Benedetti: “Petro tiene que sentarse a charlar con Uribe”
El escudero del nuevo presidente electo durante las elecciones repasa los retos mayúsculos que tiene por delante el Gobierno de izquierdas
Gustavo Petro se ha rodeado de políticos pragmáticos en su camino hacia la presidencia de Colombia. Uno de ellos ha sido el senador Armando Benedetti, que lo acompaña desde 2019, cuando intuyó que había llegado la hora de un mandatario de izquierdas. Nadie ha tenido más intimidad con él en los últimos años, nadie ha viajado más con él en avión por todo el país. Quizá él entienda qué hay detrás de este hombre un tanto misterioso y hermético apellidado Petro. Burlón y mordaz, Benedetti tiene un cuchillo entre los dientes con el que repasa a sus enemigos, que no son pocos. Si Petro necesitaba rodearse de operadores que le aseguraran alianzas regionales y de gente que fuese al combate dialéctico, pocos como Benedetti. Una investigación ante la Corte Suprema por un proceso de enriquecimiento ilícito en el que se declara inocente hace difícil que integre el Gobierno, pero tiene otras miras. Este mediodía, mientras se limpia la cutícula de las uñas en su apartamento de Bogotá, aguarda una llamada telefónica del presidente electo para poner en marcha el Gobierno con el que pretenden transformar una nación. Algo que parece tan sencillo como mover una montaña.
Pregunta. ¿Por qué Petro busca un acuerdo nacional?
Respuesta. En las elecciones quedamos 50-50. Eso significa que tenemos un país fracturado, dividido, y que si seguimos con esas contradicciones, rencillas y con esa polarización no vamos a llegar a ningún lado. Ese es el ADN que hoy tiene el presidente electo Petro, en el sentido de salir a buscar un gran acuerdo nacional.
P. ¿A quién se va a convocar a ese diálogo? No está tan claro quién encabeza la oposición.
R. Por ahora sabemos cuáles son los sectores a los que no les gusta Petro. De hecho, antes de la elección nos reunimos con los empresarios, con los industriales, con las financieras. Con todos. Les dijimos que cuando ganáramos, íbamos a hacer este tipo de espacios para que tuvieran tranquilidad. Veníamos poniendo las primeras piedrecitas del puente que hay que generar con ellos. Yo creería que hay que sentarse con el presidente Uribe. ¿Rodolfo Hernández? También bienvenido.
P. ¿Y Federico Gutiérrez, el candidato derrotado de la derecha?
R. Será de los primeros llamados a concertar y dialogar. No solamente con él, con Rodolfo, con Fajardo (líder del centro), con todas las fuerzas que participaron tanto en las consultas como en la primera vuelta.
P. ¿Piensan enviar alguna señal temprana para calmar a los mercados?
R. Creería que las señales que dio el presidente Petro el domingo son suficientes. Aquí no se va a expropiar a nadie, no se va a atacar a los grandes empresarios. Hay que empezar a generar un capitalismo de verdad, de crear industria.
P. ¿No se va a nombrar pronto un equipo económico?
R. Lo va a hacer José Antonio Ocampo. Se trata de un modelo económico diferente, pero sin destruir el capitalismo, sin comunismo, que no existe en ninguna parte del mundo. Ni en China, ni en Venezuela, ni en Cuba, y siguen jodiendo la vida con los comunistas.
P. ¿Qué papel tendrán los economistas Alejandro Gaviria o Rudolf Hommes?
R. Esas adhesiones se hacen con miras a este acuerdo nacional. Son tardías, pero siempre los quisimos convocar. Al final ellos entienden que este es el camino y no les gusta el otro, que es Rodolfo Hernández, y se hace una alianza. Queremos que todos sean consultados.
P. ¿Con quienes están hablando para los ministerios?
R. Eso es un fuero interno de él.
P. ¿Cuál va a ser su cargo?
R. Llega un momento en que la dinámica de la campaña hace que uno quede sin la libertad de escoger. Es más bien en lo que a él le interese que uno ayude. Estaré donde él diga.
P. Usted coordinó la campaña de Petro en el Caribe. ¿Podría presentarse el año que viene a alcalde de Barranquilla?
R. En el Caribe se lograron 1.100.000 votos de diferencia con Rodolfo. Y al mismo tiempo en mi departamento, el Atlántico, sacamos 700.000 votos. Una cifra apoteósica y nunca antes vista ni siquiera por los mandatarios locales. La gente quiere un cambio en el departamento y en la alcaldía, y me ven a mí como esa persona que lo pudiera encarnar porque me ven con todas las posibilidades de derrotar a los Char (unos caciques locales). Esa es una idea que me seduce, pero no lo he decidido todavía.
P. ¿Cuáles cree que han sido las claves de la victoria de Petro?
R. Hay una primera etapa, que arranca el 10 de septiembre, en Barranquilla, cuando empezamos a hacer plaza pública. Aún en época de redes, tiene una connotación muy importante en el territorio. Es como si tú golpearas la mesa. Reunir a esa cantidad de personas empezaba a decirte que Petro podía ganar. Eso se construyó en noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo de este año. Tanto, que sacamos 20 senadores y 31 representantes. Alcanzamos a hacer 100 reuniones de noviembre a mayo, apoteósicas.
P. Ahí viene una segunda etapa.
R. En esa hay que buscar que más gente escuche a Petro, gente diferente a la que ya lo estaba apoyando. Después viene una serie de errores de la otra campaña. Cayó en el error de despreciar el debate de tal forma se le vuelve un bumerán. Si además sale en un país católico a decir que la Virgen María es igual que las putas, y sale un vídeo de un viejito con viagra... eso se volvió un desorden.
P. Comenzaron perdiendo en las encuestas después de la primera vuelta.
R. Creíamos que íbamos a quedar en 45% y eso era un nocaut técnico. Cuando quedamos en 40%, sabíamos que teníamos que buscar dos o tres millones de votos más. Había que salir a buscar esos indecisos, y se logró.
P. ¿Siente que la filtración de los videos de sus conversaciones íntimas de campaña tuvo algún impacto?
R. No fueron filtraciones, porque nunca grabamos las conversaciones. Lo que nos han dicho los forenses es que fue una chuzada a la plataforma. Creo que la gente interpretó eso como un bochinche de políticos, que no se entendía. Esos ‘petrovideos’ no llegaron a ser graves debido a que Petro nunca habla ahí despectivamente de nadie. Eso es lo chistoso, en los ‘petrovideos’ no hablaba Petro. Los bautizaron mal.
P. ¿Fue la policía?
R. No sabría decir quién fue.
P. ¿Se va a investigar en el Gobierno?
R. Sí, lo que pasó es gravísimo.
P. La última semana se les puso el viento a favor porque la justicia ordenó celebrar un debate entre candidatos.
R. Eso nos salva. Nunca más nadie volvió a hablar los ‘petrovideos’. La conversación giró entonces sobre que este señor desprecia infantilmente el debate. Y creía que todo el mundo se iba a comer el cuento de que en realidad quería hacerlo. Después graba un vídeo en el que lee sus excusas sin saber leer bien, diciendo huevonadas. Es el acabose.
P. ¿Contemplaron que Petro fuera a Bucaramanga para que quedara clarísimo que era Hernández quién se escondía?
R. Sí, de hecho yo siempre dije que había que ir. Pero Antoni (Gutiérrez-Rubi, principal estratega de Petro) opinó que no, que el señor ya estaba en el barro y que nosotros no nos íbamos a meter con él. Mejor mostrar un Petro presidencial y que se ponga a hablar del acuerdo nacional. El viejito, bueno, el señor Hernández quiero decir, creía que había ganado. Se le notó la inexperiencia.
P. ¿Hernández tuvo un comportamiento errático en las últimas semanas?
R. Visto desde nuestra posición, la carta en la que reta a Petro a debatir, en la que incluye unas condiciones absurdas, no se le ocurre a nadie ni de primer semestre de estrategia. Aunque creo que hubiéramos ganado igual sin eso. La gente quería un cambio. Reconozco que hay otro 50% que representa el antipetrismo, pero Hernández no es el dueño de ese voto. Hay una distorsión de nuestra democracia: si él hubiera quedado presidente hubiera sido un Gobierno débil sin ninguna fuerza en el Congreso.
P. ¿Qué reformas cree que se tienen que llevar a cabo?
R. La reforma agraria con base a la tenencia de tierras y la industrialización. También hay que buscar la justicia social. La transición energética es clave. Cumplir el acuerdo de paz, ni se diga. Y una reforma tributaria para los que tienen plata, no a las empresas. Aquí el millonario no paga impuestos ni cuando tiene la plata, ni cuando la hereda, ni cuando la saca.
P. Ustedes tienen la mayor bancada, pero están lejos de tener una mayoría en el Congreso. ¿Cómo van a sacar adelante las reformas?
R. Nosotros somos 20 senadores, para una mayoría se necesitan 55. Hay 13 de los verdes, más uno de indígenas y unos cristianos que van con nosotros. Ahí ya estamos en 40. Y si le sumas al Partido Liberal, que ya ha expresado su apoyo, son 11 más. Sumamos 3 o 4 de la U, más otro de Cambio Radical. Soy optimista en que hay una mayoría. Petro está muy ocupado en la tarea de encontrar esa mayoría. Está muy apegado a la institucionalidad, a hacer las reformas. No está pensando en dictadura ni nada de esas cosas.
P. ¿Qué importancia tuvo la agenda internacional para modular la imagen de Petro? Se vio con el presidente de España, Pedro Sánchez, o con el Papa Francisco.
R. Mostró a un Petro aceptado internacionalmente. Mostramos que de alguna forma no íbamos a pasar ningún tipo de aislamiento. Eso fue muy importante. A excepción de la época de Juan Manuel Santos, Colombia no ha tenido mucha política exterior. Aquí se limita a Estados Unidos y casi siempre con los republicanos. Entonces, eso no va a ocurrir. Es claro que es nuestro principal socio y que vamos a respetar todos los acuerdos, pero vamos a tratar de desnarcotizar la relación. No solo a ir allá a hablar mal de nuestro país para que nos den plata.
P. Ustedes trataron de atraer a Fajardo, el candidato del centro, sin mucho éxito. Dice que votó en blanco. ¿Qué le pareció que le abuchearan en su centro de votación?
R. La derecha supo desde el principio que esta elección no era de izquierdas ni de derechas. Entonces se posicionaron en el centro, con un moralismo postizo. De Fajardo se nota a leguas que siente una animadversión personal por Petro, no es un asunto político. No es un asunto programático, todo lo que le pidió a Rodolfo para unirse a él ya está en nuestro programa. Él quedó en el peor de los mundos, como un bobo, diciendo pendejadas.
P. ¿Cómo es la relación de ustedes con las élites? Petro tiene cercanía con uno de los banqueros más importantes, Jaime Gilinski.
R. Ellos detentan el poder económico y financiero. Lo que ellos llaman el establecimiento. Al principio de la campaña hicimos relación con todos ellos, no para pedirles dinero. Solo para decirles que en el caso de que ganáramos aquí había un puente.
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