Cómo logró Medellín tener 8 días sin homicidios
La muerte violenta de un habitante de calle cortó una serie que es un récord. Analistas atribuyen la reducción a un pacto entre bandas para entrar en la paz total
Medellín, la segunda ciudad colombiana, que cargó la cruz de ser una de las más violentas del mundo, celebró haber tenido 8 días sin homicidios. La capital de Antioquia, que suele ser vinculada en la memoria a la cruda época en la que estuvo bajo el terror de Pablo Escobar, mantuvo durante una semana una situación que no ocurría desde 1979.
Así lo festejó este viernes el alcalde de la ciudad, Daniel Quintero, aunque horas más tarde esa frágil tregua se rompió al conocerse del asesinato de un habitante de calle, que apareció en el centro de la ciudad y sin documentos.
Quintero ha defendido una “reducción histórica y sostenida de los homicidios” y distintos sectores han celebrado día a día la ausencia de asesinatos. Aunque según las cifras oficiales, hay una disminución en otros delitos, el propio secretario de Seguridad y Convivencia, José Gerardo Acevedo Ossa, reconoce que “el único que tenemos con incremento leve es el homicidio”, como explicaba a los medios oficiales de la Alcaldía cuando iban cinco días sin asesinatos.
“Esto no es de récord, sino de valorar la vida”, agregó Acevedo. En lo que va de 2023, se han registrado 10 homicidios, la mayoría ocurridos en los primeros días del año.
Las explicaciones sobre esa situación que tiene felices a los funcionarios locales son variadas. Para la Alcaldía obedece a su política de seguridad y recompensas: de 100 millones de pesos por información sobre homicidios y de 200 millones cuando son feminicidios o integrantes de la comunidad LGBTIQ+. Sin embargo, para oenegés como Indepaz y Corpades, obedece a “pactos y diálogos (entre grupos) que tienen un efecto directo en la situación humanitaria de las comunidades”.
Algo similar asegura el analista Luis Fernando Quijano Moreno, director de Corpades, quien argumenta que la tregua en los homicidios no es por la política de seguridad del alcalde Quintero, sino por los acercamientos que está haciendo la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en cabeza de Danilo Rueda. “La política local de seguridad es un fracaso, porque es la misma de siempre: captura, decomiso, show mediático y pago de recompensas. Lo que está evidenciando esta reducción de los homicidios es que hay una voluntad de las bandas por la paz total”.
Quijano calcula que son 350 las bandas que está participando de los acercamientos y ceses no declarados, incluidas las dos alas de la organización criminal llamada Oficina de Envigado. La minoritaria, en la que hay grupos conocidos como La Terraza, la Oficina de San Pablo, Los Pesebreros, bajo el mando de alias Douglas. La otra es la mayoritaria, que funciona como dirección colegiada. Esto, explica Quijano incluye a bandas independientes de la Oficina de Envigado.
Medellín ha vivido antes momentos de pacto entre las organizaciones criminales. En una época, se le conoció como la “donbernabilidad”, en alusión al exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo, ‘Don Berna’; en otro momento se llamó “el pacto del fusil”. Sin embargo, para Quijano la actual tregua es diferente. “La ‘Donbernabilidad’ que nosotros llamábamos la para tranquilidad urbana en realidad era bajo obligación y era una época de desapariciones, algo que no estamos observando en este momento”, dice. Por lo pronto, la ciudad está a la expectativa de qué tanto se trate de una calma sostenible en el tiempo y qué esperan los grupos armados de la propuesta de paz total del Gobierno que recientemente se ha chocado con la justicia.
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