Aguirre ficha de asesor al director del centro que vetó el velo de Najwa

La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid ha contratado como asesor técnico al director del instituto que expulsó a Najwa Malha por llevar hiyab (velo islámico). El Instituto de Secundaria Camilo José Cela (Pozuelo de Alarcón), dirigido por Eduardo de Bergia, era donde estudiaba esta alumna, española musulmana de 16 años, hasta su traslado a otro centro el pasado 20 de abril. La decisión del centro, respaldada por la consejería, acaba de ser recurrida por la familia de la menor, que pide que sea readmitida en el instituto.

Eduardo de Bergia, director y profesor de educación física, dejará el cargo de director del centro el 1 de julio y se incorporará como asesor técnico en la dirección general de Educación Secundaria y Formación Profesional en septiembre. Desde ese puesto, aconsejará sobre el proyecto de institutos deportivos que Madrid quiere poner en marcha. Estará en comisión de servicios y su sueldo será el mismo que cobra ahora, según un portavoz de la Consejería de Educación.

El cargo, profesor de educación física, supervisará un proyecto deportivo

Carod dice que en la comunidad solo seis musulmanas van totalmente cubiertas

De Bergia, que ayer declinó hacer declaraciones, comunicó la semana pasada en el centro su dimisión, a la que se sumó el resto del equipo directivo (jefatura de estudios y secretaría). Fuentes del equipo directivo explicaron que las diferencias en la dirección arrancan antes de que estallara el caso de Najwa Malha. Ya en diciembre, según las citadas fuentes, la jefa de estudios pidió marcharse.

Cuando el centro tuvo que debatir si la alumna podía o no ir a clase con el hiyab, la jefa de estudios, la secretaria y una representante de los padres emitieron un voto particular en el que remarcaron que el derecho a la educación está por encima de la normativa del instituto, según explica una representante de los padres en el consejo escolar.

Pero el consejo escolar y el claustro de profesores votaron mantener el reglamento que impide entrar al centro con la cabeza cubierta y que, según el recurso presentado el sábado por la familia, se ha interpretado "de modo erróneo y desaforado".

Por otro lado, el Gobierno catalán considera que regular el uso público del burka -prenda que usan algunas mujeres musulmanas para cubrir totalmente su cuerpo y solo lleva una pequeña rejilla a la altura de los ojos- sería contraproducente y podría acarrear más inconvenientes que ventajas, como un "eventual auge de integrismos o fundamentalismos".

El vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod, y la directora de Asuntos Religiosos, Montserrat Coll, rechazaron de este modo que el Parlamento catalán asuma la controvertida tarea de regular su uso después de que algunos ayuntamientos -como Lleida y Barcelona- hayan debatido su prohibición pública.

Tanto Carod como Coll apostaron por aplicar medidas de mediación con la comunidad musulmana para desterrar el burka de las calles porque daría "mejores resultados" que "castigar" o "prohibir". No obstante, ambos dirigentes opinaron que el uso de esta vestimenta en Cataluña es muy minoritaria -ambos la redujeron a un total de seis casos- por lo que criticaron la oportunidad de abrir "un debate inexistente" que se "está exagerando". "Inventarse debates es muy fácil", insistió Carod.

A pesar de estas opiniones, el vicepresidente republicano se expresó contrario al burka por una cuestión "elemental" de seguridad ciudadana pues oculta el rostro de la mujer que lo lleva. "Es evidente, nadie puede ir con la cara cubierta", concluyó.