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El Gobierno italiano asegura que la privatización de los museos no afectará a las obras de arte

El Gobierno italiano no piensa vender las obras de arte que custodian los museos nacionales del país. Así lo subrayó ayer el ministro de Cultura, Giuliano Urbani, visiblemente irritado por el eco internacional que ha tenido el proyecto de poner en manos privadas la gestión de los museos, ruinas arqueológicas y monumentos artísticos italianos (véase EL PAÍS del 1 de noviembre). 'Se trata de privatizar la gestión, no el cuidado de estos bienes', subrayó Urbani en una rueda de prensa que reunió en la sede del Ministerio de Cultura, en Roma, a decenas de periodistas. El artículo 22 de la Ley de Presupuestos de 2002, que en estos momentos debate el Parlamento, prevé dar entrada a la iniciativa privada en la gestión del patrimonio artístico italiano, que ahora se limita a la gestión de librerías, cafeterías o restaurantes instalados dentro. Una iniciativa que provocó la inquietud de los directores de los principales museos del mundo, desde el Louvre al Museo del Prado, el British Museum y el Metropolitan de Nueva York, hasta un total de 37, que escribieron una carta al Gobierno de Roma pidiéndole que reflexionara sobre la medida antes de aplicarla.

Urbani dijo ayer que la entrada de los particulares en la gestión de los bienes artísticos permitirá 'sacar de los sótanos una gran cantidad de tesoros' que no se exponen al público por falta de capacidad de los museos. El ministro insinuó que una gestión mejor de los museos y una conservación más atenta del patrimonio permitirán seguir adelante con la política de préstamos a otras instituciones. La ley, según el titular de Cultura, permitirá traspasar a las regiones, provincias, ayuntamientos y a las fundaciones bancarias o cooperativas de gestión, por ejemplo, todo lo que se refiere a la organización de museos, galerías de arte y áreas arqueológicas. Ese todo, según el titular de Cultura, engloba desde los guardarropas a los restaurantes, de las cafeterías a la organización de exposiciones temporales, de los vigilantes a las visitas privadas fuera de horario, incluso acompañadas con cócteles o comidas in situ, aunque, advierte el ministro, no junto a las colecciones de arte.

Respuesta del ministro

Un panorama que quizás no acabe de tranquilizar a los 37 directores de museos internacionales que escribieron al Gobierno y a los que Giuliano Urbani ha enviado una carta de respuesta, cuyo contenido, notablemente irónico, resumió ayer ante los periodistas. 'Seguramente no sabéís, lo cual es comprensible', dice la misiva, 'que entre los principios fundamentales de nuestra Constitución figura el deber de tutelar y conservar el patrimonio artístico'. Retomando el contenido del escrito de los directores de museos, que citaban el carácter 'único' del patrimonio italiano, Urbani dijo ayer que esto es así, pero que 'la experiencia de los que poseen menos puede resultar incluso útil', por lo que propone un futuro grupo de trabajo internacional.

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