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Nutrir el planeta

Casi 8.000 millones de personas buscan respuestas para garantizar la alimentación de todos y conciliar intereses diversos

Andoni Luis Aduriz
Huevas con aliño de amaranto.
Huevas con aliño de amaranto.Óscar Oliva

En el pabellón de Corea del Sur, las cifras estimadas del aumento de población mundial corrían en una pantalla con la celeridad de un cronómetro. En no demasiado tiempo pisaremos la tierra 8.000 millones de seres humanos que demandaremos aire y agua de calidad, un lugar donde cobijarnos y algo que poner en el plato para comer. En este contexto se ha desarrollado la Expo Milán 2015, bajo el lema Nutrir el planeta, energía para la vida, un encuentro que ha abordado las dificultades y posibles soluciones de un mundo cada vez más rebosante de personas y escaso de recursos, sin los deberes del hambre y la desnutrición de una parte de la población resueltos y con un cambio climático dibujando un contexto poco esperanzador.

Son estos temas muy serios en un contexto mundano: junto a las incógnitas sobre la sostenibilidad, la coyuntura a la que se van a enfrentar las generaciones futuras, las cuestiones derivadas del aumento de la temperatura global, la disminución de tierras fértiles y la merma de los recursos hídricos, el visitante ha podido ver desfiles de majorettes, charangas o música de reggaeton. Todo en un entorno con muchas incógnitas y lemas políticamente correctos. Porque tras los espectaculares hologramas, los sugerentes audiovisuales y las energéticas imágenes de los productos y tradiciones de los pueblos de la Tierra subyace la complejidad del laberinto alimentario, la cuestionable distribución de los productos y el choque de modelos productivos. Frente al discurso en defensa de la biodiversidad de los países fértiles en ecosistemas y retrasados en desarrollo científico está la apuesta por la tecnología de las naciones carentes de los mismos.

Mil quinientos millones de personas habitan en regiones áridas, con limitadas tierras fértiles y agua escasa. Pero intentan tirar adelante, como sea, y despliegan esfuerzos dirigidos, en el caso de Israel y algunos países del golfo Pérsico, hacia la búsqueda y el diseño de semillas y productos hortícolas que se adapten a las severas condiciones de su realidad, utilizando todas las herramientas y tecnologías a su alcance con el fin de optimizar producciones y alcanzar el soñado autoabastecimiento. Se trata de experiencias innovadoras que buscan la eficacia en cultivos, regadíos, procedimientos de transformación, distribución y procesamiento de la cadena alimentaria. Entre medias encontramos países que ven tras las virtudes de su dieta una ocasión de desplegar reputación, exportar productos y proteger la producción de su propio territorio.

En definitiva, una Expo a imagen y semejanza del mundo que habitamos: un gran viaje a través de los sabores, aromas y texturas del planeta acompañado por los enigmas y preguntas de un rompecabezas, el de la alimentación, que va más allá de la propia comida. Porque ¿cómo mejorar la calidad de vida y la alimentación de los que hoy carecen de ella? ¿De qué forma armonizar las prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales con nuevos métodos para la mejora productiva? ¿Cómo se prioriza el desarrollo con la conservación de la biodiversidad? ¿De qué modo podemos conciliar los intereses de la industria alimentaria que permite un fácil acceso a los alimentos con los de los productores que fomentan un mayor respeto a las tradiciones culinarias, eje de la vida social y cultural de los pueblos? Son algunos de los interrogantes que hay que encarar si realmente queremos nutrir el planeta. Algo que debería ser derecho y obligación, y no una suerte de utopía en manos de los intereses de unos y otros. Nos jugamos en ello el futuro.

Huevas con aliño de amaranto

Ingredientes

Para 4 personas

Las huevas

  • Huevas de verdel
  • 200 gramos de sal gorda
  • 200 gramos de azúcar

La vinagreta

  • 80 gramos de amaranto
  • Sal
  • 2 cebolletas frescas
  • 2 tomates maduros
  • 18 gramos de aceite de oliva virgen extra
  • 9 gramos de vinagre de sidra
  • Perejil finamente picado
  • Brotes

Instrucciones

1. Las huevas

Mezclar la sal gorda con el azúcar. Cubrir las huevas de verdel con la mezcla de azúcar y sal. Dejar secar en la nevera durante 6 horas. Retirar y lavar con agua. Secar las huevas con papel absorbente. Reservar.

2.

El tiempo de marinado variará en función del tamaño y grosor de las huevas.

3. La vinagreta

Lavar el amaranto con abundante agua. Cocer en agua hirviendo y sal durante 7 minutos. Escurrir bien y reservar. Si es necesario, se debe rectificar el punto de sal del amaranto después de cocer. Cortar la cebolleta fresca en mirepoix (cuadraditos). Picar el tomate en pequeños dados. Mezclar la cebolleta con el perejil y el tomate. Sazonar y dejar reposar unos minutos.

4.

Agregar el amaranto cocido, y aliñar con aceite de oliva y vinagre de sidra. Mezclar y reservar.

5. Acabado y presentación

Asar las huevas de verdel en la parrilla unos minutos por cada lado. Cortarlas en rodajas de 1 centímetro de grosor y servirlas en el plato. Aliñar con la vinagreta. Terminar con unos brotes.

Huevas frescas

Contienen unas 113 kilocalorías por 100 gramos de porción comestible y aportan un alto contenido en proteínas. Dentro de las grasas, las que están en mayor cantidad son las poliinsaturadas, entre las que destacan los ácidos omega 3. Sin embargo, su contenido en colesterol es elevado. No aportan hidratos de carbono ni fibra. Entre las vitaminas destacan la E y B12 y minerales como el fósforo.

elpaissemanal@elpais.es

Sobre la firma

Andoni Luis Aduriz
Andoni Luis Aduriz (San Sebastián, 1971) es un cocinero reconocido internacionalmente que lidera desde 1998 el restaurante Mugaritz, en Errenteria, con dos estrellas Michelin. Comunicador y divulgador, colabora desde 2013 con ‘El País Semanal’, donde comparte su particular visión de la gastronomía y su mirada interdisciplinar y crítica.

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