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Reportaje:EL PAÍS | Novela histórica

El orgullo del arte

'La agonía y el éxtasis', la biografía de Miguel Ángel escrita por Irving Stone, se ofrece mañana con EL PAÍS por 2,50 euros

Hace tiempo una amiga me regaló un gran imán de nevera que reproducía la silueta fotográfica del David de Miguel Ángel. No me canso de mirarlo. Funciona como un reclamo, una llamada al disfrute que me produce recordar la escultura original que vi, hace ya demasiados años, en la Galería de la Academia de Florencia. Es una emoción que no provocan todas las obras de arte, por muy famosas y conocidas que sean. Algo parecido sucede con La agonía y el éxtasis, de Irving Stone, una novelada y detallada biografía del genio florentino que también funciona como un reclamo que permite al lector volver a deleitarse con la descripción de unas obras de arte conocidas, admiradas y disfrutadas a lo largo de muchas generaciones.

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Gran especialista en novelar biografías de personajes destacados, Irving Stone (San Francisco, 1903-Los Ángeles, 1989) es el responsable de que Miguel Ángel tenga para muchos la cara de Charlton Heston, el actor que dio vida al artista en la célebre película El tormento y el éxtasis (1965), de Carol Reed, que no ha parado de emitirse por televisión desde hace años y que se basa de manera muy libremente en el libro de Stone, coautor del guión. La célebre escena del papa Julio II, un descomunal Rex Harrison, entrando a hurtadillas en la Sixtina para ver los frescos que el artista se negaba a enseñarle es antológica. "¿Cuándo acabarás?", bramaba el papa Harrison. "Cuando acabe", respondía un altivo Heston.

El libro es mucho más amplio y completo que el filme, que en realidad se centra en unos pocos capítulos del mismo. Se publicó en inglés en 1961 y rápidamente alcanzó, como sus obras anteriores, grandes niveles de popularidad y fue traducido a un sinfín de idiomas. No fue así al principio de su carrera ya que la primera biografía novelada de Stone pasó por más de 17 editoriales antes de ser aceptada. Le ayudó, también en la corrección del manuscrito, la que sería después su esposa y editora, Jean Stone, que finalmente consiguió que en 1934 alguien aceptara editar Lust for life (Lujuria de vivir), una biografía de Vicent Van Gogh que fue llevada al cine en 1955 por Vicente Minelli y se estrenó en España con el título El loco del pelo rojo.

Stone tenía fama de documentarse mucho para escribir sus novelas y en el caso de La agonía y el éxtasis se basó principalmente en la correspondencia del artista a partir de las traducciones al inglés de sus cartas que había realizado Charles Speroni. La novela tiene una estructura lineal y describe la vida de Miguel Ángel Buonarroti desde que tenía 13 años y su amigo Francesco Granacci va a buscarlo para que entre como aprendiz en el taller del pintor Domenico Ghirlandaio hasta que, rozando los 90 años, muere en su casa de Roma. Stone se centra en el proceso de creación de las obras del maestro, pero además sitúa al lector en una de las épocas más ricas y turbulentas de la historia occidental, el Renacimiento italiano.

Miguel Ángel nació en 1475 en Caprese, pero vivió desde niño en Florencia en donde fue instruido por los humanistas de la corte de Lorenzo de Medici, Il Magnifico, a cuya familia estuvo siempre muy ligado y que en la novela ve morir pidiendo el perdón de Savonarola, el clérigo reformista que trastornó a Botticelli hasta el punto de inducirle a quemar sus dibujos "paganos" en una hoguera similar a la que acabaría después con la vida del sacerdote. A lo largo de su vida se sucedieron 13 papas, y con su obra contribuyó a que algunos de ellos obtuvieran un lugar de honor en la historia. Vivió guerras e intrigas y recibió halagos de emperadores y mendigos, aunque también traiciones y humillaciones. Pero si los acontecimientos históricos que él vivió con intensidad y pasión ofrecen un aliciente adicional a la novela, la vida cotidiana y familiar del artista resulta también mítica.

Al contrario que Leonardo y Rafael, sus conocidos rivales, Miguel Ángel no es un refinado cortesano pese a su cultura -además de escultor, pintor y arquitecto también fue poeta- y a sus relaciones. Stone nos lo retrata austero, trabajador obsesivo, siempre escaso de dinero debido a las continuas demandas de su familia que le extorsiona hasta el límite, en una lucha interna constante entre el humanismo y la religión. Si hubiera que creer al escritor, aparte de algún escarceo con prostitutas, su única relación carnal seria fue con Clarissa Saffi, una bella mujer boloñesa que se acabó cansando de su dedicación al arte. Explica su amor por el hermoso Tomasso de Cavalieri, pero no aborda la homosexualidad del artista. Y aunque cuenta algunas de sus debilidades, el tono general es épico.

Naturalmente, hay que recordar que han pasado casi cincuenta años de su publicación y han surgido nuevos estudios y descubrimientos sobre la obra y vida de Miguel Ángel, pero la novela aún funciona como un imán que permite al lector sumergirse en la vida de un artista que pintó como nadie el rostro de Dios y esculpió como pocos el cuerpo del hombre. La épica sale sola. Siempre ha sido así. En una fecha tan temprana como 1550, Giorgio Vasari finalizaba de esta manera el capítulo que le dedicaba en sus Vidas: "No encontrarán nunca la muerte sus inmortales obras, cuya fama vivirá siempre gloriosamente mientras dure el mundo, por medio de las bocas de los hombres y las plumas de los escritores, a pesar de la envidia y a pesar de la muerte". Tuvo razón.

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