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Ocho ataques simultáneos de las disidencias asolan al Cauca

Dos explosiones, detonadas por miembros de escisiones de las extintas FARC, dejan un militar muerto y al menos otras 80 personas heridas en los municipios de Piendamó y Patía

Vecinos inspeccionan los escombros de casas y negocios tras una explosión en el Departamento del Cauca, Colombia, en septiembre de 2023.
Juan Miguel Hernández Bonilla

El departamento del Cauca, en el suroccidente de Colombia, vive días muy oscuros. Las disidencias de las extintas FARC lideradas por Iván Mordisco, que tienen allí presencia con varias estructuras, han conmemorado el aniversario 17 de la muerte de Manuel Marulanda Vélez o Tirofijo, el legendario comandante de la guerrilla que dicen representar, con una brutal andanada de violencia contra la fuerza pública y la población civil. En las últimas 24 horas han explotado dos motos bomba, en los municipios Piendamó y Patía, con el saldo de un soldado asesinado y más de 80 personas heridas, 20 de ellas de gravedad. Un día antes, en la madrugada del 25 de marzo, los mismos disidentes atacaron con ráfagas de fusil las basas militares y de policía de los municipios Caldono, Santander de Quilichao, Toribío, Caloto y Corinto. Los delincuentes también enviaron drones con explosivos al hospital, la estación de policía y algunas viviendas del municipio de Suárez, de donde es oriunda la vicepresidenta Francia Márquez. Esta ofensiva dejó siete personas heridas, incluidas dos menores de edad.

El gobernador del Cauca, Octavio Guzmán, lamentó el recrudecimiento de la guerra y pidió ayuda al Gobierno nacional. “Lo ocurrido en Toribío, Caldono, Cajibío y Santander de Quilichao nos recuerda que la violencia, cuando se vuelve cotidiana, debilita la esperanza y pone en riesgo a toda la sociedad”, escribió en un largo mensaje en su cuenta de X. Guzmán denuncia que el conflicto armado en esa región es permanente pese a los intentos del Ejército por retomar el control. “Estos hechos reflejan una escalada preocupante que afecta directamente a la población civil y a las fuerzas del orden”, continuó el mandatario, elegido con el apoyo de grupos políticos cercanos al Gobierno nacional.

Su mensaje concluyó con la solicitud de acompañamiento real de distintos sectores de la sociedad. “Necesitamos una respuesta integral y efectiva. Invito a las autoridades religiosas del departamento, a las universidades, al sector productivo, a las organizaciones sociales y comunitarias, a los gobiernos locales, a la cooperación internacional y, por supuesto, al Gobierno Nacional, a que juntos nos sentemos en una mesa de diálogo franco y sereno, para construir soluciones estructurales que desescalen la violencia en nuestros territorios. Sin una estrategia nacional diferencial y efectiva para el Cauca, el riesgo de desbordamiento seguirá creciendo”.

La propuesta, hasta ahora, no ha tenido una respuesta concreta del presidente Gustavo Petro. El mandatario se refirió al tema en la noche de este jueves: “Conmemorar la muerte de Marulanda Vélez con decenas de civiles heridos, no es más que la demostración que en el Cauca lo que hay, es traquetos dirigidos por carteles mexicanos, buscando que los miren como guerrilleros” dijo en X. Su Gobierno ha liderado una ofensiva contra esos grupos en El Plateado y toda la zona del Cañón del Micay, en la vertiente caucana hacia el litoral Pacífico. Se trata de un enclave de cultivos de coca que sirve como retaguardia estratégica para los disidentes.

El Ministerio de Defensa condenó el atentado terrorista ocurrido en la vía Panamericana, entre Popayán y El Patía, en el que murió el militar y dos más quedaron heridos. “En la acción, una motocicleta que era manipulada por un individuo explotó repentinamente cerca de una vivienda, causando la muerte del soldado profesional Roque Gutiérrez Romario”. El ministro Pedro Sánchez también lamentó los ataques. “Integrantes del Cartel del Narcotráfico, de la estructura Jaime Martínez y Dagoberto Ramos, disidencias de las extintas FARC, acaban de realizar un atentado cobarde y terrorista contra la población. Hay recompensa de hasta 300 millones de pesos para quien suministre información que permita identificar y capturar a los autores intelectuales y materiales de los atentados terroristas en el Cauca”.

El general Sánchez, primer militar en ser ministro de Defensa desde la Constitución de 1991, cuestionó el motivo de la ofensiva. “Las disidencias de las extintas FARC celebran con terrorismo el aniversario de uno de los cabecillas que tuvo 150 órdenes de captura en Colombia y 21 a nivel internacional, por concierto para delinquir, terrorismo, secuestro, extorsión, narcotráfico, reclutamiento de menores, desplazamiento forzado, homicidio con fines terroristas, daños públicos, hurto y lesiones personales”. En los lugares de las explosiones se han encontrado panfletos, pancartas y vallas con la imagen de Marulanda, una figura que los disidentes reivindican como parte de su búsqueda de reconocimiento político.

De acuerdo con el informe de la tercera división del Ejército, que tiene sede en la cercana ciudad de Cali, en el lugar de la explosión que causó la muerte del soldado, en la zona llamada Piedra Sentada, las tropas encontraron otras tres motocicletas, presuntamente acondicionadas con explosivos. “Según información preliminar, este acto terrorista habría sido perpetrado por el GAO-r Estructura Carlos Patiño”, explicó, señalando a uno de los grupos afiliados a la federación de disidencias que encabeza Mordisco.

Estos actos son la cara visible de los ataques que llevan varias semanas sin detenerse. Quizás el más grave fue el del 11 de marzo, cuando las disidencias atacaron un camión con varios militares en la vía entre Balboa y Argelia. La explosión causó la muerte de cinco uniformados y otros cinco quedaron gravemente heridos. Hace poco menos de un año, en mayo de 2024, la situación era similar: la estructura Jaime Martínez atacó con explosivos la estación de policía y el Banco Agrario del municipio de Morales, a pocos kilómetros de Popayán. El ataque dejó cuatro personas asesinadas, tres heridas y cincuenta millones de pesos robados.

La violencia en el Cauca no ha parado. El Estado es incapaz de contenerla. Parece que cada tanto se repite el poema Cuestión de estadísticas, de Piedad Bonnett: “Fueron veintidós, dice la crónica. / Diecisiete varones, tres mujeres, / dos niños de miradas aleladas, / setenta y tres disparos, cuatro credos, / tres maldiciones hondas, apagadas, / cuarenta y cuatro pies con sus zapatos, / cuarenta y cuatro manos desarmadas, / un solo miedo, un odio que crepita, / y un millar de silencios extendiendo / sus vendas sobre el alma multilada”.

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Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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