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Proceso de paz ELN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El ELN pone las condiciones

En lugar de ponerle tantas bolas a las exigencias del ELN, el Gobierno tiene que demostrar su superioridad militar y su capacidad para aprovechar la reanudación de relaciones diplomáticas con Venezuela

Pablo Beltrán, miembro del Comando Central del Ejercito de Liberación Nacional (ELN) posterior a una entrevista para el diario El País en la Ciudad de México el 15 de febrero de 2023.
Pablo Beltrán, miembro del Comando Central del Ejercito de Liberación Nacional (ELN) posterior a una entrevista para el diario El País en la Ciudad de México el 15 de febrero de 2023.Rodrigo Oropeza

Como así que el ELN es el que pone la pauta en la negociación de la paz total. Lo primero fue la rectificación al presidente del cese bilateral; la conversación en Caracas para advertir que lo del cese al fuego (la razón de ser del encuentro en Venezuela) lo dejaban para la mesa de diálogo en Ciudad de México, y ya in situ, que estaban dispuestos a discutir el tema de las hostilidades en próxima reunión en la ciudad anfitriona del país que amablemente acoge la presencia incómoda del grupo guerrillero. Dejaron claro que solo en la mesa de México se podían determinar los acuerdos entre pares. Para ellos el Estado y la guerrilla son dos fuerzas iguales.

Ahora, el jefe de la delegación de Colombia para el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional, don Otty Patiño, curtido en asuntos de guerrilla, puso de presente que, si no hay cese al fuego, el Gobierno podría levantarse de la mesa de negociación, pero que dicha decisión no conviene porque se perdería (obvio) la posibilidad de perfeccionar el proceso. Con esa contradicción el ELN seguirá deliberando para fortalecerse, dar golpes de fuerza y “buscar soluciones a los problemas del país por lo que justamente se alzaron en armas.” Aspiran a demostrar que su modelo no se parece en nada al Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las FARC, en el que no se habló nunca del cambio del modelo económico al que ya se manifestó el presidente Petro para coincidir con el otro lado de la mesa.

Cuánto tiempo podemos calcular y cuántas subcomisiones para hablar del régimen económico y de la hacienda pública. Los planes del desarrollo. El presupuesto. La distribución de recursos y de las competencias. La finalidad social del Estado y de los servicios públicos y el no menos importante, la banca central. Todo el régimen que quedó definido con precisión en la constitución de 1991 que tanto pondera el jefe de Estado.

En lugar de ponerle tantas bolas a las exigencias del ELN, el Gobierno tiene que demostrar su superioridad militar y su capacidad para aprovechar la reanudación de relaciones diplomáticas con Venezuela; recuperar el orden público en la frontera que divide y acerca las dos naciones, hoy en poder del Ejército de Liberación Nacional. Se trata básicamente de modificar la bobadita de las ciento y pico páginas de la Carta Fundamental de la nación. Arranca “con el Estado es propietario del subsuelo y de los recursos no renovables, sin perjuicio de los derechos adquiridos y perfeccionados con arreglo a las leyes preexistentes”. “La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común”. Y “el Banco de la República ejercerá las funciones de banca central: regular la moneda, los cambios internacionales y el crédito; emitir la moneda legal; administrar las reservas internacionales; ser prestamista de última instancia y banquero de los establecimientos de crédito”. Estas son algunas de las modificaciones que se pretende analizar en la mesa de México.

No se le debe olvidar al ELN que ha ejercido sus actividades por fuera de la ley y ha cometido delitos de lesa humanidad y violaciones graves a los derechos humanos, para adelantar negociaciones con el Estado colombiano de igual a igual. Y menos que haya logrado manipular la agenda como hasta ahora lo ha conseguido. El Gobierno se siente presionado por las altas tasas de inflación (13.34%) y por eso no se atreve a pararle “el macho” a las fuerzas insurgentes. En el último comunicado afirman que el Gobierno de Gustavo Petro busca imponer el cese al fuego y recuerdan el episodio de comienzos del año en que “quisieron imponernos de manera mediática un cese del fuego multilateral sin haber pactado en la mesa de diálogo”. Acusan al Estado de cumplir sus obligaciones constitucionales.

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