Posiblemente, el hombre más bestia (y a la vez 'cool') de la Tierra
Salvaje sobre el ring, elegante fuera de él. Así es este luchador irlandés Conor McGregor, icono sexual y referente de la moda
Sólo verlo da miedo: Conor McGregor suelta un zurdazo a la mandíbula del rival, que cae al suelo, fulminado. Entonces Conor, en vez de dar un paso atrás y levantar los brazos en señal de victoria, se planta de rodillas junto al desprotegido contrincante y descarga una salva de puñetazos en su cabeza que únicamente termina cuando el árbitro se interpone entre ambos. Todo, en 13 segundos desde el inicio del combate. El pasado 12 de diciembre en Las Vegas (dónde si no), Conor McGregor (apodado The Notorious, o El Infame), firmó el KO más rápido en la historia de la UFC (Ultimate Fighting Championship), la organización que controla esa modalidad que algunos consideran deportiva llamada MMA (mixed martial arts, o artes marciales combinadas).
Te presentamos a Conor McGregor (1,75 de altura, 66 kilos de peso), posiblemente el tipo más bestia sobre la faz de la Tierra. No, a nosotros tampoco nos interesa esta disciplina en la que prácticamente vale todo con tal de derribar al adversario; pero la fama de este irlandés de 27 años ha traspasado el ring. Es uno de los personajes más populares de Irlanda actualmente. Su rotundo físico ha hecho que Rolling Stone lo haya elegido uno de los sex symbols de 2015, junto a Justin Bieber, el primer ministro canadiense Justin Trudeau o la actriz Daisy Ridley, protagonista de la última de Star wars. Su aspecto de hipster elegante fuera de la lona lo ha catalogado como referente de la moda. Sus sentencias en redes sociales tienen eco en medios de información general. Estas son las múltiples facetas del bello y bestia Conor.
Lo que pasa por su cabeza
El pasado mayo escribió unas líneas en el periódico irlandés The Irish Independent en las que, un tanto a la defensiva —algunos no tragan su altanería— describía las motivaciones que le llevan a querer derrotar a otra persona. “El dinero me motiva. Voy a por cada moneda que tengan. ¿Qué tiene de malo? Quiero asegurarme de que mis hijos y los hijos de mis hijos tengan una buena vida”, exponía. “Cada vez que gano, pulverizo a mi oponente. Soy el mejor luchador del planeta”, añadía, demostrando que no tiene abuela. Sobre el MMA, decía: “Me gano la vida en un juego brutal, peligroso. El objetivo es infligir daño. Si no hay diversión en lo que haces, dime por qué lo estás haciendo. Yo me divierto y me gano la vida haciéndolo”.
Elegancia 'hipster'
“Es el mayor icono de la moda en Irlanda en los últimos 20 años”, declaró el sastre irlandés Patrick Bourke a Sunday World el pasado mayo. Se refería, sin duda, a su singular estilo Gran Gatsby (trajes de tres piezas, muchos de ellos a rayas, con pañuelo en bolsillo y corbata o pajarita) que combina magistralmente con su ineludible pose de macho man. Lo viste otro sastre, Louis Copeland, quien afirma que ahora muchos clientes acuden a su sastrería pidiendo la imagen de Conor McGregor, y que este se ha convertido en “inspiración para los jóvenes”. Pero su gusto por los trajes clásicos es sólo parte de la imagen de Conor, marcada también por su esmerado corte de pelo, cuidada barba y los intimidantes tatuajes de su torso. Un artículo en la revista especializada Fight State apuntaba que se trata de un aspecto copiado de un modelo llamado Josh Mario John.
Bramidos en las redes
En octubre, muchos medios irlandeses recogieron un explosivo tuit de Conor en el que decía: “Fuck politics, fuck religion, fuck the Queen” (no es necesaria traducción). ¿A qué venía semejante exabrupto? El día anterior había circulado en Facebook una foto suya en la que aparecía portando un pin con la amapola conmemorativa de los caídos en combate tras la I Guerra Mundial; un símbolo históricamente denostado en Irlanda. En su país le llovieron las críticas y esta fue su respuesta. Aunque no siempre se expresa en estos términos. Cuando en mayo se celebró en Irlanda el referéndum por el matrimonio entre personas del mismo sexo, Conor se posicionó hacia el “sí”. “Mi equipo y yo los exhortamos a que ¡VOTEN SÍ POR LA IGUALDAD!, Todo ser humano merece los mismos derechos”, tuiteó. Finalmente ganó el “sí” y desde luego no por temor a sus represalias.
Compras millonarias
Conor, que trabajó un tiempo como aprendiz de fontanero (como reconoció en su manifiesto en el Independent), se está haciendo de oro. Y como otros en su situación, derrocha dinero a espuertas. Para celebrar su fulgurante victoria contra el brasileño José Aldo se dio el capricho de comprarse un Rolls Royce que le costó medio millón de dólares (457.000 euros). Ahora lo pasea orgulloso escuchando a todo volumen a… ¿Metallica? ¿Guns N’Roses? No: a Mariah Carey (hay imágenes que lo prueban), una de sus cantantes favoritas.
Unos meses antes, a modo de aperitivo, había adquirido un BMW i8 y un Mercedes-Benz por 469.000 dólares (429.999 euros), según Daily Mirror. Afortunadamente todavía no ha cumplido la promesa de comprarse un chimpancé como mascota, como anunció en una entrevista en televisión. Quizá emulando a su idolatrado Mike Tyson, que en su día se gastó una pasta en tres tigres de Bengala.
Ha contratado a su novia
Conor se enorgullece de que Dee Devlin, una belleza irlandesa con quien lleva ocho años de noviazgo, se fijara en él cuando era un don nadie. Ahora que es alguien recompensa su apoyo incondicional con detallitos como el reloj Cartier de diamantes valorado en 30.000 dólares (27.400 euros) que le regaló en abril.
No ha trascendido a qué se dedicaba Dee antes, pero en la actualidad forma parte de la plantilla de empleados de Conor, y trabaja (a jornada completa, se supone) llevando sus finanzas. Tras la aplastante victoria de Conor el 12 de diciembre, ella escribió en Instagram: “¡Qué noche absolutamente increíble! ¡Estoy muy orgullosa de formar parte de este viaje contigo, cariño, eres la definición auténtica de un campeón y nadie se lo merece más!”. Y luego vieron juntos una reposición de Bambi.
Su relación con U2
El grupo de Bono es, ya se sabe, la novia en la boda y el muerto en el entierro. También para hablar de Conor McGregor hay que sacarlo a colación: no en vano son dos de las personalidades irlandesas más relevantes en el mundo. A principios de diciembre, Conor invitó a través de un tuit a sus paisanos rockeros a apoyarle en el crucial combate de Las Vegas, a lo que ellos respondieron en discreto gaélico algo así como: “La fiesta está en Las Vegas el sábado, ¡hurra Conor!” (está claro que no sabían lo de Mariah Carey). Semanas después, Conor se tropezó con The Edge, guitarrista de la banda, en un aeropuerto y no desperdició la ocasión de hacerse una foto de fan con él y subirla a Instagram. The Edge accedió: a ver quién es el guapo que se niega.
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