Los bajos fondos de la Red
Hay cientos de webs que no registran los buscadores y que son el paraíso del cibercrimen, el espionaje y el sabotaje
Internet no es todo lo que vemos. Hay quien lo compara con un iceberg: pequeño en la superficie, pero gigante en las profundidades. El territorio sumergido está compuesto por páginas que no están indexadas en buscadores convencionales como Google o Bing, puede que por su antigüedad (los buscadores las ignoran) o porque han sido diseñadas con un código que las oculta. Y son el paraíso del cibercrimen, el espionaje político y comercial, y el sabotaje.
En la superficie
La analogía del iceberg explica las capas de Internet. Es decir, vemos la punta, y nos perdemos lo más importante que se supone sumergido y oculto. Sin embargo, se cree que lo que hay debajo es, en su mayoría, páginas con contenidos no indexados o en proceso de destrucción, aunque también algunas bases de datos de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos o incluso la RAE. Aunque las cifras no son exactas, se estima que al 80% de los contenidos de Internet no se puede llegar a través de los buscadores conocidos.
Primera inmersión
Por la denominada Deep Web (web profunda) no se navega, se bucea. Si se conoce la dirección exacta de la página bastaría con escribirla en el ordenador, pero cualquiera podría rastrear la navegación. Quienes prefieren no dejar huellas emplean redes encriptadas que garantizan una navegación anónima, es decir, que no es posible identificar el número IP del ordenador. Entre las más conocidas está la red TOR, empleada por 2,5 millones de personas en el mundo.
Información sumergida
La red TOR, una de las vías para acceder a la Internet profunda, tiene un aspecto muy parecido al de la Red en los años noventa. Hay una especie de Wikipedia oculta (7jguhsfwruviatqe.onion) que se recomienda a los que quieran iniciarse. La extensión .onion es propia de TOR, y alude a su similitud con las capas de una cebolla. Las transacciones, cuya garantía y legalidad son dudosas debido al anonimato, se hacen en bitcoins. Es el paraíso del cibercrimen y de todo tipo de tráfico ilegal, desde armas hasta órganos.
Las capas de TOR
Sus contenidos se dividen en tres grandes áreas: el cibercrimen, el espionaje político y comercial, y el sabotaje. Además existen otras categorías como el ‘hacktivismo’ y el robo de la propiedad intelectual. También hay una especie de eBay donde se ofrece gente para cualquier tipo de trabajo, desde sicarios a falsificadores. En 2013 el FBI cerró Silk Road, el supermercado negro “más sofisticado” de la profundidad. Dos nuevos proyectos, Pandora y Agora, tardaron pocas horas en ver la luz.
Deep Web
La Deep Web ha servido de refugio a los movimientos activistas de hackers que luchan por la privacidad y la neutralidad de Internet. Además, en países donde los Gobiernos controlan la Red como China o en algunas zonas de conflicto como Siria, la Deep Web ha servido para burlar la censura oficial. Gracias a estos bajos fondos se ha conseguido obtener información que ha destapado casos de corrupción en España, y se cree que si se simplificara su acceso, su uso podría generalizarse con fines más edificantes. Todo el que dice haber estado en la Deep Web recomienda encarecidamente que no se bucee en las profundidades de Internet. Curioso y tentador.
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