Moda y diseño caminan separados

La moda española parece oscilar entre el discurso eufórico de unos pocos y el pesimista de la mayoría. Las cifras generales dan la razón a los menos alarmistas (España está a la cabeza en el diseño de trajes de novia y marcas como Zara, Mango o Adolfo Domínguez se implantan como setas por todo el mundo) pero la repercusión creativa del diseño español está hoy bajo cuestión. Ayer, segunda jornada de Cibeles, el espejo de la pasarela madrileña mostraba diferentes caras.

"Hoy debemos separar el diseño de la moda", asegura Modesto Lomba, que preside la Asociación de Creadores de Moda de España. "La moda, como forma de consumo, se está desligando del diseño, que es algo cada vez más minoritario y selectivo. De alguna manera, y para entendernos, es lo mismo que ocurrió cuando nació el prêt-à-porter frente a la alta costura". Lomba (que lo mismo hace vestidos de primera comunión que lanza una marca de relojes, ayer mismo y coincidiendo con su desfile) asegura que la producción de su colección para la pasarela dependerá "de la demanda". Una pregunta a la que no responde Javier Larraínzar, para quien la moda española va "fenomenal". "Vivimos años muy buenos desde que han aparecido grupos como Inditex o Mango. Han popularizado la moda, y eso es bueno", dice.

"Por desgracia, no basta con tener un discurso estético", asegura Iñaki Muñoz, de Ailanto

Fernando Lemoniez, con un taller-tienda en Madrid, produce a pequeña escala y para clientas más o menos fijas. Cada temporada es incierta, explica. Un sistema parecido al de Miguel Palacio: ropa a medida y en pequeñas cantidades. "En términos generales, la moda en España está cada vez mejor, su imagen vuelve a ser más fuerte", asegura Palacio, que ayer cerró la jornada de Cibeles con una de las colecciones más esperadas para un público abiertamente sofisticado. "La verdad es que soy optimista y me siento satisfecho. Tengo una clientela que es exigente y suficiente para desarrollar mi perfil como creador".

"Las cosas no van bien, para qué engañarse", asegura Iñaki Muñoz, uno de los hermanos Ailanto, que desfilaron ayer. "Por desgracia, no basta con tener un discurso estético. Hay que mantener una empresa, producir y llegar a las tiendas. Y eso aquí no es fácil. Nosotros intentamos producir el 100% de lo que presentamos en la pasarela. El esfuerzo es enorme". Ailanto, con distribución en Japón, es de los escasos diseñadores actuales con eco internacional y uno de los favoritos de las estilistas de moda. El recambio de rostros en las gradas de Cibeles se hizo notar cuando llegó el turno de los dos bilbaínos. De los botones dorados y cardados rubios de la mañana se pasó a alguna cresta punk y al aire babydoll con plataformas. "Este año lo hemos pasado muy mal, la verdad", aseguraban después del desfile los hermanos Muñoz. "Sólo hemos utilizado 14 de las 18 modelos que queríamos. Digan lo que digan, el cambio de casting ha sido un fallo enorme. La modelo es nuestro medio de expresión, y no es un problema de kilos sino de actitud. Los años de pasarela son para algo y una modelo insegura se nota a la hora de desfilar".

Cibeles parece moverse en un ámbito puramente casero. "Nuestra fuerza debe ser nacional", afirma Modesto Lomba. "Seis meses de trabajo y más de 18.000 euros de inversión en el muestrario deberían ir más allá de la prensa nacional", añade Ailanto. Del medio millar de periodistas acreditados este año, sólo 100 son extranjeros. La mayoría asisten perplejos al revuelo que se arma en torno a los invitados del llamado kissing room (espacio de encuentro patrocinado por una marca de champaña). En las primeras filas, los nombres propios oscilan entre la ex modelo Mar Flores (que acudió a los desfiles de Larraínzar y Roberto Torreta), la ex cantante Ángela Carrasco (Modesto Lomba), el ex futbolista Míchel (Roberto Torreta) y la estrella del corazón Eugenia Martínez de Irujo (Torreta). "La moda española resulta pobre, ése es todo el problema", comentaba ayer drástica la directora de moda de una revista especializada. "Resulta pobre de ideas, de accesorios, de espectacularidad y de marketing".