Los regresos de Abba, Bob Dylan, Radiohead y otras canciones de septiembre
Los críticos de ‘Babelia’ analizan los temas recientes más destacados en todos los estilos musicales
Bob Dylan – ‘Don’t Fall Apart on Me Tonight’
Bob Dylan vuelve puntual a su cita con la recuperación de su catálogo. Como todos los años, tenemos un nuevo bootleg. En este caso es el número 16 y corresponde a su época más floja, entre 1980 y 1985, con la publicación de discos como Shot of Love, Infidels y Empire Burlesque. Tomas desconocidas y descartes reunidos en un disco que contiene esta pequeña joya, una versión alternativa mejor que la original. Aquel Dylan estaba muy perdido, visto como una reliquia del rock. Buscó actualizar su sonido en una capa ochentera con poco acierto. Sin embargo, esta toma gana en profundidad emocional, su armónica adquiere protagonismo ante las baterías electrónicas e incluso su canto es más agudo, más llorón y cercano, más convincente. FERNANDO NAVARRO
The War On Drugs – ‘I Don’t Live Here Anymore’
The War On Drugs ha conseguido ser una formidable banda capaz de recuperar el espíritu sonoro de los ochenta para darlo un vuelco tan personal y hipnótico que adquiere una identidad propia. Todo lo que toca el grupo de Filadelfia suena actual y, aún más difícil, a ellos mismos. Sus viajes instrumentales son como adentrarse en largas carreteras oscuras de paisajes lejanos, a medio camino entre la ensoñación y la huida. Este tema comienza con la implacable presencia de unos sintetizadores, casi engañosos, remitiendo mucho a las herencias hiper conocidas de los ochenta, pero, en un rápido movimiento, se despliegan bellos telones instrumentales repletos de ecos, sombras y luces hasta alcanzar una épica que bien podrían firmarla los mejores Arcade Fire. Una vuelta de tuerca nueva en este conjunto liderado por el gran Adam Granduciel, siempre inquieto, siempre capaz de abrir interesantes rendijas en su universo particular. F. N.
Radiohead – ‘If You Say The Word’
Ahora cuesta recordar el shock que significó en su momento Kid A. Tras el monumental éxito de OK Computer, en 1997, quien más quien menos esperaba una segunda parte de aquel álbum, más que lo que llegó cuatro años después, un cambio a algo más experimental, más duro y áspero. Ahora celebran el vigésimo aniversario con un triple álbum llamado Kid A Mnesia, que reunirá ese disco con su continuación, Amnesiac. El tercer volumen, Kid Amnesiae es una recopilación de inéditos y descartes de aquellas sesiones. Entre ellas está If You Said the Word, que al parecer fue rechazada porque era “demasiado bonita”. Y sí, parece el eslabón perdido entre Ok Computer y Kid A. La típica canción que podría haber estado en ambos discos y que no terminó en ninguno. Hoy es como echar una mirada a un mundo largamente desaparecido. IÑIGO LÓPEZ PALACIOS
Dharmacide – ‘Breezing’
En esta canción parecen un grupo de los que hubiera fichado el sello Creation en la segunda mitad de los ochenta. Suenan como Beef Bang Pow!, como los Primal Scream de Sonic Flower Grooves, o los Jesus & Mary Chain de Darklands. Pero a lo largo de su primer disco, Cult band Member, que se publicó el jueves, este cuarteto madrileño que canta en inglés puede recordar a los The Cure góticos o a los My Bloody Valentine más melódicos. Y solo por las guitarras a lo Felt o los efectos vocales a lo Beach House el álbum ya entra sin que te des cuenta. Es curioso que algo tan melancólico y con tantas referencias suene así de refrescante. I. L. P.
Sleigh Bells – ‘True Seekers’
El dúo formado por Alexis Krauss y Derek Miller lleva más de una década jugando a mezclar estilos imposibles de combinar. Estilos ino en muchas ocasiones totalmente denostados, desfasados u olvidados, hibridados con otros más de moda, más nobles, en apariencia imposibles de contaminar. Fueron (y aún son) tan buenos que casi logran arrancar un revival de aquella cosa desastrosa llamada un metal. Su talento ha sido lograr sacar de sus yuxtaposiciones de hair metal y hip hop o de hardcore y r’n’b divertidísimas reformulaciones de la banda sonora de alguna peli de los ochenta que pocos vieron y todos olvidaron. En ‘True Seekers’ parecen rebajar el conflicto entre estilos y entregan un medio tiempo que hubiera encajado estupendamente en Top Gun. Se les ve algo incómodos y tensos siendo normales. Lo mejor de este tema es que es de los peores de su nuevo disco, Texis. XAVI SANCHO
Charli XCX – ‘Good Ones’
El sad banger es aquel tema con una letra absolutamente devastadora en lo emocional o hasta en lo metafísico y una música que hace que quien la escucha no pueda parar de bailar. Charli XCX, junto a Robyn, es la maestra actual de este noble arte de hacer bailar y llorar a la vez. ‘Good Ones’ es uno de los ejemplos más perfectos de sad banger producidos por la inglesa, un tema en el que describe su enorme capacidad para sabotearse a sí misma, hasta el punto de que dan ganas de abrazarla, si no fuera porque abrazarla es complicado cuando no se está bailando, a menos que hayas formado parte del cuerpo de baile de algún musical. Tras un verano en el que algunas de sus coetáneas han decidido que es hora de dejar de divertirse y se han abandonado en cuerpo y alma a la queja, Charlie nos recuerda que la mejor queja es la que es parte de la diversión. X. S.
Baby Keem & Kendrick Lamar – ‘Family Ties’
Existe el rumor de que Baby Keem es primo de Kendrick Lamar, y que el flamante rapero premio Pulitzer es quien mueve los hilos de la carrera de este rapero. Sea como sea, su primer álbum, The Melodic Blue, es una notable obra de hip hop contemporáneo, con las dosis justas de riesgo y complacencia, de respeto por los mayores y desprecio por las reglas que estos fijaron. En este Family ties, Baby Keem arranca sobre una cascada de vientos y un beat limpio de una forma totalmente triunfal. Su espíritu va rebajando la euforia a medida que se suceden los versos, hasta la llegada de Kendrick, quien rompe la canción, llevándola a un terreno sombrío y sincopado. Muchos han visto aquí un ensayo de lo que será su nuevo disco. ‘Family Ties’ es una maravilla. Los dos raperos están fantásticos, la estructura, alambicada y arriesgada, funciona perfectamente y la sensación final es de estar ante algo que no solo es ya algo que vale mucho la pena, sino que presagia que algo incluso mejor está por llegar. X. S.
Lindsey Buckingham – ‘On The Wrong Side’
Un puñado de calamidades ha vivido Lindsey Buckingham en los últimos tiempos. Parecía que lo peor que le podía pasar era que le echaran del grupo que ayudó a encumbran en los setenta, Fleetwood Mac (parece ser que fue una orden de Stevie Nicks, su expareja), pero luego vivieron cosas peores: una operación de corazón y una agria separación sentimental. Demasiado para alguien de 71 años. Pero se ha repuesto con un disco soleado y optimista, a pesar de todo. El álbum que acaba de editar, Lindsey Buckingham, es fantástico, y ‘On The Wrong Side’, una joya pop, una especie de segunda parte de Go Your Own Way (de Rumours, 1977, Fleetwood Mac) con un estribillo inalcanzable para grupos como Arcade Fire, y con una letra donde el estadounidense apechuga con sus cargas: “De vez en cuando caigo, de vez en cuando me levanto./ Vivo con la mochila llena, siempre ha sido así”. CARLOS MARCOS
Niña Polaca – ‘Ivona’
Qué necesarios son grupos como Niña Polaca: gente joven haciendo música con una energía capaz de alumbrar a una ciudad entera. Veinteañeros rasgando las guitarras con furia y cantando con rabia en canciones que son punk o pop enérgico, con ese espíritu vigorizante de unos Weezer o Los Nikis. Todo referencias para que el lector se sitúe. Nada más. Porque lo importante es escucharlos siendo generosos con el volumen. Si eres de su generación lo comprenderás todo; si tienes más años, te rejuvenecerá. Ivona (Voy a decirle a mi madre que la quiero) se incluye dentro del segundo disco de estos tres chicos y una chica formados en el barrio madrileño de Malasaña. Se publica en 24 de septiembre: apunta a los mejores del año. C. M.
Abba - ‘Don’t Shut Me Down’
Cuarenta años después de su último disco, el amargo The Visitors, con la doble separación de sus miembros como telón de fondo, la banda regresa en noviembre con Voyager, un nuevo álbum acompañado de cinco conciertos en Londres, que protagonizarán cuatro hologramas con sus rasgos y siluetas juveniles. Hay algo igual de espectral en las dos canciones que sirven de primer adelanto: una balada épica, I Still Have Faith in You, y un tema de espíritu disco, Don’t Shut Me Down. Escuchar la segunda es como desenterrar un tesoro algo deslustrado por el paso de las décadas, pero todavía brillante. Resulta emotiva su reafirmación kitsch contra el dogma de la reinvención permanente, su apego por unos arreglos propios de los ultimísimos setenta y el optimismo tibio de su poética crepuscular. Retoman el asunto allá donde lo dejaron: la canción es la continuación oficiosa de The Winner Takes It All, aquel hit afligido que publicaron en plena oleada bergmaniana de divorcios en Europa. En esta nueva canción, Agnetha llama a la puerta de su ex para pedirle una segunda oportunidad, en un gesto de indudable sadismo por parte de su compositor y exmarido, Björn Ulvaeus. No hay que olvidar que son suecos, para lo bueno y lo malo. ÁLEX VICENTE
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