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Reportaje:

La rabia como motor literario

Encuentro con el escritor estadounidense Dennis Lehane, que acaba de publicar en España su nueva novela negra, 'La última causa perdida'

Toni García

Dorchester, en Boston, fue hasta los años 50 un barrio judío; después de eso irlandeses y afroamericanos se las tuvieron por razones fáciles de imaginar y un poco más tarde asiáticos e hispanos añadieron un poco más de pólvora a la caldera. Durante esos años nadie se atrevía a encender una cerilla por miedo a que todo volara por los aires. Los nativos de la zona adquirieron entonces reputación de ser lo peorcito de una ciudad burguesa que seguía presumiendo de pasado colonial. En esa olla a presión creció Dennis Lehane (Boston, 1965).

La cita con el autor de Mystic River, Shutter Island o Cualquier otro día, uno de los mejores novelistas estadounidenses de la última década, se produce sin embargo en un lugar alejado de sus coordenadas vitales: Florida. "¿Que qué hago aquí? Es por mi mujer, ella no soporta el frío y yo no soporto el calor, así que tenemos esta especie de trato", dice nada más entrar por la puerta. El escritor, un tipo robusto y de manos grandes que luce un anillo con motivos célticos y tiene pinta de no tener miedo a nada, se encuentra con el periodista en St. Petersburg, localidad de 250.000 habitantes a tiro de piedra de Tampa.

"Dorchester forjó mi carácter... me obligó a luchar por lo que creía"
"Se me escapa lo que nos pasó con 'The Wire'; su éxito es un auténtico milagro"
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Calles de barrio irlandés

Leído el último libro de Lehane, La última causa perdida (publicado en España por RBA), todo aquello parece una escena de un planeta distinto. "Hay otra razón para vivir aquí: fue en este sitio donde tomé mi primer seminario de escritura y donde decidí que viviría de esto. Me trae buenos recuerdos... aunque no soporte esta temperatura", ríe Lehane.

La última causa perdida es la sexta entrega en la saga de los dos personajes que le han conseguido fama y fortuna, Patrick Kenzie y Angie Gennaro, y es además una suerte de secuela con tintes crepusculares de Desapareció una noche, que fue llevada a la gran pantalla por Ben Affleck con el título de Adiós, pequeña, adiós.

Estos dos detectives privados, más bostonianos que los Celtics, llevan ya tres lustros repartiendo bofetadas a ambos lados de la ley, con consecuencias funestas a veces: "Patrick se rige por un código, una serie de valores que para él son sagrados. Es un tipo de clase obrera cuyos principios son inquebrantables. Sus decisiones puede que no gusten a todo el mundo pero es alguien coherente.¿Que de dónde sale? La verdad es que cuando escribo sobre él escribo sobre mi padre. Si estuviera vivo ahora no estaría satisfecho con lo que está pasando, todos esos desgraciados robando a manos llenas y echando la culpa a los sindicatos y a la regulación excesiva de los mercados financieros. ¿Quién coño nos ha metido en esta crisis?, ¿los sindicatos?, ¿la regulación?". Resulta casi obvio preguntarle por el cabreo como motor creativo: "sí, este es un libro producto de la rabia, es un libro donde quiero reflexionar sobre lo que está pasando... nunca pensé en seguir donde dejé Desapareció una noche, pero un día ellos volvieron a mi cabeza y me arrastraron hasta aquí. Pensé cómo iba a retomar a Patrick y Angie, ya no son los de antes, han madurado y se enfrentan a una situación horrible: el contexto surgió por sí mismo".

La reciente muerte del padre de Lehane enlaza directamente con el alma del escritor: "necesito volver a casa algunas veces, ver a mis amigos. Cuando enterramos a mi padre y me reencontré con toda ese gente que hacía siglos que no veía y que venía a presentar sus respetos recordé por qué sin Dorchester nunca habría sido escritor. Esas calles forjaron mi carácter, me obligaron a tomar decisiones, a luchar por lo que creía. Y puedes estar seguro si te digo que no era un sitio bonito".

Lehane está ahora metido en fregados de todas clases: "Sam Raimi quiere llevar al cine Cualquier otro día pero la cosa no acaba de funcionar; cuando tome una decisión ya me llamará. Es curioso que tengamos que ir con mucho cuidado para que el resultado no se parezca en nada a The Boardwalk Empire, cuando la novela acaba el mismo día que empieza esa serie... Aparte de eso, mi próximo libro será una secuela o más bien una historia que también parte de Cualquier otro día, con un personaje secundario del original como protagonista de la narración. Y, bueno, George P. Pelecanos y yo estamos preparando una adaptación del libro The fence, de Dick Lehr, basado en uno de los escándalos más grandes en la historia del departamento de policía de Boston. Lo estamos desarrollando para HBO y veremos qué pasa. Trabajar con Pelecanos es increíble, ya coincidimos en The Wire y nos llevamos muy bien. Con él si algo no funciona, no funciona, no le gustan los rodeos y le importa un pito que la idea sea de tu padre, de tu mujer o de tu mejor amigo" .

Lehane recuerda así su paso por The Wire, serie en la que estuvo involucrado durante tres temporadas: "Cuando entré allí la serie, en la tercera temporada, no era ni fu ni fa. Nadie la miraba y la presión era cero. Es mas, antes de que se empezará a emitir la cuarta temporada, David [Simon, creador de la serie] recibió una llamada de arriba diciéndole que si las críticas no eran la hostia que se olvidará de seguir con ello. Ni siquiera sé como llegamos a la cuarta temporada. Lo demás se me escapa: su éxito fue un auténtico milagro". Y si The Wire se fue con las espadas en alto ("ninguna serie debería durar más de cinco temporadas", dice) parece que sucederá lo mismo con la saga McKenzie-Genaro: "¿Una despedida definitiva? Bueno, ya sabes lo que dicen: "Nunca digas nunca jamás". Palabra de un tipo de Dorchester.

El escritor Dennis Lehane, en una fotografía tomada en 2009.
El escritor Dennis Lehane, en una fotografía tomada en 2009.PHILIPPE MATSAS (OPALE)

Sucios ríos de tinta

- Mystic river (RBA). Una historia de secretos de infancia llevada al cine en 2003 por Clint Eastwood y protagonizada por Sean Penn y Tim Robbins, que ganaron sendos Oscar.

- Desapareció una noche (RBA). Otra novela de éxito convertida en película. Esta vez por Ben Affleck en 2007 con el título de Adiós, pequeña, adiós.

- La última causa perdida (RBA). La nueva novela de Lehane retoma a los dos detectives bostonianos -Patrick Kenzie y Angie Gennaro- que protagonizaron la anterior entrega. Y van seis.

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