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Clásico, pero con un ‘twist’

Anshuman Vohra dejó atrás su trabajo en banca para crear la ginebra Bulldog No tenía conocimientos previos de destilería

El creador de la ginebra Bulldog, Anshuman Vohra.
El creador de la ginebra Bulldog, Anshuman Vohra.

Decidí crear Bulldog porque quería hacer por la ginebra lo que Absolut hizo por el vodka”. Así de contundente se muestra Anshuman Vohra cuando se le pregunta por qué alguien que no viene precisamente de una familia de destiladores –y que trabajaba en banca hasta mediados de 2006– decide hacer de la ginebra premium su apuesta empresarial.

Hace siete años, cuando la fiebre de los gin tonics –en pleno apogeo actualmente en España, Portugal y Colombia– ni siquiera se estaba incubando todavía, su decisión de crear una ginebra adaptada al paladar contemporáneo parecía de lo más arriesgada y provocó, cuando menos, escepticismo entre sus amigos y compañeros de trabajo. “Algunos me tomaron por un excéntrico y otros directamente se rieron de mí. Pero me había puesto un reto e iba a por él: hacer una ginebra que me gustara beber, porque estaba seguro de que entonces a los demás también les gustaría.”

El reto le costó tres años de investigación –que compaginaba con su trabajo en el banco– en campos tan dispares como el marketing, la búsqueda de la combinación perfecta de botánicos, la elección de una destilería o del nombre y el diseño de la botella. “Quería que fuera un producto 100% inglés, y ese factor, y mi pasión por Winston Churchill, fueron determinantes a la hora de ponerle nombre a la ginebra. ¿Hay algo más inglés que un bulldog? Pues eso”.

“Tenía muy claro que quería hacer un producto premium, pero accesible. Podría ganar mucho más dinero con esto si subiera el precio, supongo, pero esa no es mi prioridad. Quería hacer una ginebra que estuviera presente en la vida de la gente cuando tuviera algo que celebrar, aunque sea algo tan simple como que es sábado noche o que tienes una camisa nueva. Y que también te ayude cuando tienes un mal día y necesitas algo de confianza en ti mismo. Quería hacer una ginebra que se portara como un buen amigo”.

Aunque destaca que, dada su suavidad, Bulldog puede beberse solo con hielo, para potenciar su sabor en un gin tonic recomienda “escoger una buena tónica y, si se quiere, darle un empujoncito a ese ligero sabor dulce característico que deja al final con un poco de regaliz, uno de los botánicos presentes en la composición”.

Cuando se le pregunta por un posible maridaje gastronómico de su ginebra, no duda ni un momento: pan con tomate y jamón ibérico. “Soy un auténtico apasionado de la comida española, así que en mi caso posiblemente me tomaría un par de copas y me comería cuatro platos”.

Anshuman termina la entrevista con un entusiasta alegato a petición propia. “Ahora mismo hay 230 ginebras premium en el mundo. Hace tres años no había ni una décima parte. Pero nosotros no formamos parte de esa fiebre, no somos una tendencia. Somos un clásico con una vuelta, y seguiremos ahí para siempre, porque respetamos al consumidor y hacemos un producto de gran calidad, fruto de una profunda investigación y amor por nuestro trabajo”.

El secreto de un éxito

La aparición de ginebras más suaves y afrutadas, la introducción en el mercado de nuevas tónicas y el añadido de hierbas, frutas y botánicos que convierten este combinado en un cóctel personalizable han sido algunos de los desencadenantes de la fiebre por el gin tonic que arrasa España desde hace unos años. Una pasión que ha convertido a este país –según los datos del portal especializado International Wine & Spirit Research– en el tercero del mundo que más ginebra consume, especialmente de alta gama.

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