Los expertos que señalan inexactitudes de la Fiscalía en el caso Dilan Cruz: “El ESMAD le disparó a propósito”
Los investigadores de Plano Negativo, el equipo colombiano de Forensic Architecture, aseguran que en la reconstrucción de los hechos “no hubo ni siquiera un análisis de los videos”
“El ESMAD le disparó a Dilan Cruz a propósito”. Así de directa e indudable es la conclusión de Hannah Meszaros-Martin, directora del equipo de Forensic Architecture en Colombia. Ese grupo, llamado Plano Negativo, ha pasado el último año investigando la muerte del joven, ocurrida el 25 de noviembre de 2019 en Bogotá, durante el paro nacional. Falleció en el Hospital Universitario San Ignacio, dos días después de haber recibido una munición “menos letal” en la cabeza, disparada por un policía. Tenía 18 años.
En abril de 2021, un informe de la Fiscalía concluyó que el uniformado en cuestión, el capitán Manuel Cubillos Rodríguez, no le había disparado a Cruz a propósito. Plano Negativo, contratado por el abogado de la familia del joven en febrero de 2022, asegura que estos hallazgos eran incorrectos. Es más, dice que estaban basados en técnicas y cálculos “sumamente inconsistentes e imprecisos”.
“Manuel Cubillos reaccionó corporalmente a las acciones de Dilan, alineó su arma con él y siguió sus movimientos durante cuatro pasos, que finalizaron con el disparo”, dice un comunicado que publicó este domingo el equipo de investigadores. El documento explica un video de casi 25 minutos de duración, que presentaron como prueba pericial en el proceso penal por la muerte. Se trata de una recreación 3D del momento en el que le dispararon a Cruz, que rechaza las tesis de la Fiscalía sobre su muerte y carga contra sus métodos de investigación. En 2021, el ente acusador había determinado que en las imágenes de los eventos “no se observa al uniformado realizar alineación o seguimiento con su arma de dotación a los movimientos realizados por Cruz”. Plano Negativo asegura que la Fiscalía “usó información muy inexacta” para llegar a esa conclusión.
“No hubo ni siquiera un análisis de los videos”, dice Nadia Méndez, arquitecta y diseñadora urbana de Plano Negativo en entrevista con EL PAÍS este sábado. Méndez, bogotana de 36 años, se dedica desde 2019 a hacer recreaciones visuales de crímenes con el grupo de investigación británico Forensic Architecture. Advierte de que, aunque el informe de 2021 tiene lenguaje “muy técnico”, los hallazgos del reporte de la Fiscalía “no son pruebas técnicas”. “Durante todo el escrito hablan de una nube de millones de puntos que crearon para localizar y rastrear los movimientos de Cruz y Cubillos. Hicieron un escaneo extremadamente detallado del lugar en donde ocurrieron los hechos. Pero al final no se utilizó”, dice.
En vez de utilizar esa nube para crear imágenes tridimensionales en su investigación, dice Méndez, la Fiscalía hizo una representación 2D de los hechos, en la cual se enfocó en las grabaciones de una cámara en particular que filmó la secuencia continuamente, para llegar a sus conclusiones. Con los videos de esa cámara, y tres o cuatro más que tomó como soporte, Méndez afirma que ese estudio llegó a conclusiones “técnicamente inexactas y muy limitadas”.
Un ejemplo importante de la inexactitud del informe de la Fiscalía, explica Óscar Pedraza, investigador de Plano Negativo y doctor en antropología de la City University of New York, es el momento en el que el ente acusador decide que Cruz “se convierte en una amenaza que justifica la acción de la policía”. En las imágenes de este momento, se ve cómo el joven coge una granada de gas lacrimógeno del suelo y la lanza hacia los 20 agentes del ESMAD en frente de él.
En el escrito, la Fiscalía representa este acontecimiento con las palabras: “se observa caer, cerca de los policiales, la primera granada lanzada por él previamente.” Sobre esta base, Cruz se convierte en amenaza. Sin embargo, Pedraza dice que el reporte nunca da una definición de cuantos metros califican como “cerca”. “La imagen que ponen dice ‘cerca’ y ya”, asegura el investigador colombiano.
Plano Negativo analizó el evento completo, incluyendo este momento clave. Pedraza explica que el equipo sincronizó 12 videos e imágenes, todos de los que disponían. Con la ayuda de su modelo 3D y de la nube de puntos que creó la Fiscalía —Pedraza explica que tenían acceso a las mismas evidencias que el ente acusador—, rastrearon las posiciones de Cruz, de los agentes y de la granada de gas. Determinaron que cayó a 27 metros de la policía. Pedraza no está seguro de si 27 metros se pueden calificar como “cerca”, pero dice tener la certeza de que su equipo hizo una representación “muchísimo más detallada y fehaciente que la que en cualquier momento hizo la Fiscalía”.
Además de las imprecisiones en el análisis del video y del lenguaje, Pedraza cuenta que el ente acusador hizo algo en su investigación que, para el equipo de Plano Negativo, era increíble porque revelaba el bajo nivel técnico. “La Fiscalía literalmente usó capturas de pantalla y las tomaron como evidencia sobre la cual basaron su análisis. En una instancia, usaron una foto tomada con una cámara, de una captura de pantalla”, comenta el historiador bogotano con un tono de asombro. La Fiscalía no ha respondido las consultas al respecto al momento de publicar este artículo.
Para los miembros de Plano Negativo, estas inexactitudes en la investigación de la Fiscalía son un ejemplo más de la violencia del Estado colombiano. La directora del equipo, Meszaros-Martin, tiene más de una década trabajando en el país. Llegó a Colombia para hacer investigaciones para su maestría sobre fumigaciones aéreas con glifosato. Luego trabajó con varias residencias artísticas y oenegés en Bogotá. En 2021, tras años de experiencia con Forensic Architecture, realizó tres investigaciones con la colaboración de la Comisión Para la Verdad: una sobre el asesinato en Pereira de Lucas Villa, durante el paro nacional; otra sobre el despojo de tierras en Nueva Colonia (Urabá); y una final sobre las desapariciones forzadas en la retoma del Palacio de Justicia en 1985. Méndez y Pedraza estuvieron involucrados en esos trabajos.
Meszaros-Martin dice que en estas investigaciones la ha marcado la forma de actuar de la Fiscalía. “Es una entidad que, mediante su manejo de las evidencias, ha mantenido la impunidad a lo largo de los años. Y no solamente protege a la policía, también al ejército y a otros grupos responsables por la violencia estatal en Colombia. Esperamos que nuestro trabajo pueda ayudar a acabar con esa impunidad”. Es una posición que comparten sus compañeros colombianos.
Méndez quiere que Colombia vuelva a hablar de la muerte de Cruz y que se genere claridad para la familia y el país. Además, cree que esta investigación trae preguntas importantes sobre qué significa ser un manifestante. “Hay algo que se me quedó grabado en la cabeza. En el informe, siempre representan a los protestantes como si fueran una amenaza. Todo el tiempo hablan de la vestimenta de Dilan, de que llevaba un guante. En algún momento dice que, por regresar unos gases, equiparaba sus fuerzas con las 20 agentes del ESMAD. Hay algo de desproporcionalidad”, sostiene.
Pedraza se suma a esos cuestionamientos. “En Colombia, la gente asume que cuando uno sale a protestar, elige una situación en la cual morir es una posibilidad. Eso no puede seguir pasando”, sentencia.
Esta investigación fue la primera para el equipo bajo su nueva bandera: Plano Negativo. Para hacerla, recibieron fondos de una universidad en Nueva York, una organización filantrópica holandesa y del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos. Siguen siendo guiados y apoyados por Forensic Architecture, con sede en Londres. El proyecto entero costó alrededor de 40.000 dólares. “Mucho menos de lo que nuestros trabajos suelen valer”, asegura la directora. Ante la falta de dinero, los tres confiesan que trabajaron muchas horas sin pago.
—¿Y por qué lo hicieron?
—Por Dilan.
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