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PASARELA CIBELES

El diseño emergente reafirma el relevo generacional en la moda española

Cibeles y Gaudí coincidirán en las fechas de las pasarelas de septiembre

El último día de la Pasarela Cibeles con los desfiles de los diseñadores emergentes mantuvo las energías de la jornada precedente. Fue más irregular, pero lleno de intensidades. David Delfín se instaló con corrección en el basic; José Miró bordó su dominio del denim tecnológico y Rocabert explotó con gusto la riqueza de los tejidos; las emociones subieron de tono con Ion Fiz; mientras Carlos Díez provocó euforia en el consciente colectivo. El anuncio ayer de los calendarios coincidentes en fechas de la Pasarela Gaudí de Barcelona y Cibeles de Madrid para el próximo septiembre ha desatado de nuevo la polémica.

En la página web de la Pasarela Cibeles aparecen desde hace más de un mes las fechas del evento en el próximo septiembre: del 4 al 8; Gaudí ayer anunció en Barcelona que su Semana de la Moda será del 5 al 9 del mismo mes. Por primera vez coincidirán y así se reabre la polémica que hace poco más de un año hizo correr ríos de tinta y declaraciones de políticos y costureros. Los catalanes lo ven como una agresión, los madrileños aseguran que no hay la menor intencionalidad política, que se trata de un ajuste técnico por las ferias que debe acoger Ifema. El próximo día 24 se reunirán en Barcelona los organizadores de Moda Barcelona, la Asociación Gaudí de diseñado-res, Circuit y Moda Fad para abordar la cuestión y establecer una estrategia común.

La intensa jornada final ha dado mucho de sí y reafirma la idea de que el relevo generacional en la moda española es ya un hecho. Estos estilistas pujantes y enérgicos, que no son ni tan nuevos ni tan novatos en el oficio, han dado un recital de variedad, gustos y calidades. David Delfín nos recordó que La naranja mecánica es mucho más que una película; ése era el tema y la ropa fue rojo fuego, camuflaje, negro y en vaquero o maquillaje.

José Miró volvió a lo mejor de sí mismo: el denim evolucionado y el punto suave melocotón, aunque se aflojó un poco al final con los brillos, que no maneja con soltura. Rocabert, al son de Phillip Glass, usó lúrex y algodones con relieve; su confección es esmerada y el terciopelo verde otoño lo manejó con elegancia dando un toque aristocrático con algo de militar. Fue potente su logomanía en bolsos y colgantes. Tras Jorge Vázquez, con una ampulosidad exagerada y transparencias ociosas, y Juanjo Oliva con confecciones de dudosa factura, llegaron Ion Fiz y Carlos Díez. El primero fue brillante, demostrativo de todo lo que sabe de costura; espectacular su concepto de colección y su hombre en retromasculinidad; el segundo reinven-tó a la mujer-murciélago. Fue atrevido, golpeante, y lo mejor, su serie negra del final con plisados, redes de crochet y capas laminadas en metal. Antonio Alvarado estuvo discreto, contenido, con algo de aire retro, basándose en la lana hueso sumada al negro.

También ayer se entregó el premio L'Oréal a la mejor colección de los nuevos diseñadores, que fue para Juanjo Oliva, y el premio a la modelo revelación, para la española Madeleine. La pasarela se cerró con un desfile doble de peletería de José Luis Aznárez y Olga Ríos que demuestra la pujanza del mercado de la piel en todas sus variantes.

Momento del desfile de Ion Fiz en Cibeles.
Momento del desfile de Ion Fiz en Cibeles.GORKA LEJARCEGI
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