Iván Duque y el contrabandista
Es raro, muy raro, que el expresidente que fue el enemigo número uno del narcotráfico nunca haya alzado la voz en contra del contrabando
![El expresidente Iván Duque en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, en Bogotá, el 3 de febrero de 2022.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XTWQF6MNQRGJFCDLSR3B3O2H6U.jpg?auth=b8ef19a73a63136879991304ef50c66462cede807be59ecf7c14cddf8209d91d&width=414)
Aún resuenan en mi cabeza los gritos iracundos que cada tanto lanzaba en eventos públicos el entonces presidente Iván Duque cuando le hablaba a las tropas del Ejército o a los miembros de la Policía ordenándoles que arreciaran la lucha contra los grupos ilegales y combatieran a como diera lugar el narcotráfico. En esas ocasiones el presidente animoso se exhibía como comandante en jefe de las fuerzas armadas, pero también como el primer guerrero en contra de esa maldición que nos ha tocado soportar como país desde hace ya casi cincuenta años.
Sin embargo, nunca se le escuchó alzar la voz contra los contrabandistas. Nunca se le oyó gritar hasta desgañitarse que una de las misiones claves para combatir a los narcotraficantes era ponerle fin al contrabando. Es como si nunca nadie le hubiera dicho que los miles de millones de pesos que dejan como ganancia la producción, transporte y comercialización de toneladas y toneladas de cocaína no entran al país en maletines repletos de billetes ni son consignados en cuentas bancarias de los narcotraficantes para que estos luego vayan a un banco con una tarjeta para retirar sus dividendos. Es raro, muy raro, que el enemigo número uno del narcotráfico haya hecho tan poco para cerrar el inmisericorde flujo de dólares que ingresan al país para alimentar nuevos ciclos del narcotráfico. Raro.
En cambio, el presidente Petro, al menos desde el año pasado, ha estado obsesionado con lograr la captura de Diego Marín, alias Papá Pitufo, para que responda en Colombia por décadas enteras de control de esa fuente inagotable de lavado de activos para el narcotráfico que es el contrabando de bienes a Colombia. ¿Por qué Petro sí se ha empeñado en la caída de Marín, mientras que su predecesor poco o nada hizo?
Infinidad de hipótesis se pueden tejer al respecto. Desde la ignorancia de Duque sobre el poco sofisticado y muy evidente método de los narcos para hacer ingresar a Colombia la plata producto de su multinacional del crimen, hasta una posible y llamativa connivencia con el asunto que lo llevaba a mirar hacia otro lado a pesar de lo evidente. Ya no sabe uno qué pensar, pues estamos hablando del mismo Iván Duque que negó el ingreso de Pegasus a Colombia, para luego ser desmentido por el gobierno de los Estados Unidos. El mismo gobierno que autorizó cargar aviones con dólares en efectivo para pagar por dicho malware a la empresa israelí que lo concibió. ¿Dirá ahora Duque que él tampoco sabía de Papá Pitufo y su esencial labor dentro del proceso logístico que aceita el narcotráfico?
Es cierto que el actual gobierno nos debe explicaciones sobre los dineros que Marín ofreció a la campaña Petro. Sobre todo en lo que tiene que ver con el contacto con Xavier Vendrell, ese catalán que pareciera ser una sombra oscura sobre el presidente Petro. Pero también es hora de hacer una radiografía sobre la inacción en gobiernos anteriores, que se decían tan santos y que resultaron mas bien alcahuetas.
Dicen que Marín no quiere venir a Colombia pues aquí podrían matarlo. ¿Quiénes? ¿A quién teme Marín? ¿A los narcos? ¿O a unos poderosos invisibles de muy alto nivel que no permitirán jamás que se les vincule con el negocio que durante décadas ha sido combustible de nuestra mayor maldición?
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