Un análisis de sangre predice las recaídas en cáncer de mama
Una técnica experimental detecta la reaparición de tumores ocho meses antes de que sean descubiertas con métodos convencionales
Para enfrentarse con alguna posibilidad de éxito a las enfermedades más graves, como el cáncer o el alzhéimer, se sabe desde hace mucho que la clave se encuentra en identificar la presencia de la enfermedad cuando aún es invisible. Eso es lo que está empezando a lograr un grupo de investigadores del Instituto para la Investigación del Cáncer (ICR, de sus siglas en inglés) de Londres (Reino Unido). En una investigación que se publica esta semana en la revista Science Translational Medicine, explican cómo han desarrollado un análisis de sangre para identificar qué mujeres bajo un tratamiento para el cáncer de mama sufrirán una recaída.
Los investigadores, liderados por el español Isaac García-Murillas, analizaron a 55 mujeres con cáncer de mama en una fase poco avanzada a las que habían dado quimioterapia y habían sometido a cirugía. Durante dos años después de la cirugía, se extrajo sangre a las pacientes para buscar material genético del tumor y analizar el progreso de sus mutaciones. En 12 de las 15 mujeres que sufrieron una recaída, el análisis del ADN del tumor que se encontró en la sangre sirvió para predecir lo que iba a suceder. Esta información se obtuvo ocho meses antes de que los métodos convencionales de imagen médica fuesen capaces de detectar que el cáncer se expandía de nuevo.
Se espera poder identificar las mutaciones más peligrosas para prevenir recaídas o retrasarlas
El sistema de los investigadores del ICR permite observar cómo se acumulan las mutaciones en los genes del tumor. El progreso de esas mutaciones hace que el cáncer sea cada vez más difícil de combatir y la información de este tipo de pruebas puede ayudar a tratarlo cuando aún es más manejable. Además, con ese seguimiento, los autores del estudio esperan poder identificar las mutaciones más peligrosas para adaptar el tratamiento y “prevenir la recaída o retrasarla de forma sustancial”, apunta Nicholas Turner, autor principal del estudio. “Sin embargo, estamos en una fase temprana de la investigación y necesitamos más estudios antes de que el test pueda aplicarse a los pacientes de manera convencional”, añade.
Aunque las técnicas de secuenciación genética permiten descubrir los restos de ADN tumoral vertidos al torrente sanguíneo, esto ha sido más sencillo cuando la enfermedad está en su fase metastásica y ya ha invadido partes del cuerpo alejadas del foco inicial del mal. En el caso del cáncer de mama, en el que el 95% de los diagnósticos se produce en una fase temprana, cuando el tumor está aún localizado, se han encontrado más dificultades para identificar la presencia del cáncer en la sangre y seguir su evolución a través del análisis de su material genético.
Medicina personalizada
Métodos como el que presenta el ICR en una fase inicial de desarrollo son pasos en lo que se conoce como medicina de precisión, un enfoque que trata de personalizar al máximo los tratamientos en lugar de buscar soluciones generales que valgan, aunque solo a medias, para muchas personas. A principios de este año, veinte hospitales de España comenzaron a implantar la biopsia líquida para mejorar el tratamiento del cáncer. En este caso, se trata de buscar, a partir de una muestra de sangre, si los pacientes con cáncer de colon metastásico tienen o no la mutación del gen RAS. Se sabe que entre el 55 % y el 65 % de los pacientes con este tipo de cáncer tienen la mutación y no responden a la terapia con los medicamentos cetuximab y panitumumab, que es eficaz para otras variantes genéticas. La información sirve para elegir mejor el tratamiento adecuado.
También a principios de este año, un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona publicaba la creación de un examen genético que servía para calcular el riesgo de un paciente con cáncer de colon de desarrollar tumores secundarios y llegar a la fase metastásica. Esta información, si este avance llega a los hospitales, permitirá tratar solo a las personas que están en riesgo y evitar aplicar la quimioterapia a otros cuyos tumores no tienen el mismo perfil de riesgo.
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