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El uribismo le suelta la mano a Óscar Iván Zuluaga, el candidato que casi venció a Santos

Unos audios que revelan el conocimiento de los vínculos con Odebrecht durante la campaña presidencial de 2014 han sacudido al entorno del exmandatario

Oscar Ivan Zuluaga
Óscar Iván Zuluaga durante una reunión de Centro Democrático en Bogotá, en marzo de 2022.Sebastian Barros (Getty Images)
Lucas Reynoso

Óscar Iván Zuluaga ya no brilla como una de las figuras favoritas del expresidente colombiano Álvaro Uribe. Su historia actual, la de una caída en desgracia, contrasta con la del candidato que casi venció a Juan Manuel Santos en 2014 —ganó en primera vuelta y perdió por menos de seis puntos en la segunda—. No solo por las sospechas de financiamiento ilegal de la campaña, que ya tienen años. Más bien por el golpe final el pasado domingo: unos audios que reveló la revista Semana evidenciaron que Zuluaga sí sabía que la constructora brasileña Odebrecht había pagado 1,6 millones de dólares para contratarle al brasileño Duda Mendonça como asesor de su campaña. Tras el impacto, el uribismo no ha tardado en soltarle la mano.

El responsable de grabar las conversaciones y filtrarlas ha sido Daniel García Arizabaleta, exdirector del Instituto Nacional de Vías y persona a la que Zuluaga consideraba como parte de su círculo íntimo. W Radio contó en mayo que la Fiscalía tenía en su poder dos audios de intercambios entre García Arizabaleta y Zuluaga sobre la participación de Odebrecht en la campaña. Sin embargo, nada más se supo hasta este domingo. En las grabaciones se escucha al excandidato presidencial informarle a su amigo de que Mendonça estaba “dispuesto a dar las declaraciones” que se le habían “planteado” para desligar a la campaña de los pagos de Odebrecht. “Efectivamente la plata la recibió y eso no se puede ya tapar. Pero claramente va a salvar la responsabilidad”, dice.

El excandidato siempre había afirmado que solo se enteró de los vínculos con la constructora brasileña cuando los reveló la revista brasileña Veja, en enero de 2017. “Nuestra campaña no puede hacerse responsable de los acuerdos y pagos que la empresa Odebrecht tuviera con el señor Duda Mendoça al margen de lo convenido con nosotros”, declaró entonces. No obstante, la Fiscalía señaló el pasado 13 de junio que Zuluaga se reunió en varias ocasiones con un exdirectivo de Odebrecht para pactar estos aportes de la empresa brasileña. “Las evidencias dan cuenta de que tenía conocimiento del aporte ilícito y que presentó una contabilidad con tal omisión ante el Consejo Nacional Electoral (CNE)”, indicó la entidad acusatoria en un comunicado.

La Fiscalía le imputará el próximo 10 de julio los delitos de falsedad en documento privado, fraude procesal y enriquecimiento ilícito de particular. En sus señalamientos, la entidad recuerda que la Constitución prohíbe el financiamiento de compañías extranjeras para campañas electorales. En este caso, además, no fue cualquier empresa: el caso Odebrecht ha sacudido a las clases políticas de varios países de América Latina, con sobornos millonarios a dirigentes políticos para asegurar contratos favorables.

Las acusaciones nunca habían logrado que los uribistas renegaran del todo de Zuluaga, al que eligieron como candidato oficial para las elecciones presidenciales de 2022 —antes de que se dieran cuenta de que no tenía chances—. El expresidente Uribe incluso había reaccionado de manera moderada el pasado 13 de junio, tras el anuncio de la Fiscalía. “Tengo dos dolores: uno personal por Óscar Iván Zuluaga y David [el hijo, también acusado], a quienes admiro y les tengo todo el afecto. Y otro dolor pero de Patria por las impunidades, una de ellas Santos y Odebrecht”, remarcó entonces, en referencia a otros escándalos que involucran a la administración de Santos.

La crudeza de las últimas grabaciones, sin embargo, ha sido demasiada. Escuchar que Zuluaga mintió sobre no tener conocimiento del financiamiento transformó la postura del exmandatario en un rechazo explícito. El lunes por la mañana, Uribe definió el caso de Zuluaga como “una tragedia” para su movimiento, comparables con los reveses que le significaron la elección de Santos y los acuerdos de paz con las FARC en 2016. “Todo un engaño a tantos que lo han hecho bien y creen en estas tesis [del Centro Democrático]”, comentó. Asimismo, el expresidente se desligó de responsabilidad: remarcó que él le pidió a Zuluaga un certificado que aclarara la situación y que Daniel García Arizabaleta le dijo que las acusaciones no eran ciertas.

Varios de los aliados de Uribe salieron a respaldar este cambio de postura. El exviceministro del Interior Rafael Nieto pidió en Twitter que no haya impunidad: “[Zuluaga] debe pagar por los delitos que haya cometido y disculparse con aquellos a quienes engañó para impulsar sus ambiciones políticas”. El exsenador José Obdulio Gaviria declaró a Semana que espera que Zuluaga ya haya renunciado al Centro Democrático, el cual presidió hace unos años. “Yo tenía la convicción o, por lo menos, el deseo íntimo de que lo que nos había dicho en su momento Óscar Iván Zuluaga fuera cierto”, agregó.

La senadora Paloma Valencia, que había apoyado a Zuluaga hasta ahora, fue de las más enfáticas en expresar su desilusión. “Ha sido nuestro candidato, sujeto de tanta confianza que queríamos que fuera nuestro presidente. Tenemos desconcierto y tristeza, todos los colombianos que votamos y creímos en él nos sentimos engañados. Muchos salimos a defenderlo de estas acusaciones”, expresó en Twitter.

Las grabaciones revelan que el excandidato presidencial tuvo dudas sobre cómo debía actuar. “Yo tendré que asumir la responsabilidad sí me toca en un momento, por encima de todos (...). No voy a eludir mi responsabilidad, ni me voy a esconder, ni voy a lavarme las manos con nadie”, le comenta a García Arizabaleta. Asegura varias veces que será leal a sus allegados y que no los incriminará como responsables.

También hubo remordimientos que llevaron a Zuluaga a consultar con un sacerdote, en el norte de Bogotá. “Le conté la verdad de las cosas. Le dije: ‘Padre, yo lo sabía, esto ocurrió así, ¿yo qué debo hacer?’ (...) Me dijo algo sabio: ‘Uno tiene que protegerse a sí mismo ante la maldad de los demás. Nada le obliga a no protegerse”. De acuerdo a Zuluaga, este cura le dijo que estaba rodeado de “maldad” y que debía defenderse. “Él me iluminó”.

El exaspirante presidencial, que se mantiene en silencio, tiene más de 30 años de carrera política. Comenzó a finales de los años ochenta como concejal de su natal Pensilvania, una población de 26.000 habitantes en el céntrico departamento de Caldas, en el eje cafetero. Después, fue alcalde de ese municipio, senador de la República, ministro de Hacienda del Gobierno de Álvaro Uribe y director del Centro Democrático.

Pese a las acusaciones por Odebrecht, el uribismo lo eligió a finales de 2021 como el candidato oficial para las elecciones presidenciales del siguiente año, por encima de aspirantes como las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia. Entonces, como ahora, sus aliados acabaron saltando del barco. La ilusión de Zuluaga, ya manchado ante la opinión pública, no se renovó en su segundo intento por la Presidencia y Federico Gutiérrez resultó ser el elegido por la derecha y el reconocido por todos como “el candidato de Uribe”.

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Sobre la firma

Lucas Reynoso
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Bogotá.

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