Sharon Jones, de funcionaria de prisiones a diva 'soul'
La vocalista estadounidense triunfa a los 53 años con su verdadera vocación y un nuevo álbum
Bienvenidos al planeta de las paradojas. La estrella ascendente del soul afroamericano tiene una banda, los Dap-Kings, dominada por músicos blancos. Y ella, Sharon Jones, no se parece en nada al prototipo de las urban divas, como Beyoncé o Rihanna: soltera de 53 años, ha sufrido penalidades que ellas sólo pueden imaginar.
Imperiosa y enérgica, no cuesta imaginarla como una funcionaria del sistema penitenciario de Nueva York, con plaza en la temible cárcel de Rikers Island. "Todavía me encuentro en actuaciones con algún ex convicto. Nada que temer: fui correcta en mi profesión, imagino que dejé un buen recuerdo. Aparte, era consciente de que también había podido terminar allí: ahora me arrepiento pero, de joven, tomé drogas y tuve amigos peligrosos". Ejerció luego de guardia de seguridad, con pistola al cinto: "Mis antiguos compañeros han comprendido que no hay edad para los sueños, que una nunca debe rendirse".
Nacida en Augusta (Georgia), la tierra de James Brown, intentó hacerse un hueco en el show business durante los setenta pero llegó tarde: el soul sureño, tan popular en la década anterior, había sido barrido por el funk y por formas sofisticadas del R & B, que requerían caras bonitas, producciones complejas, costosos lanzamientos. Según ella, el soul no desapareció, pasó a la clandestinidad. "Aprendimos en la iglesia, junto a los intérpretes de gospel. Ellos tienen su circuito, pueden profesionalizarse. Pero en el soul, si dejan de radiar tu música ¿qué te queda? Las emisoras negras siguen las modas. ¿Se lleva el rap? Pues todo es rap y allí se va el dinero. El fallo de las discográficas y los artistas fue no ver más allá del público negro. El soul también gusta a blancos, latinos, japoneses".
Sharon, que ocasionalmente ejercía de corista, entró en contacto con unos fetichistas blancos de la música negra establecidos en Brooklyn, que buscaban revivir las fórmulas clásicas grabando en analógico, editando singles de vinilo. Al descubrir el potencial de Sharon, decidieron evitar los atajos y construyeron un repertorio a su medida. Explica ella: "El soul te cambia la cara: debes saber morder, en defensa propia".
Resultó un golpe maestro el formar un sobrio grupo a su alrededor, los Dap-Kings, liderado por el bajista Bosco Mann, también compositor principal. "Son mis chicos, pero vuelan por cuenta propia. Aunque Amy Winehouse les llamó para que tocaran en sus discos, volvieron conmigo. Pero detesto el enfoque de que Amy es falsa y yo auténtica. Esa chica sabe cantar y lo está pasando mal".
Además, ella también acepta trabajos externos: está en la agenda de las estrellas que necesitan una genuina voz soul. Ya ha perdido la cuenta de sus colaboraciones: "Creo que estoy en ese proyecto de David Byrne y Fatboy Slim sobre Imelda Marcos. También actué en directo con Phish o con Lou Reed. Se enfadó cuando renuncié a ir de gira con él; me ofrecieron un papel en el cine. Es difícil aclararse con él: a veces me decía que me ponía demasiado emotiva".
El nuevo disco de Sharon, I learned the hard way (Nuevos Medios), mantiene su curiosa evolución. " Hay demasiados discos de laboratorio, parecen obra de robots. Yo necesito sentir lo que canto, saber que lo he vivido o que todavía puedo vivirlo".
Babelia
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