La ‘influencer’ conocida como Epa Colombia irá a la cárcel por atacar una estación de TransMilenio

En la noche de este lunes, minutos antes de ser detenida por las autoridades, la creadora de contenido Daneidy Barrera alcanzó a publicar un último video en sus redes sociales. “Me cogieron los del CTI, amiga”, dice en la grabación, ahogada en lágrimas. Se dirige a ese interlocutor hipotético que ha convertido en su sello personal: “amiga”. En el video, le cuenta a ese público, a esa amiga, que la Policía y el CTI la esperan afuera de una de sus peluquerías, ubicada en el barrio Restrepo, al sur de Bogotá. “Están aquí afuera de mi peluquería porque salió el fallo del TransMilenio, amiga. Amiga, ha sido muy difícil salir de ello”, explica. La detención fue ordenada por la Corte Suprema de Justicia luego de que este alto tribunal ratificara una condena en su contra de cinco años y dos meses de prisión por haber atacado una estación de TransMilenio en 2019, en medio del estallido social. Barrera, más conocida como Epa Colombia, fue hallada culpable de los delitos de perturbación al servicio de transporte público, instigación a delinquir con fines terroristas y daño en bien ajeno.

La Corte consideró que las pruebas en su contra eran irrefutables: los videos que había publicado ella misma, y en los que se veía cómo el 22 de noviembre de ese año golpeaba con un martillo las puertas de la estación de TransMilenio de Molinos, rompía un torniquete de la entrada o dañaba la pantalla utilizada para consultar el saldo de las tarjetas. En el video, Barrera decía: “Siempre miran lo malo mío, nunca miran lo bueno. Mientras algunos están saqueando los negocios, que pueden ser de su mamá, de su papá o de algún familiar, yo estaba destruyendo lo que era del Estado. Sé que tampoco está bien hecho, pero es una de las formas en las que el pueblo se puede manifestar sin pasar desapercibido. Este video tal vez lo van a volver viral”. Efectivamente, se volvió viral, y es el motivo por el cual será enviada a la cárcel.

Pese a los intentos de la defensa por evitar que Barrera fuera a prisión, esta es una decisión de última instancia. La ‘influencer’ había sido condenada en 2020 por un juez de Bogotá a tres años y medio de cárcel por los delitos de daño en bien ajeno y perturbación del transporte público. No obstante, la decisión fue apelada, y en agosto de 2021 los magistrados del Tribunal Superior de Bogotá añadieron un nuevo delito: instigación para delinquir con fines terroristas. Además, aumentaron su condena a más de cinco años, especificando que debía cumplirse en un centro de reclusión. De nada sirvió que en su momento ella se ofreciera a pagar los daños ocasionados, a hacer publicidad para TransMilenio, el sistema de transporte masivo que funciona en la capital colombiana, ni que pidiera disculpas ante el entonces presidente, Iván Duque, el fiscal general y la ciudadanía.

Desde que se conoció la primera condena en contra de Barrera, se ha generado un debate en redes sociales sobre la proporcionalidad de la pena. Los usuarios comentan que la justicia ha sido especialmente eficiente en este caso, mientras que comentan que otros delitos de mayor gravedad siguen sin resolverse. Los manifestantes que destruyeron esa y otras estaciones, argumentan algunos, y que llevaban cubiertas sus caras, tampoco fueron condenados con la misma dureza, en medio de un estallido social en el que durante semanas fueron usuales las barricadas, los enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública, y los daños a los bienes públicos. En 2021, el magistrado de la Sala del Tribunal Superior de Bogotá Juan Carlos Arias López se apartó de la decisión que condenó a Barrera Rojas, al considerar que aunque era responsable de los daños, no lo había hecho con un fin terrorista. “Si bien incita a la comisión de daños de los bienes de uso público, ello lo hace, indebidamente, en sentido de protesta y con un objetivo propagandístico”, explica el magistrado en su salvamento de voto.

Barrera, quien se hizo famosa en el 2016, cuando empezó a publicar unos videos con una particular canción con el estribillo ‘Epa Colombia’ para apoyar a la selección nacional del fútbol en la Copa América, pasó en ese entonces de una vida sencilla y en el anonimato a convertirse en una figura pública. Con el tiempo fue ganando influencia y seguidores, gracias a su particular estilo, una mezcla entre cercanía, inocencia y humor que hacía que muchos colombianos se sintieran identificados y la convirtieran en un símbolo de ascenso social, pues ha logrado construir una fortuna y dar empleo gracias a su negocio de keratinas, un producto capilar. Durante su camino a la fama han sido usuales las polémicas, las acusaciones en su contra y la exposición de su vida privada. Sin embargo, desde la cárcel su presencia mediática se verá frenada. El último fallo incluye un castigo especialmente estricto para una creadora de contenido: durante el mismo periodo de la condena tendrá inhabilidad para el ejercicio de su actividad como influenciadora, lo que implica que no podrá generar ingresos a través de sus redes sociales.