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En colaboración conCAF
ECONOMÍA
Tribuna
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Las inversiones europeas en América Latina pueden crear hasta 2,5 millones de empleos de calidad

Se calcula que la región podría crecer un punto adicional cada año hasta 2027, el equivalente a sumarle una economía de Colombia, si Global Gateway detona todo su potencial

Economía en América Latina
Un trabajador en un parque solar en Colombia, en abril de 2023.Jair F. Coll (Bloomberg)
Manuel Balmaseda, Ángel Melguizo y Víctor Muñoz

Las placas tectónicas de la geopolítica global se están moviendo. Mientras Estados Unidos despliega sus iniciativas Build Back Better e Inflation Reduction Act (enfocadas en el nearshoring), China se centra en la Belt and Road Initiative, apalancada en préstamos con baja tasa de interés para infraestructuras. Con la iniciativa Global Gateway, Europa hace su apuesta global con la finalidad de recuperar su influencia internacional y competir con más garantías en un mundo cada vez más volátil e interconectado.

La iniciativa Global Gateway también está llamada a beneficiar a América Latina y el Caribe. De hecho, se calcula que la región podría crecer un punto adicional cada año hasta 2027 —equivalente a sumarle a la región una economía de Colombia— si esta iniciativa europea detona todo su potencial, algo que exige una alianza profunda entre las instituciones europeas, sus empresas y bancos de desarrollo regionales como CAF y el BID.

Global Gateway, sumada a la Alianza Digital de ALC con la UE, emerge como un faro de esperanza y ofrece a la región una oportunidad única para superar sus históricos desafíos de desarrollo. Además de impulsar la productividad y el crecimiento económico, estas iniciativas buscan promover la formalización de la economía y fortalecer las instituciones públicas, marcando un cambio de paradigma en la forma en que se abordan los problemas estructurales.

Pero lo que puede hacer verdaderamente excepcional a la alianza estratégica UE-ALC es su orientación integral hacia una transformación digital que, además de cerrar las brechas de conectividad, incorpore componentes sociales, verdes y competitivos. La inclusión de áreas como ciberseguridad, industrias 4.0, inteligencia artificial (IA), nube y tecnologías verdes (greentech) permitirían elevar el compromiso no solo con el progreso tecnológico, sino también con la sostenibilidad social y medioambiental.

La transformación digital va, por tanto, mucho más allá de adoptar nuevas tecnologías, e implica también el impulso de entornos normativos que fomenten la innovación y la competitividad. Este énfasis en la regulación es fundamental para crear un ecosistema digital propicio para el desarrollo. Además, la participación de empresas de diversas áreas, más allá de la tecnología y las telecomunicaciones (como banca, movilidad, infraestructuras y salud) son una condición necesaria para ampliar la alianza, reconociendo que la verdadera transformación digital redefine sectores clave y mejora la calidad de vida de la población.

En un modelo económico de la consultora Argia, publicado en el reciente informe Digitales, Verdes y Aliados: Impacto económico, social y medioambiental de la iniciativa Global Gateway y la Alianza Digital UE-América Latina y el Caribe, se muestra que si América Latina y Europa complementan sus esfuerzos de inversión de capital con una agenda regulatoria que involucre al sector privado, se puede pasar de los compromisos de inversión actuales de 45.000 millones de euros a 180.000 millones de euros, generando cada año un impacto del 1% en el PIB y creando cerca de dos millones y medio de empleos de calidad.

Por tanto, priorizar la inversión masiva en tecnología y digitalización, abarcando sectores tradicionales y digitalizados, podría llevar el crecimiento económico de la región a casi un 3% anual, un punto superior al de la mayoría de proyecciones. Este crecimiento adicional estaría fuertemente apalancado en el aumento de la productividad, lo que también podría significar una salida de la trampa del ingreso medio en la que se encuentra la región.

En cambio, si seguimos con la inercia actual, el impacto sería positivo, pero insuficiente para generar un impacto relevante en el desarrollo de ALC. El PIB solamente aumentaría una décima, y solo se generarían 100.000 empleos de calidad. Este enfoque tampoco abordaría las brechas existentes entre los países con un mayor nivel de desarrollo y aquellos rezagados, como Honduras, Guatemala o Jamaica.

Por tanto, la sinergia entre las políticas digitales, sociales y medioambientales y la entrada decidida de las empresas es crucial para fortalecer el Global Gateway. En el ámbito social, por ejemplo, la formación ciudadana y la preparación para el futuro laboral son prioritarias. En términos medioambientales, la promoción de ciudades inteligentes, economía circular y tecnologías verdes como la electromovilidad son esenciales para preservar la biodiversidad. Global Gateway refleja una comprensión de la responsabilidad compartida hacia nuestro planeta, especialmente en un momento en que la urgencia climática es una realidad palpable. La transformación digital, según lo planteado en estas iniciativas, busca ser un motor para el desarrollo sostenible, abordando no solo las necesidades económicas, sino también las sociales y medioambientales.

La oportunidad está frente a nosotros; es el momento de actuar. La alianza Unión Europea – América Latina y el Caribe no solo representa una posibilidad para abordar retos históricos, sino que también sirve como ejemplo de cooperación global para afrontar los desafíos del siglo XXI en un mundo fragmentado, con movimientos y confrontaciones que se pueden catalogar como tectónicas. La convergencia de visiones y la apuesta por un desarrollo inclusivo y sostenible deben tomarse en serio.


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