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El Gobierno de Ankara reconoce que los terroristas suicidas de Estambul eran turcos

Miles de personas se manifiestan por la paz y la democracia en Turquía

Juan Carlos Sanz

Los cuatro terroristas suicidas que han causado la muerte de 55 personas en los atentados registrados la última semana en Estambul eran de nacionalidad turca, según reconoció ayer el primer ministro de Turquía, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, durante el funeral por dos policías muertos en las explosiones del pasado jueves. En actos públicos sin precedentes desde el golpe de Estado militar de 1980, miles de ciudadanos se concentraron también ayer contra el terrorismo y en defensa de la paz y la democracia en las principales ciudades del país.

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"No debemos ceder ante las intimidaciones", afirmó Erdogan, "las bombas no tienen suficiente fuerza como para que dejemos de vivir en libertad". El jefe del Gobierno de Ankara admitió que era una "vergüenza" para Turquía que sean "compatriotas" los responsables de las matanzas, pero también reiteró su convencimiento de que los cuatro suicidas estaban vinculados con grupos del exterior, en alusión a la red Al Qaeda.

Las unidades antiterroristas de la policía turca han detenido a 18 personas relacionadas con los atentados perpetrados con coche bomba contra dos sinagogas, el Consulado británico y el banco HSBC. Según informaba ayer el diario Hurriyet, las detenciones se han practicado en tres redadas en distritos de la orilla asiática de Estambul. Otro rotativo turco, Milliyet, aseguraba que uno de los detenidos había comprado dos de los vehículos usados en los atentados, según comprobó la policía por sus números de chasis.

Después de reunirse el viernes por la noche durante más de cinco horas, el Consejo de Seguridad Nacional, en el que participan los máximos responsables y militares turcos, difundió un comunicado en el que reiteraba la "determinación del Estado" en la lucha contra el terrorismo. Más de un millar de turcos que se alistaron en milicias islamistas en los conflictos armados de Bosnia, Chechenia y Afganistán están siendo investigados. Al menos dos grupos integristas turcos se han atribuido los atentados en nombre de Al Qaeda. En una velada acusación a la prensa, responsables policiales han asegurado que los autores de los atentados del jueves podrían haber sido detenidos si los medios de comunicación no hubieran difundido la identidad de los culpables de las explosiones en las sinagogas.

Mientras el despliegue de seguridad llegaba hasta el extremo de colocar un policía en cada esquina de las principales calles de Estambul, miles de ciudadanos se concentraban por la paz y contra la violencia y el terror en las grandes ciudades de Turquía. Más de 3.000 personas se congregaron en la plaza de Taksim de Estambul convocadas por centrales sindicales y organizaciones cívicas. El silencio sólo fue interrumpido por grupos izquierdistas que acusaban a EE UU de haber desencadenado los ataques al exigir la colaboración militar de Turquía en Irak.

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Los turcos parecen empezar a tomar conciencia de la necesidad de dar una respuesta cívica al terror. "Estamos aquí en defensa de la paz y la democracia", atronaba con poderosa voz el actor Mustafá Alabora, al leer el comunicado de las organizaciones convocantes. "Estambul ha sido siempre una ciudad abierta a todos, a los griegos, a los armenios, a los judíos...". En medio de una marea de banderas rojas y blancas de Turquía, en la concentración de Estambul destacaba la presencia de grupos de nacionalistas kurdos que expresaban su oposición al terrorismo. Desde la detención, en 1999, del líder de la guerrilla kurda, Abdalá Ocalan, las acciones armadas y los atentados separatistas son prácticamente inexistentes. "Estamos aquí porque no podemos dormir por las noches tras las últimas explosiones", explicaba Selma, una militante kurda de 23 años. "No han venido demasiadas personas", se quejaba Yusuf, un maestro de 44 años, "pero es un éxito que después del golpe de Estado de 1980, que tuvo el efecto de desmovilizar a todo el país, la gente esté empezando a perder el miedo a salir a la calle".

Familiares de uno de los policías muertos en los atentados del pasado jueves en Estambul, ayer, durante su funeral.
Familiares de uno de los policías muertos en los atentados del pasado jueves en Estambul, ayer, durante su funeral.REUTERS

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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