Los reformistas tratan de controlar Teherán en los comicios locales
El presidente Ahmadineyad somete por primera vez su política al examen de las urnas
Un total de 46,5 millones de iraníes están convocados a las urnas hoy para elegir los consejos municipales de sus localidades y la Asamblea de Expertos. Más allá del contenido de esos escrutinios, los analistas ven la cita electoral como un examen a las políticas del presidente Mahmud Ahmadineyad. Para los reformistas, tomar el control del Consejo Municipal de Teherán se ha convertido en una prueba de que podrán desafiar al presidente en el futuro.
El índice de participación también será clave para calibrar el estado de opinión de los iraníes tras una campaña dominada por la apatía. No será por falta de estímulos. Los mensajes SMS inundaron los teléfonos hasta la medianoche del miércoles al jueves, justo cuando empezaba la jornada de reflexión. Los carteles institucionales y de candidatos también se han multiplicado en las horas previas al cierre de campaña. Aun así, en Teherán no hay un gran ambiente electoral.
"Llevan un mes bombardeándonos con las elecciones en la televisión. Hasta los deportistas que han ido a Doha [a los Juegos Asiáticos] hablan de la importancia de participar", se queja Amín, un empleado que perdió su ilusión política con los reformistas. Ese desencanto hizo que en las anteriores municipales, en 2003, apenas votara un 12% del censo de Teherán y permitió el triunfo de los fundamentalistas de Ahmadineyad, que utilizó el Ayuntamiento de la capital como trampolín a la presidencia.
Sin embargo, en diversas entrevistas con candidatos y miembros de su equipo electoral da la sensación de que más que ofrecer nuevas ideas han apostado por el fracaso de las políticas de Ahmadineyad.
Aunque en estos 18 meses no ha mejorado la situación económica, el presidente iraní sigue teniendo un fuerte tirón en importantes sectores de la sociedad, que aplauden su retórica desafiante en materia de política exterior como una reafirmación nacionalista.
En la Asamblea de Expertos la batalla no se libra entre conservadores y reformistas, sino dentro del campo conservador. Ese órgano que agrupa a 86 expertos en jurisprudencia islámica (mutahids) constituye una de las claves del peculiar sistema político iraní. Su cometido es nombrar, supervisar y en caso necesario destituir al líder supremo, la figura que tiene la última palabra en todas las cuestiones de seguridad nacional y política exterior. La asamblea, que se elige cada ocho años y se reúne semestralmente, también tiene derecho de veto sobre las enmiendas constitucionales. De ahí la importancia que le da el establishment clerical, al que se atribuye el verdadero mando de la República Islámica.
Dos tercios de los actuales miembros pertenecen a la corriente tradicionalista, la vieja guardia clerical alineada con el actual líder, el ayatolá Alí Jamenei. De acuerdo con los analistas locales, ese grupo de poder se ve tan amenazado por el impulso antisistema de los fundamentalistas que apoyan a Ahmadineyad como antes lo fue por los reformistas.
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