Sanadores de sanitarios
La asociación EMDR ofrece a los profesionales apoyo psicológico gratuito


Alicia Palmero se despertaba a veces por las noches pensando en el trabajo. “Y mira que soy de dormir sin problemas”. Lleva días en casa porque dio positivo por el virus. Ahora intenta desconectar tras semanas de intenso trabajo como enfermera del Hospital del Mar. “Tenía la sensación de no desconectar”, explica. “Acabas saturado, ves que no avanzas y que dejas cosas por hacer. Son semanas estresantes”.
La situación de Palmero es común entre los profesionales sanitarios que atienden a pacientes afectados por el coronavirus —“tengo compañeros muy rallados”, apunta—. La asociación EMDR ofrece ayuda psicológica gratuita a los sanitarios y profesionales de residencias geriátricas para gestionar el impacto emocional de la actual crisis. “Ofrecemos un protocolo para que descarguen emocionalmente el estrés que viven de forma continuada y les dotamos de recursos para seguir afrontando su día a día con menos tensión, miedo, angustia e incertidumbre”, explica Francisca García, presidenta de la asociación en España.
Las sesiones se realizan online, a través de las aplicaciones Zoom o Skype, y está liderada por un terapeuta de la entidad. A través de su pantalla, se comunica con un grupo de cuatro sanitarios que comparten su situación. “La emoción predominante es el miedo en una intensidad muy elevada”, explica Silvia Picón, especialista en trastornos por estrés postraumático. “Los profesionales están expuestos a situaciones de un alto impacto emocional, y por lo tanto, con una gran carga traumática. Cuidan de los demás en una situación extrema, y en muchas ocasiones ellos mismos no pueden ser cuidados”, añade.
Palmero admite que la actual situación laboral del colectivo de enfermeros genera tensión en el día a día. “Al principio, cada día te explicaban cosas distintas. La sensación era de caos. Había cambios en el material y en los protocolos. Vas con incertidumbre y aumenta mucho la carga de trabajo”. A veces, sin embargo, el malestar no procede por cuestiones sanitarias. “Conozco algunas compañeras del sector que están un poco decepcionadas con sus jefes. Piensa que estamos en primera línea, y a veces se necesita que alguien reconozca el trabajo; o escuchar un simple: ‘lo estás haciendo bien, no te preocupes’. Los altos cargos están en reuniones y gestionando otras situaciones, pero a veces quizás no se ofrecen ni preguntan nada. Y eso lleva a que haya sanitarios que necesiten desahogarse y descargar”.
El apoyo de EMDR consiste en una secuencia de tres sesiones. “Lo primero que hacemos es entender qué necesitan”, concreta Silvia Picón. “Ofrecemos herramientas para regularse: relajación, consciencia plena..., para equilibrar sus sensaciones”.
Los síntomas que los sanitarios presentan en los encuentros se repiten entre los distintos participantes. “Hay casos en los que una persona se siente bien en su jornada laboral, pero nota ansiedad cuando llega a casa y no puede parar de pensar. Otros tienen pesadillas o migrañas”, ejemplifica Picón.
Si durante la sesión, de entre 45 minutos y una hora y media, alguien llora o se descompone, se aplica el abrazo de la mariposa, una técnica que consiste en percutir suavemente el pecho con las palmas de las manos para tomar consciencia. “Los sanitarios viven el dolor de los pacientes y son los encargados de sostenerlo. Es una exposición altamente abrumadora desde su propia vulnerabilidad”, concluye Picón.
Tras casi dos meses de combatir la curva de la covid-19 y de convertirse en los principales protagonistas, algunos sanitarios piden ayuda. Y la asociación EMDR y Silvia Picón les tienden la mano. Son los sanadores de sanitarios.
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