“Necesitamos una medicina de género”
La investigadora ha descubierto un gen que puede explicar por qué hay más mujeres con alzhéimer y más hombres con autismo
Podría ser una de las científicas más ricas del mundo. Illana Gozes estuvo a punto de inventar una viagra antes de que la auténtica Viagra surgiera en 1998 y generara cientos de millones de euros de beneficios. De aquellos tiempos, esta investigadora israelí guarda una patente de 1992 de un compuesto para “mejorar la actividad sexual y la erección del pene”. Era una crema que dilataba los vasos sanguíneos de los ratones y prometía hacer lo mismo con los hombres. "Llegué a aparecer en la revista Time por estas buenas noticias pero, cuando estábamos listos para empezar los ensayos clínicos en humanos, la farmacéutica Pfizer descubrió la Viagra, que fue un boom, y fue muy difícil continuar", recuerda.
Gozes nació en Jerusalén en 1949, pero su tatarabuelo se apellidaba Coronel y cree que es descendiente del rabino y banquero Abraham Senior, "el hombre que logró el matrimonio de los Reyes Católicos" y se convirtió al cristianismo con el nombre de Fernando Pérez Coronel en el siglo XV. La investigadora es un ejemplo del valle de la muerte que hay que atravesar para inventar un medicamento. De cada 5.000 compuestos que se prueban en ratones, cinco son suficientemente prometedores como para ensayarse en humanos y solo uno llega a la farmacia, según las cifras habituales del sector. Gozes, neurocientífica de la Universidad de Tel Aviv, lleva más de cuatro décadas dedicada a la ciencia de vanguardia y solo ahora, a sus 67 años, acaricia fármacos que funcionen en humanos.
La investigadora descubrió en 2001 el gen ADNP, "jefe de otros 400 genes importantes". Desde entonces, explica Gozes, se ha observado que el mal funcionamiento de este supergén aparece en el alzhéimer y en la esquizofrenia. El mes pasado, la organización internacional Global Genes, dedicada a las enfermedades raras, entregó a Gozes el premio Campeona de la Esperanza por haber descubierto que una mutación del gen ADNP provoca trastornos del espectro autista.
“Lamentablemente, todavía vivimos en un mundo gobernado solo por hombres”
Este jueves, Gozes impartirá en Madrid una conferencia magistral sobre el supergén en las XI Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz, dedicadas a la salud mental de los niños menores de cinco años. La neurocientífica sueña con encontrar un fármaco para los niños afectados por la mutación del gen ADNP, un problema que afecta a 85 chavales en el mundo, que se sepa, aunque Gozes sostiene que son muchísimos más. "Normalmente no se estudian los genes de los niños con trastornos del espectro autista", señala.
El trabajo de la investigadora ha mostrado que los efectos del gen ADNP son diferentes en mujeres y hombres. Y Gozes cree que esta puede ser la causa de que haya más mujeres que hombres con alzhéimer, pero más hombres que mujeres con autismo. "Es necesario que tengamos los dos sexos en los ensayos clínicos y que los analicemos por separado, porque pueden responder de manera diferente a un mismo fármaco", advierte. "Necesitamos una medicina de género, al menos en algunas indicaciones".
Gozes recuerda además que, históricamente, los laboratorios han prescindido de las hembras animales, para evitar "sus posibles cambios de comportamiento relacionados con su ciclo menstrual". Incluso ella solo empleaba ratones machos. Pero era un error. Fármacos que iban a utilizar mayoritariamente mujeres se probaban solo en ratones machos y en hombres. En la actualidad, las instituciones científicas punteras exigen una representación adecuada de ambos sexos, tanto en ensayos clínicos en humanos como en animales. "Si quieres desarrollar una medicina, tienes que estudiar sus efectos en los dos sexos", subraya. “Lamentablemente, todavía vivimos en un mundo gobernado solo por hombres”.
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