necesitaría una nueva traducción de algunas obras clásicas para que estas no se pierdan en un pasado inaccesible.

¿Qué opinión le merecen los sistemas de traducción automáticos?

Supongo que acabarán siendo de mucha ayuda para traducir contenidos de carácter objetivo, pero son inútiles para la traducción literaria, que es una creación artística en donde corrección no es sinónimo de perfección, pues una obra ‘correctamente’ traducida a nivel del trasvase del mensaje, puede ser gris, plana y completamente ilegible.

¿Qué libro ha marcado más su visión del mundo?

La Odisea me impactó ya de niña, cuando la leí en una adaptación, y luego de nuevo en cada relectura adulta. Ahí ya se encuentran anticipadamente todos los temas y recursos de la gran literatura.

¿Con qué canción o pieza musical se siente identificada?

Las sonatas de Mozart no consiguen cansarme nunca.

¿Cuál es la película que más veces ha visto?

Para ser sincera supongo que las que me obligó a ver decenas de veces mi hijo de pequeño, de la saga de la Guerra de las Galaxias. Pero, para disfrutar, me gustan los peliculones de trasfondo histórico, tipo Novecento, Doctor Zhivago, Lawrence de Arabia, El Cazador, esas cosas.

¿Qué suceso histórico admira más?

La caída del Muro de Berlín me impactó mucho, en parte porque sucedió el mismo mes en que dejaba de vivir en Alemania después de varios años, en parte porque tenía amigos en la Alemania Democrática, en donde había estado con una beca del gobierno de la RDA, y me decía: ¡Cuánto van a cambiar ahora sus vidas!

¿Qué está socialmente sobrevalorado?

El deporte, por el espacio sobredimensionado que ocupa en los medios.

¿A quién le daría el próximo Premio Nacional a la Mejor Traducción?

Uff, eso es casi inabarcable, se traduce mucho, de muchas lenguas y con mucho mérito. En todo caso, es una suerte que exista un premio que dignifica la tarea solitaria de tantas horas de los traductores.

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