Rusia lanza una campaña para superar la crisis demográfica
El país ha perdido 6,6 millones de habitantes desde 1993
La exaltación de la familia. Esta es la causa a la que el presidente de Rusia Vladímir Putin y su delfín Dmitri Medvédev, ambos cristianos ortodoxos, han consagrado el año 2008 con el fin de incrementar la natalidad y mejorar la situación demográfica del país. Rusia tenía 142 millones de habitantes a principios de noviembre pasado, tras haber perdido 6,6 millones desde 1993. La mengua poblacional prosiguió en 2007 (207.600 personas menos de enero a noviembre) a un ritmo más lento que en años anteriores, según las estadísticas oficiales.
Putin y Medvédev inauguraron el Año de la Familia en una gala en el Kremlin
Rodeados de niños, padres, abuelos y popes ortodoxos en sotana, Putin y Medvédev, el candidato favorito a la jefatura del Estado, inauguraron el Año de la Familia en una gala en el Kremlin, a la que fueron invitadas familias de todo el país, distinguidas por su comportamiento ejemplar o por su numerosa prole. El 7 de enero, día de la Navidad ortodoxa, los rusos pudieron ver por la primera cadena de televisión cómo el presidente y su previsible sucesor contestaban -siempre en clave moral y patriótica- a las preguntas de los pequeños sobre sus aficiones y lecturas en su propia infancia.
Medvédev, padre de un hijo y primer vicejefe del Gobierno ruso, dirige el comité organizador del Año de la Familia, un programa de actividades que involucra a las autoridades centrales y regionales además de instituciones como la patronal y la unión de periodistas. El programa contempla la "propaganda de los valores familiares, la maternidad y la infancia" y el "estímulo" a los medios de comunicación para abordar el tema del "fortalecimiento de la familia". Ya hoy, muchos medios, incluida la emisora liberal El Eco de Moscú, tienen espacios dedicados a la cría de hijos. Observadores políticos temen que la campaña pueda desdibujar los límites de un estado laico en beneficio de la ideología conservadora ortodoxa.
La preocupación de Putin por la demografía no es nueva. En 2007 Rusia introdujo medidas de fomento de la natalidad como la entrega de 250.000 rublos (unos 7.900 euros condicionados a ciertos gastos) a las madres de un segundo hijo y mejoró las asignaciones por baja maternal. Los demógrafos dudan de la eficacia de las medidas, pero el aumento del bienestar permite hoy a los rusos plantearse un aumento de su prole. En 2007, por primera vez desde 1989, Moscú superó la cifra de 100.000 nacidos anuales. Sucedió el 26 diciembre y para celebrarlo Dmitri Medvédev visitó a Aliosha Grigóriev, "el bebé 100.000", que tiene dos hermanos y unos padres esperando piso desde hace ocho años.
La infancia tuvo un lugar destacado en las actividades navideñas de Putin que, en su felicitación a la iglesia ortodoxa, agradeció la atención prestada por esta institución a la familia y a los niños. El patriarca Alejo II ha aprovechado las fiestas para insistir en que las escuelas introduzcan la asignatura de formación religiosa para los niños ortodoxos y musulmanes y de ética para los ateos.
La exaltación de la infancia tomó una forma sorprendente en el caso del niño Maxim Párushkin, de 8 años, del pueblo de Borísovo (en la región de Kuzbás, en Siberia) que maneja una cosechadora con la que recogió más de 100 toneladas de trigo el año pasado. El trabajo infantil está prohibido en Rusia, pero Maxim, que asistía a la gala del Kremlin, fue elogiado por el presidente Putin. Según el diario gubernamental Rossiskaya Gazeta, Maxim recibió un premio en dinero por su "éxito laboral", recogió cereales hasta mediados de octubre (el curso escolar comienza el 1 de septiembre) y conduce un camión de pie, porque sentado no llega a los pedales. En Rusia el conducir sin carné está penado con la cárcel desde principios de año.
En la nueva política del Kremlin parecen inscribirse las nuevas recomendaciones del Ministerio de Sanidad sobre el aborto. De la lista de enfermedades que permiten a los médicos recomendar la interrupción del embarazo desaparecieron la sífilis, el sida, el retraso mental, la paranoia, los desórdenes de personalidad, el alcoholismo crónico y hasta un centenar de enfermedades en relación con la anterior lista, que data de hace 15 años, según el diario Moskovski Komsómolets. Sin embargo, el aborto sigue siendo legal en Rusia y la decisión corresponde a la mujer.
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