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Subirats cree que España aún no ha superado la "atroz limpieza de cerebro" contra las culturas árabe y judía

"España tiene que redefinir su pasado en función de su futuro en la UE y en oposición al pensamiento arcaico que pervive en la derecha española y en los núcleos reaccionarios del catolicismo, y que no por más arcaicos son menos agresivos", aseguró ayer el filósofo Eduardo Subirats (Barcelona, 1947) en Oviedo, en cuya universidad impartió una conferencia a propósito de su obra más reciente, Viaje al fin del paraíso, que acaba de editar Losada. Subirats, que actualmente imparte clases en la New York University, sostiene en Viaje al fin del paraíso que "no es posible formular un futuro entre España y la UE" en el ámbito cultural "sin revisar intelectualmente el pasado". Otra cosa, señaló, es lo que se haga en términos políticos porque "políticamente todo es posible". A juicio de Subirats, "si España quiere ser intelectualmente algo, tiene que recomponer el pasado, integrando aspectos de su pretérito que fueron eliminados y rechazados sólo porque no llevaban el signo de la cruz".

Pero lejos de ser un viaje al pasado, Subirats cree que esa redefinición necesaria es un crucial asunto del presente, como evidencia que en el debate sobre la propuesta de Constitución europea, el anterior Gobierno del PP apoyó el proyecto de fundamentar ese texto en los valores cristianos frente a la posición finalmente triunfante, que basó la definición cultural europea en "los valores ilustrados y seculares". Sin embargo, "la primera formulación del concepto secular de razón la planteó el gran pensador Averroes, al que la tradición nacionalista de la cultura española no considera español por ser árabe", indicó.

Al igual que se ha hecho con la tradición islámica, la cultura oficial española ha renunciado también, según Subirats, al pasado judío e ignora los tiempos en que las tres culturas, "aun con diferencias, dialogaban entre sí", todo ello en un periodo de "gran florecimiento cultural".

El autor demanda, por ello, "una revisión de la memoria" en el periodo comprendido entre los siglos XII y XX. En su opinión, en España "se hizo una práctica de limpieza del cerebro tan atroz que se asentaron prejuicios gravísimos que condenan a la cultura española a la ignorancia".

Carencias y debilidades

En el mismo texto, Eduardo Subirats revisa la colonización de América, para la que hace suyo el diagnóstico de Spengler, según el cual aquélla fue una "hazaña de bandidos". "Se diezmaron culturas que en muchos aspectos eran superiores a la europea", señaló ayer el autor.

Hoy, el panorama cultural español reproduce, según Subirats, viejas carencias y crónicas debilidades, como evidencia el hecho de que aun existiendo "geniales escritores que hacen recensiones brillantes", se carece de una "teoría y crítica literaria, de paradigmas interpretativos, de una labor intelectual, en suma, vigorosa, que no existe en España". Todo ello es producto de la rémora que se arrastra a consecuencia "de la larga tradición de atraso, que arranca en el siglo XVII". A su juicio, en España aún "no se ha hecho la transición cultural" y ni tan siquiera la universidad "ha cuestionado sus formas ancestrales, con consecuencias intelectuales fatales".

El filósofo ejemplifica la situación actual con dos apreciaciones: "Los líderes de la cultura española siguen siendo los mismos de hace 30 años", y "la visión de lo español que tiene hoy el PP es tan propia del nacionalcatolicismo como la de Ramiro de Maeztu".

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