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Anna Gavalda se adentra en la desesperanza en 'Juntos, nada más'

La escritora francesa narra en su tercer libro una arrebatadora historia de amor

Aurora Intxausti

La fragilidad y delicadeza de una mujer atormentada, la tosquedad de un cocinero y la elegancia de un aristócrata venido a menos envuelven al lector desde la primera línea de Juntos, nada más (Seix Barral) hasta la página 543. La novela, tercera obra que publica en España Anna Gavalda (París, 1970), aborda el delicado equilibrio entre la felicidad y la desesperanza, los sentimientos y la difícil supervivencia del ser humano. Las dos obras anteriores que se han publicado en España, Quisiera que alguien me esperara en algún lugar y La amaba, fueron avaladas por el público. En Francia, Juntos, nada más ha superado los 300.000 ejemplares y ha estado durante meses en las listas de los más vendidos.

Gavalda describe en las páginas de Juntos, nada más la soledad del ser humano, las dificultades que encuentra para llevar adelante una historia de amor, los problemas con los que se enfrentan a diario las personas mayores o la belleza que a veces se esconde tras las vidas que son en apariencia más corrientes. "Me interesan los problemas del hombre en sus diferentes dimensiones y eso es sobre lo que trabajo en mis novelas. Lo hago de muy diversas maneras porque me preocupa y me satisface. Cuando los personajes y la historia están en mi cabeza empiezan a entrarme las dudas sobre si seré capaz o no de responder a las expectativas del lector". El éxito alcanzado en su país no es algo que le entusiasme demasiado. "Mi vida real está muy alejada de lo que se mueve alrededor de los intelectuales. No me preocupa el éxito, pero sí me preocupa no estar a la altura de lo que imaginan las personas que se acercan a comprar mis libros. Mi vida ha estado siempre rodeada de escritos, pero nunca imaginé que podía llegar a ser una escritora porque me parecía demasiado presuntuoso".

Gavalda describe con precisión los problemas de Camille para relacionarse con el resto de los seres que le rodean, problemas que no le son ajenos a la autora y a los que confiesa que ha tenido que enfrentarse. "A mí me gusta tener mi propio mundo y me ha resultado difícil enfrentarme con la sociedad. La diferencia que tengo con los personajes que he ido creando es que yo tuve una infancia muy feliz, cosa que no les ha ocurrido a ellos; sin embargo, son capaces de solventar toda suerte de conflictos". La escritora lleva al lector a descubrir con una exquisita delicadeza las vidas de una pintora anoréxica, un rudo cocinero, un aristócrata venido a menos y una anciana internada en un asilo. "Por terribles que hayan sido nuestras experiencias anteriores, siempre podemos romper esos condicionamientos y ser capaces de decir que no sólo es posible salir adelante a pesar de las dificultades, sino que además se puede llegar a ser feliz. Es una meta que todos nos ponemos y que logran más de los que nos imaginamos".

Gavalda desentraña a lo largo de la obra una bella historia de amor. "Quería contar lo más precioso de una historia de amor, que es lo que se encuentra uno antes de que sus protagonistas sepan que están enamorados. Por eso, para alargar lo más posible el milagro del enamoramiento imaginé a una mujer que pinta y que no tiene apetito y a un cocinero que está resabiado de la vida". "Enfrentar a ellos dos me resultaba interesante porque me parece una cosa hermosa la idea de alimentar a alguien. El apetito es un síntoma de los sentimientos y de los diferentes estados de ánimo", recalca.

A pesar de que dos de sus novelas van a ser trasladadas a la gran pantalla, su vinculación con ese mundo es escasa. "No soy una gran cinéfila. Me gusta más el atractivo de los libros y creo que la mejor película es la que imagina y crea cada lector en su cabeza cuando tiene un libro en sus manos. Por eso yo me he dedicado a la escritura, aunque reconozco que mi estilo de escritura tiene que ver con las imágenes por su rapidez y por el tipo de diálogos que creo".

Gavalda, madre de dos niñas, diversifica su actividad creativa, y como autora de cuentos está participando actualmente en una película de animación.

Anna Gavalda, en Madrid.
Anna Gavalda, en Madrid.MIGUEL GENER
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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