Neandertales en la oscuridad
¿Qué hacían los neandertales a 336 metros de la entrada, en la más completa oscuridad, hace 176.000 años? Los grandes animales raras veces se aventuran en la negrura de las cuevas. Solo los osos de las cavernas lo hacían, y de ahí el nombre que les hemos dado. Buscaban la tibieza de la gruta para pasar el invierno, dormidos, en la Edad del Hielo. Pero, ¿y los neandertales?
No teníamos noticia de sus exploraciones por el corazón de las cavernas hasta la publicación del reciente artículo de Nature. En la cueva francesa de Bruniquel se han encontrado dos círculos hechos con estalagmitas, unas enteras, otras rotas, sin la punta ni la base. En algunos puntos hasta cuatro niveles de estalagmitas componen sus muros. Hay incluso algunas que están puestas de pie, para reforzar la estructura, o rellenando huecos. No cabe duda de que son obra humana. Además de los dos anillos, hay cuatro apilamientos de estalagmitas que no forman círculos.
Sobre las estalagmitas, no sobre el suelo como parecería más lógico, se encendieron muchos pequeños fuegos. Queda su marca en la piedra. Hay una sola hoguera en el piso, con fragmentos de huesos quemados. La edad de estas construcciones no ofrece duda porque se han datado, usando el método seguro de las series de uranio, a partir de recrecimientos posteriores de calcita, precipitaciones de carbonato cálcico formadas por goteo. En estas cronologías, y en Europa, solo pueden pertenecer a los neandertales.
¿Qué significan estas construcciones complejas, hechas con centenares de estalagmitas? Yo habría deseado que se encontrara junto con ellas algún objeto de adorno, como un colgante –un simple canino perforado habría bastado-, y no digamos una flauta de hueso o una estatuilla. O que los neandertales hubieran decorado las paredes de la galería con grabados o pinturas de animales, o con manos, o con signos. Entonces no habría quedado ninguna duda de que tenían una mente simbólica, como la nuestra. Pero no lo hicieron.
Nadie sabe, al menos de momento, lo que ocurrió. Los autores del trabajo de investigación se preguntan: ¿por qué tan lejos de la entrada? ¿Por qué la mayor parte de los fuegos se hicieron sobre las estructuras y no en el suelo? ¿Se trata de un comportamiento simbólico, como parece, o hay una explicación práctica? ¿Quizás solo se refugiaron allí? En todo caso, concluyen, los neandertales de la cueva de Bruniquel muestran una sorprendente complejidad social.
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