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CLÁSICOS DEL SIGLO XX: UNA INVITACIÓN A LA LECTURA

'El lobo estepario', de Hermann Hesse

EL PAÍS edita una de las novelas de referencia para la generación de la 'década prodigiosa'

Mario Vargas Llosa, en su comentario sobre El lobo estepario, confiesa que la releyó ante la sorprendente reivindicación que hicieron de la novela una buena parte de los jóvenes de la llamada 'década prodigiosa', los años sesenta, convirtiéndola en una de sus obras de referencia. Sorprendente porque había sido publicada por primera vez en 1927, porque su autor había muerto al comienzo de la mencionada década (en 1962) y porque las condiciones sociales, políticas y económicas en las que Hesse la escribió poco o nada tenían que ver con las de quienes, cuarenta años más tarde, la convirtieron en una de sus señas de identidad generacional. Escrita por un alemán de 50 años en una Europa que aún no se había recuperado de la sangría de la I Guerra Mundial, con el crash bursátil y su posterior depresión económica en el país más poderoso de la Tierra a la vuelta de la esquina, con el fascismo italiano en el poder y el auge del nacionalsocialismo de Hitler en Alemania, Hesse -calificado por algunos expertos como el último representante del romanticismo germano- publica El lobo estepario (que podrá adquirir mañana el lector de EL PAÍS por tres euros), en la que desde la razón se cuestiona con dureza lo establecido, la mitificación y mixtificación de lo colectivo, a la vez que se rechaza una sociedad industrial que desprecia el placer de las cosas sencillas, el valor de la imaginación y la belleza que puede surgir del espíritu y la cultura. Quizás por todo ello, los jóvenes rebeldes de los años sesenta decidieron convertirlo en uno de sus autores favoritos.

Un hombre en crisis

La publicación de El lobo estepario en 1927 originó un considerable escándalo entre los lectores habituales de Hesse. Acostumbrados a obras de alto valor espiritual, muchos se sorprendieron por la exploración moralmente ambigua de las corrupciones de la ciudad. La crítica señaló el carácter autobiográfico de la obra, cuyo protagonista, Harry Haller, compartía las iniciales de su nombre con el autor. Lo cierto es que Hermann Hesse había escrito la novela tras el fracaso de su segundo y breve matrimonio. Hesse, un hombre tímido enamorado del campo, se había sumergido en una espiral de alcohol, bares y tendencias suicidas que queda reflejada en los poemas escritos durante esa época. A finales de 1926 el autor comenzaba a recuperar el equilibrio.

Razón y espíritu

Hermann Hesse nació en Alemania en 1877, dentro de una familia de fuerte tradición pietista. Esta influencia religiosa, contra la que se rebeló en la adolescencia, marcaría buena parte de su obra. Tanto sus padres como su abuelo materno habían sido además misioneros en la India y estos vínculos también tendrían una gran importancia en el desarrollo intelectual del autor.Hesse no encajó en el seminario del monasterio de Maulbronn, adonde le envió su padre, pese a ser un estudiante ejemplar. A los 14 años abandonó a su familia y se empleó como aprendiz de mecánico, primero, y como librero en Tubinga y Basilea, después. La publicación en 1904 de su primera novela, Peter Camenzind, fue un éxito instantáneo. Hesse dejó el oficio de librero, se casó con la primera de sus tres mujeres y se mudó al campo. Dos años después apareció Bajo las ruedas, una denuncia del sistema escolar en la que un buen estudiante se ve empujado a la autodestrucción.El fracaso de su matrimonio se refleja en Gertrudis, publicada en 1910. Al año siguiente, Hesse marcha a la India. Como producto de aquel viaje escribirá Siddhartha (1922). Durante la I Guerra Mundial, el escritor reside en Suiza, desde donde denuncia el militarismo y las ideologías nacionalistas. Al término del conflicto publica Demian, una novela que tiene un fuerte impacto en la Alemania de posguerra. En 1923 obtiene el pasaporte suizo.En El lobo estepario (1927) y Narciso y Goldmundo (1930), el escritor vuelve a abordar los conflictos internos, la tensión entre la razón y el espíritu, entre el deseo de ser aceptado socialmente y de encontrar la realización personal.El ascenso de Hitler al poder sorprende a Hesse en Montagnola (Suiza). Allí trabaja en su obra más ambiciosa, El juego de los abalorios, novela publicada en dos volúmenes en 1943. Tres años después recibe el Premio Nobel, pero sus problemas de vista y su mala salud le impiden acometer más proyectos de importancia. Muere el 9 de agosto de 1962, a los 85 años, en su casa de Suiza.

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