Como un rayo que atraviesa las heridas

Nuestro estado de conciencia se puede modificar mediante la exposición a ciertos patrones armónicos. Es una antigua práctica mágica, psicológica, meditativa y artística sobre cuya potencia sanadora han querido investigar el cineasta Jorge Suárez-Quiñones y la músico y productora Ylia, invitados por RAYO, festival de artes visuales expandidas que organiza Cineteca Madrid y cuya tercera edición tendrá lugar entre el 1 y el 4 de julio.

Suárez-Quiñones llevaba tiempo dándole vueltas a un proyecto que demostrase la capacidad curativa de las formas fílmicas. Gonzalo de Pedro y Pedro Portellano, los comisarios del festival, se lo han planteado desde el principio como un diálogo entre artistas de distintas disciplinas a los que invitan a desarrollar su proyecto expresamente para RAYO. Por eso al conocer la inquietud del cineasta lo pusieron en contacto con Ylia, cuyo trabajo se caracteriza por la búsqueda de nuevos territorios sonoros en cuanto a lo tímbrico. Ella misma explica que desde pequeña fue “consciente del tremendo efecto que podía producir la música”, de cómo esta es capaz de hacer que la mente se enfoque “en una sola cosa, amplificando la atención” y de cómo puede modificar las emociones.

De esta colaboración ha nacido la pieza Healing Ray, que pretende revertir las consecuencias emocionales del último año y durante la cual habrá tres proyectores en marcha; uno para las películas filmadas para la ocasión, otro que proyectará signos y un tercero para iluminar la mesa desde la que interpretará Ylia, en directo, la música que ha compuesto, para la que ha combinado pulsos bianurales con música propia. “La imagen mental con la que he trabajado durante todo el proceso es la del agua, el río como elemento sanador. Eso me ha llevado a componer no tanto ‘canciones’ con una estructura tradicional, sino más bien corrientes sonoras que fluyen y que se van entrelazando, generando una serie de acompañamientos y tensiones junto a la imagen.” A través del festival se puso en contacto con Teresa Bravo, del grupo de Acústica Ambiental del CSIC y especializada en la propagación del sonido en materiales, que le dio acceso a muchos estudios realizados en materia de ondas binaurales.

Por su parte, Suárez-Quiñones ha rodado sencillas acciones de sanación, pequeños rituales que llevan a quien las ejecuta a volver a situarse en el espacio-tiempo presente. La segunda pantalla reflejará patrones formales, de color y de ritmo y también símbolos, cuya eficacia han estudiado diversas tradiciones. Es el mismo principio que anima, por ejemplo, la técnica psicológica terapéutica del EMDR, que trabaja con la estimulación bilateral y se utiliza para casos de trastorno de estrés postraumático de distintas gravedades. Aunque está interesado en los efectos mensurables de la performance, el cineasta apunta que se ha basado en su propia experiencia en busca de la sanación y la reconciliación con el presente. Trabaja con cine analógico porque considera que su carácter material, más físico y tangible, lo convierte en un mejor vehículo para la sanación. En este caso el formato es el de 16 milímetros, pero lleva desde 2017 trabajando principalmente en Super-8, practicando el montaje en cámara, directamente mientras se rueda. En esta técnica, aun cuando no esté dirigida como en Healing Ray a un fin terapéutico, encuentra una relación profunda con la meditación. Recordando el trabajo de la cineasta experimental alemana Helga Fanderl, Suárez-Quiñones compara el montaje en cámara con un ejercicio de caligrafía en el cual un borrón puede, o bien aceptarse, o bien a desechar todo el trabajo desde el principio. Esto exige “una mayor atención y una relación muy intensa con el presente, de concentración absoluta y relacionada con la intuición. Quizá sin esa tensión no se alcanzarían los mismos resultados”.

Healing Ray es la pieza que clausura el festival, pero desde el jueves 1 de julio se podrá asistir a otras piezas como la ideada por el cineasta Albert Serra en colaboración con el grupo de improvisación The Molforts y la actriz y cantante alemana Ingrid Caven, que además de ser famosa como musa de Fassbinder en los últimos años ha trabajado con Rita Azevedo Gomes y Ado Arrieta. Sobre esta pieza explica Gonzalo de Pedro que Serra utilizará el proyector como fuente de luz sobre la que aplicará filtros y efectos, lo que aclara muy bien en qué consiste uno de los propósitos de Rayo, que es comprender la imagen y el sonido en un sentido amplio, expandido. También la práctica del directo frente a la reproductibilidad invariable de las películas convencionales es uno de los pilares del festival. En esta edición solamente habrá una pieza online: Cabin Fever Prototype, de Esmeralda Conde Ruiz, consistirá en una sesión de Zoom accesible durante 24 horas en la que un coro de voces grabadas desde todo el mundo interpretará una obra compuesta por Conde basándose en sus sueños. La artista lleva desde los primeros meses de la pandemia trabajando en este proyecto, del cual lo que se podrá ver en RAYO es un prototipo.

Lolo & Sosaku son la única pareja de artistas participantes que forman un dúo estable de trabajo. Para su pieza Vant Metal han inventado un conjunto de instrumentos a partir de motores, bisagras y cables que harán sonar en directo. La videoartista polaca Angelika Markul se une al músico y productor Suso Saiz en una búsqueda de la belleza en los paisajes que crean en lo visual y lo sonoro, respectivamente. Por último, la colaboración entre Filip Ćustić y Carlos Gárate da lugar a la performance fotoelasticidad + electromagnetismo; Ćustić utilizará su cuerpo como instrumento y lo distorsionará mediante lentes, mientras que Gárate integrará los sonidos producidos en un paisaje sonoro, en busca de una experiencia de hipersensibilización e investigación en la subjetividad de lo perceptivo.

Además, el festival ha programado ¡Foley!, un taller para niños a cargo de la británica School of Noise, que en dos sesiones online durante el fin de semana les enseñará a utilizar todo tipo de objetos domésticos para crear efectos de sala.

RAYO. Festival de artes visuales expandidas. Cineteca Madrid. Del 1 al 4 de julio.

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